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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

18
Feb
2022

¿Es posible amar al enemigo?

8 comentarios
banco01

“Tratad a los demás como queréis que ellos os traten”, escucharemos en el evangelio de este próximo domingo. No dice: como ellos os tratan, sino como deseas que ellos te traten. No es fácil vivirlo, pero es el fundamento de una convivencia pacífica. Y una clave para romper con esas espirales interminables que provoca la violencia. En Jesús, este principio, “como queréis que ellos os traten”, encuentra una aplicación inesperada: “amad a vuestros enemigos”. ¿Qué te gustaría que hiciera tu enemigo?, ¿no te gustaría que dejara de serlo?, ¿no te encantaría que te tratase bien? Pues eso debes hacer tú: lo que te gustaría que él te hiciera, pero no te hace. No te lo hace, porque es tu enemigo. Pero tú no puedes ser enemigo suyo. Un cristiano no puede ser enemigo de nadie. Jesús no era enemigo de nadie, pero tenía unos enemigos tales que le llevaron a la cruz.

Pero hay más. Pues en el amor al enemigo no se trata sólo ni principalmente de romper una espiral violenta que nunca acaba, en la que a cada réplica sucede una contrarréplica peor. Se trata de algo todavía más profundo: de ser hijos del Altísimo, que es bueno con los malvados y desagradecidos. ¿Por qué? Porque Dios es así, Amor, sólo Amor y nada más que Amor. Por eso, en Él no cabe ningún asomo de no amor, ningún odio. Los discípulos de Jesús están llamados a aspirar a esa filiación, a parecerse a ese Padre que sólo sabe de amores. A vivir un amor gratuito, como el del Padre. Un amor a fondo perdido, que no ama porque espera recompensa o respuesta, sino que ama por la grandeza desbordante de su corazón amante.

Para los oyentes de Jesús los enemigos eran personajes muy concretos y muy crueles: los soldados romanos, los soldados de Herodes y los soldados del templo, que les oprimían, les obligaban a pagar altos impuestos con lo poco que tenían para comer. Los enemigos les mataban literalmente de hambre. No se trataba, pues, de vulgares rencillas vecinales. Eso hace todavía más desconcertante la palabra de Jesús. ¿Cómo amar a alguien así? ¿Cómo amar a quien me roba el pan de mis hijos o incluso a quien los mata? No conviene que espiritualicemos las palabras sobre el amor al enemigo, so pena de no entenderlas.

¿Cómo amar entonces a mi enemigo? En primer lugar, no poniéndome a su nivel, o sea, no devolviendo mal por mal. En segundo lugar, no deseándole mal; deseándole, por el contrario, lo que me gustaría que él me desease a mi. En tercer lugar, deseándole bien; esto es fundamental en todo amor: el que ama desea el bien del amado. Y es fundamental para entender lo que Jesús dice. Pues Jesús no dice: tienes que estar de acuerdo con tu enemigo; o tienes que aplaudir lo que él hace. Tampoco dice: tienes que tener intimidad con él. No. Dice: tienes que amarle. Y amarle es ante todo desearle bien. Y desearle bien puede ser desear que cambie de actitud, que actúe de otra manera, que deje de hacer el mal, que se convierta, en definitiva.

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Hormias
18 de febrero de 2022 a las 17:36

Las relaciones humanas.. De lo más dificil
Qué existe en el planeta tierra

Concha Ferri Rueda
18 de febrero de 2022 a las 19:48

Esto mismo se lo oí en una clase y entonces ya me resultó altamente clarificador. Nunca lo he olvidado.

Gracias.

Mercedes
18 de febrero de 2022 a las 22:59

He reenviado el artículo a todas mis amistades !
Más claro , imposible !
Y … por supuesto … con la ayuda De Dios , ( orando diariamente y en primer lugar , por los enemigos ) se puede y se debe llevar a la práctica .
Muchas gracias !

Sandra Marcela
20 de febrero de 2022 a las 13:16

El Amor todo lo puede.Gracias mi Señor cuanto me Amas

Jorge godinez
21 de febrero de 2022 a las 16:43

Excelente reflexion nutrido de la sabiduria divina.

Rut
22 de febrero de 2022 a las 09:16

Imprtantisima reflexión de un tema tan difícil y sinembargo clave y distintivo del seguimiento de Jesús. Perdonar siempre!!! Gracias, no deje de iluminarnos, Fr. Martín

Saul Alberto Ibañez
22 de febrero de 2022 a las 23:59

La historia de la cristiandad está plagada de conflictos con enemigos de toda calaña y crueldad; basta recordar la historia de las ordenes militares de la cristiandad así como los crudos y duros enfrentamientos a lo largo de esa historia para darnos cuenta que al tiempo que se predicaba el amor de Cristo, muchas veces el desenlace inevitable fué que los cristianos debían defender sus vidas en cruentos conflictos. La historia de muchas comunidades cristianas de la actualidad actualizan esa historia tan trágica.

José Rosario (México)
23 de febrero de 2022 a las 05:39

1 Samuel 18,7-13s
"Las mujeres cantaban: "Saúl mató a mil, y David a diez mil."..."

El imperativo de Jesús hacia sus discípulos de amar al enemigo, no implica que el beneficio primero de tal acción se dirija hacia este, sino que el efecto primario de amar y perdonar recae en el corazón de quien ejecuta y hace realidad dicho mandato, es decir, el hecho de amar y perdonar a nuestro enemigo es en beneficio propio, acción que nos protege de cierto modo de albergar o dar cabida en nuestro corazón a sentimientos contrarios a nuestro ser de cristianos, es por eso que a ningún discípulo fiel del Maestro, le esta permitido vivir como los paganos, de hay que Jesús nos invita a hacer las cosas extraordinarias y lo extraordinario para un cristiano es esforzarse por ser luz y sal para cuentos nos traten, trata a los demás como a ti te gustaría que te tratasen. David por su parte lleva a pleno cumplimiento este imperativo, amar a tu enemigo, en las dos ocasiones en

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