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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

3
Nov
2023

No hay guerra justa

5 comentarios
noguerrajusta

En un reciente post, un amable lector comentaba que “la guerra puede ser justificable desde el punto de vista cristiano bajo ciertas condiciones”. Y exponía la doctrina clásica de los teólogos medievales al respecto. Otro comentador, por el contrario, afirmaba que “una guerra jamás es justa, justificable ni oportuna”. No pretendo responder a nadie, sino aprovechar el interés que tiene esa cuestión para hacer algunas observaciones.

Tomás de Aquino, tras afirmar que la guerra es un pecado contra la caridad, se refiere a las condiciones que legitimarían una guerra defensiva. Hay que tener en cuenta el contexto social en el que los autores medievales hacían este tipo de reflexiones, pues entonces no existían las armas de destrucción masiva de las que hoy disponemos, y las guerras no tenían las enormes repercusiones que hoy tienen sobre las personas que no participan directamente en ellas. No es extraño, pues, que las modernas posiciones del Magisterio de la Iglesia van en línea de una prohibición absoluta de la guerra. Pablo VI afirmó que, en el Evangelio, se encuentran “los cánones de una Paz, que podríamos llamar renunciataria”. Juan Pablo II dijo que “los riesgos espantosos de las armas de destrucción masiva deben conducir a la elaboración de procesos de cooperación y de desarme que hagan la guerra prácticamente inconcebible”. Más aún, nuestra meta, dijo, es “hacer de la paz un imperativo absoluto”.

Por su parte, el Papa Francisco, en su encíclica Fratelli tutti, califica la guerra de respuesta falsa que no resuelve los problemas que pretende superar. Constata, con una expresión que ha repetido en distintas ocasiones, que la guerra no es algo del pasado. Más bien estamos ante “una guerra mundial a pedazos”, pues lo que ocurre en un lugar del planeta, afecta a todo el planeta y puede desencadenar una cadena de violencia. Añade que, si en otros tiempos la guerra defensiva pudo considerarse justificada, siempre que se cumplieran determinadas condiciones morales, hoy la guerra resulta totalmente injustificable, entre otros motivos porque la capacidad de destrucción es tal que escapa a nuestro control y afecta a muchas personas inocentes. Los riesgos de la guerra siempre serán superiores a la hipotética utilidad que se le atribuya.

Francisco invita a mirar la realidad de la guerra con los ojos de las víctimas inocentes y a escuchar sus relatos con el corazón abierto. Propone la eliminación total de las armas nucleares y a que, con el dinero que se usa en armas y otros gastos militares, se constituya un fondo mundial para acabar con el hambre y para el desarrollo de los países más pobres, de tal modo que sus habitantes no acudan a soluciones violentas o engañosas ni necesiten abandonar sus países para buscar una vida más digna.

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Milton
3 de noviembre de 2023 a las 16:17

La respuesta a esta pregunta es compleja y depende de una serie de factores, incluidos los principios morales, éticos y legales de cada individuo o grupo. Sin embargo, en general, la guerra se considera justificable en los siguientes casos:

Defensa propia: La guerra es justificable para defender a un país o a sus ciudadanos de una agresión injusta. Esto incluye el caso de la autodefensa, en el que un país se ve obligado a recurrir a la fuerza militar para repeler un ataque armado.
Intervención humanitaria: La guerra puede ser justificada para proteger a los civiles de un genocidio, un crimen de lesa humanidad o una violación masiva de los derechos humanos.
Mantenimiento de la paz: La guerra puede ser justificada para prevenir un conflicto mayor o para restaurar la paz en una zona en guerra.
Sin embargo, incluso en estos casos, la guerra siempre conlleva un alto costo en vidas humanas y sufrimiento. Por lo tanto, debe ser considerada como un último recurso y debe ser llevada a cabo de manera justa y proporcional.

A continuación, se presentan algunos argumentos a favor y en contra de la justificación de la guerra:

Argumentos a favor:

La guerra es a veces necesaria para proteger a los inocentes. Cuando un país o grupo está cometiendo actos de agresión o violencia contra la población civil, la guerra puede ser la única forma de detenerlos.
La guerra puede ser necesaria para promover la justicia. En algunos casos, la guerra puede ser el único medio para poner fin a un régimen opresivo o para detener un genocidio.
La guerra puede ser necesaria para mantener la paz. En algunos casos, la guerra puede ser necesaria para prevenir un conflicto mayor o para restaurar la paz en una zona en guerra.
Argumentos en contra:

La guerra siempre conlleva un alto costo en vidas humanas y sufrimiento. Incluso en los casos en que la guerra es justificada, siempre hay víctimas inocentes.
La guerra puede ser utilizada para promover objetivos egoístas o imperialistas. En algunos casos, la guerra ha sido utilizada por países para expandir su poder o influencia.
La guerra puede conducir a un ciclo de violencia. La guerra puede generar odio y resentimiento que pueden conducir a nuevos conflictos en el futuro.
En última instancia, la decisión de si la guerra es justificable en un caso particular es una decisión compleja que debe tomarse caso por caso.

