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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

22
Ene
2025

¿Cuál es la voluntad de Dios aquí y ahora?

8 comentarios
voluntaddios

Hace tiempo que una amable lectora, comentando unos de mis breves artículos, preguntaba por los criterios para discernir la voluntad de Dios a través de los acontecimientos. Lo primero que conviene aclarar es que somos nosotros los que discernimos la voluntad de Dios. Por eso la decisión que tomamos es nuestra. Los asuntos concretos y puntuales son cosa nuestra, aunque sea el evangelio el que inspira nuestra toma de posición. El evangelio no dice, por ejemplo, a qué partido hay que votar o qué presidente o superior hay que elegir. Lo que dice el evangelio es que vote o elija buscando el bien de la sociedad o de la comunidad.

Dios en este mundo se nos hace presente a través de mediaciones. En ellas descubrimos su voluntad. Pero las mediaciones nunca son claras del todo. Están lastradas de una ambigüedad ineliminable. Jesús, mediador entre Dios y los seres humanos, también estaba marcado por esta ambigüedad constitutiva de toda mediación. De otro modo nunca hubiera sido rechazado. Si pudo serlo, fue porque lo humano siempre puede interpretarse de modos muy diversos. Según unos, en Jesús actuaba el poder de Dios. Según otro, el poder de Satanás. En el terreno de lo humano, y más aún en el de lo religioso, lo que a unos les parece muy claro, a otros les parece oscuro.

Tomás de Aquino se planteó la pregunta de cuál es la voluntad de Dios en el aquí y el ahora. La respuesta puede resultar sorprendente «No lo sé», dice el santo. Citemos sus palabras exactas: «Podemos saber de una manera general cuál es el objeto querido por Dios, pues sabemos que todo lo que Dios quiere, lo quiere en cuanto bien. Por eso, todo el que quiere alguna cosa por este mismo motivo tiene una cierta conformidad con la voluntad divina en cuanto al motivo de querer. Pero, en particular, ignoramos lo que Dios quiere, y en este aspecto no estamos obligados a conformar nuestra voluntad con la de Dios».

Cuando buscamos el bien y pretendemos hacer lo que consideramos que es bueno (para los demás y para uno mismo), actuamos en conformidad con la voluntad de Dios, que siempre quiere lo bueno. Pero en concreto y en particular no sabemos lo que Dios quiere. No sabemos qué decisión tomaría Dios ante dos o tres caminos distintos que parecen todos buenos (se lo parecen a uno mismo; o uno parece bueno a un individuo y otro a un segundo individuo). Así se explica que en la búsqueda de lo bueno (lo bueno es formalmente la voluntad de Dios) puedan darse soluciones materialmente distintas o incluso opuestas cuando se trata de concretar eso bueno.

En este sentido el Concilio Vaticano II reconocía que una misma concepción cristiana de la vida puede conducir a adoptar soluciones divergentes. La razón de la divergencia no puede estar en la concepción cristiana a la vida, sino en la distinta lectura de los acontecimientos. Eso sí, cuando todos buscamos el bien, aunque a veces las soluciones que ofrecemos para resolver un problema concreto sean distintas, esta distinción no puede enemistarnos, tiene que ser un motivo para continuar el diálogo y para buscar consensos. Porque el bien fundamental es el buen entendimiento y la buena relación entre las personas.

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María Asunción Blanquer
22 de enero de 2025 a las 17:26

Mil gracias, por la respuesta. Es muy sencilla y clarificante.

juan garcia
22 de enero de 2025 a las 19:02

Llevo ochenta años rezando el Padre Nuestro y no doy aceptado lo que me ucurre actualmente. No acepto con humildad lo que me mandó el Señor Buscar el bien, fray Martín, y luchar por coseguirlo, ¿es hacer la voluntad del Señor, o más bien la aceptación humilde de lo que nos ocurre en cada momento?

Hormias
23 de enero de 2025 a las 23:15

Muchas gracias por el articulo

juan garcia
24 de enero de 2025 a las 13:38

Las dos cosas, aceptar lo que nos ocurre y la búsqueda del bien, son vountad de Dios. Pero lo que nos ocurre es algo que nos pone en contato directo con lo que Dios quiere de nosotros, y hacer el bien es común para todo el mundo.

MILTON
24 de enero de 2025 a las 15:12

Si nos sometemos a la voluntad de Dios que es nuestra santificación. El nos puede dar algunas indicaciones en nuestra vida diaria como lo que pasó en Hechos 16,6-7
6 Y atravesando Frigia y la provincia de Galacia, les fue prohibido por el Espíritu Santo hablar la palabra en Asia; 7 y cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu no se lo permitió.

Andres Orabona
25 de enero de 2025 a las 14:24

Tal vez el no saber que elegiría Nuestro Señor Dios y tener que tomar nosotros la decisión de elegir, sea parte del libre albedrío que se nos ha otorgado y del cual deberemos rendir cuentas.

Mercedes
25 de enero de 2025 a las 18:29

Después de muchos años he llegado a la conclusión que mi única petición en la oración es suplicarle al Señor que me ayude a hacer su voluntad . Esto implica aceptar las cruces que me va enviando ,servir a los hermanos , asumir mi fragilidad corporal y espiritual y confiar plenamente en sus promesas , sabiendo que , continuamente le estoy fallando pero también sé que me ama incondicionalmente tal como soy y así , de esta manera , poco a poco me iré adentrando ( con su ayuda ) , en el proceso inacabable de conversión hasta mi encuentro cara a cara con él .

Hormias
26 de enero de 2025 a las 08:16

Que nos ayude el Señor a entender la voluntad De Dios

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