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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

7
Sep
2023

Aclarando conceptos: secularidad y virginidad

1 comentarios
bellojardin

Lo típico del consagrado es la virginidad. Cierto, en la Iglesia hay una forma de vida consagrada caracterizada por la secularidad. Esa forma es la de los miembros de los llamados institutos seculares, que quieren vivir, a la vez, la consagración, mediante la profesión de los consejos evangélicos, y la secularidad. Son consagrados que no llevan hábito; la mayoría no viven en común, tampoco trabajan en obras propias (aunque hay alguna excepción). Se insertan en la vida civil y son como fermentos evangélicos en la masa del mundo.

En la práctica pueden vivir como un perfecto seglar. Pero no de cualquier manera. Su objetivo es siempre el evangelio, el testimonio de Cristo, no el ganar dinero. Por eso, no pueden ejercer cualquier profesión, ni de cualquier manera. Buscan aquellos lugares donde hay más posibilidades de vivir y practicar gratuitamente el amor evangélico. En su vocación de compatibilizar secularidad y consagración, lo determinante es la consagración. A este respecto conviene dejar claro que el trabajo no santifica; lo que santifica es el amor. Por eso, los miembros de los institutos seculares han de vivir sobria y pobremente, y ayudar generosamente con lo que les sobra a los necesitados o entregarlo a la Iglesia.

Una palabra sobre las vírgenes consagradas. El orden de las vírgenes, que no viven en comunidad ni bajo la autoridad de ninguna abadesa o superiora, sino solo bajo la tutela del obispo, es una forma de vida consagrada muy antigua (aparece ya en los inicios de la Iglesia) y muy moderna (porque ha cobrado nuevos impulsos después del Vaticano II). Esta consagración no se justifica por ninguna misión concreta ni por ninguna finalidad apostólica. Su razón de ser, su carisma es el amor y la entrega total a Cristo como signo de que él es el único esposo de la Iglesia. Es una vocación estrictamente personal y totalmente eclesial, porque no está ligada a ninguna institución, ni a ningún fundador, ni a ninguna misión concreta. Cada una decide su propia vida. Unas dan preferencia a la oración y a la contemplación, viviendo una vida casi eremítica; otras están más integradas en la vida parroquial o en servicios diocesanos.

También aquí conviene precisar que son laicas, pero no seglares. Ya hicimos notar que un jesuita o un dominico no ordenado es laico. Laico quiere decir miembro del pueblo de Dios, sin autoridad sacramental. Seglar o secular es el que vive según la lógica de la vida mundana. Lo típico del seglar es el matrimonio. No es el caso de las vírgenes consagradas. No son religiosas ni monjas, pero no son seglares. Su consagración es diferente a la de los miembros de un instituto secular. Son una manifestación más de la riqueza de la vida consagrada y de sus diferentes modalidades.

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Francisca
10 de septiembre de 2023 a las 09:34

Me ha gustado su articulo, sus palabras aclaratorias demuestran que la vocacion es para todos un vivir para Dios, dentro del estado civil que sea, todo vivir para Dios.

Yo quisie ser ermitaña seglar, pero nunca pude.

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