Milton
4 de noviembre de 2023 a las 02:00

Algunos de los episodios más conocidos de guerra y derramamiento de sangre en la Biblia incluyen:

La historia del Éxodo, en la que los israelitas son liberados de la esclavitud en Egipto y huyen a través del Mar Rojo. Los egipcios persiguen a los israelitas, pero son ahogados por el mar.
La conquista de Canaán, en la que los israelitas invaden la tierra prometida y conquistan a sus habitantes. La Biblia describe esta conquista como una guerra santa, en la que los israelitas son autorizados por Dios para matar a todos los hombres, mujeres y niños de las ciudades que conquistan.
La destrucción de Jericó, en la que los israelitas rodean la ciudad durante siete días y luego la destruyen con el sonido de las trompetas. La Biblia describe esta destrucción como un acto de juicio de Dios contra los habitantes de Jericó.
La guerra de los reyes, en la que los israelitas se enfrentan a una coalición de reinos vecinos. La Biblia describe esta guerra como una guerra de supervivencia, en la que los israelitas están luchando por su propia existencia.
La guerra civil en Judá, en la que los israelitas se enfrentan entre sí en una sangrienta guerra civil. La Biblia describe esta guerra como una consecuencia de la corrupción y la idolatría de los israelitas.
Estos son solo algunos de los muchos episodios de guerra y derramamiento de sangre que se encuentran en la Biblia. Estos episodios pueden ser difíciles de entender pero son parte de la historia del pueblo judío y cristiano.

Los estudiosos de la Biblia han ofrecido varias explicaciones para estos episodios. Algunos creen que son relatos históricos precisos, mientras que otros creen que son exageraciones o incluso ficciones. Otros creen que estos episodios representan una forma de entender el mundo y el lugar de la humanidad en él.
Muchos de esos eísodio fueron ordenados por Dios

Hormias
4 de noviembre de 2023 a las 08:48

Ojalá los seres humanos nunca hubieramos. Iniciado ninguna guerra... Pero contra el tirano... Qué hacer?
MILTON... lo explics en su comentario
Mil gracias por su blog fray Martín... En esta Castilla la vieja... Es un soplo de alegría y aprendizaje

María Elena
4 de noviembre de 2023 a las 12:28

Yo propondría la creación de un "árbitro internacional" con competencias exclusivas en el ámbito de la guerra. Procuraría que tuviesen representación la mayor parte de los países del mundo, y estaría integrado por personas de acreditada solvencia moral y expertos en materias tácticas, geopolíticas, económicas y morales. En caso de existencia de diferencias irreconciliables entre 2 naciones, valorar la intervención localizada en la que se estime que es la agresora por medio de un ejército, también internacional, y cuyos integrantes cumplan asimismo con criterios de solvencia moral, con la finalidad exclusiva de frenar las acciones de las autoridades decisorias de tal enfrentamiento.

Prohibiría el apoyo armamentístico y económico a ninguno de los dos países en litigio por parte de terceros, así como también disolvería las alianzas militares multinacionales, pues ya no tendrían razón de ser y sólo valen para fomentar conflictos armados de mayores dimensiones.

Bloquearía económicamente al que se considerase agresor. Y, finalmente, sometería a tribunales de guerra a aquellos sujetos que se hubiesen excedido.

Tal vez esto pueda sonarle a alguien de solución simplista, quimérica o utópica; pero considero que podría ser una buena base para sentar los cimientos de una paz internacional consensuada.

José María
5 de noviembre de 2023 a las 11:07

Efectivamente la guerra es la peor de las manifestaciones que hoy día están sucediendo en diferentes países del mundo, sobre todo cuando se hace bajo el vaticinio de un determinado dios. Es posible que haya grupos de personas que únicamente su finalidad en la vida sea llevar al extremismo más radical que es el destruir al otro, sin tener en cuenta que siempre hay alguien más fuerte, por lo que esa incentivación para provocar odio hacia los demás, se vuelva contra uno mismo. Apliquemos lo dicho por Jesucristo “No penséis que he venido para abolir la ley o los profetas; no he venido para abolir, sino para cumplir”. Me pregunto ¿si esos gobernantes y grupos terroristas se dedicaran a cumplir la Ley moral, o sea respetar el bien más preciado que nos ha dado Dios que es la vida, no seríamos más felices?

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