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Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

17
May
2025

1700 años después de Nicea: ¿Jesús es Dios?

7 comentarios
Nicea1700

El primer Concilio de Nicea se celebró del 20 de mayo al 25 de julio del año 325. Estamos, pues, celebrando este año, el 1.700 aniversario de aquel Concilio. La confesión de fe que allí se definió es aceptada prácticamente por todas las Iglesias cristianas: católica, ortodoxa, reformada, luterana, anglicana y bastantes más. Fue un Concilio rodeado de polémica, tanto antes, como durante el concilio y también después. Lo convocó el emperador Constantino que pretendía lograr la paz y la unidad de su imperio a base de eliminar las disputas religiosas y conseguir una confesión de fe unánime. ¿Podemos ver ahí la primera interferencia del poder civil en la Iglesia? Hay que situarse en el contexto de la época. También otro emperador, Carlos V, influyó en la convocatoria del Concilio de Trento. Lo cierto es que, con sus más y sus menos, Constantino consiguió que en Nicea se confesase una profesión de fe, que sigue siendo hoy la que prácticamente todos los cristianos mantienen y que, con los añadidos del Concilio de Constantinopla, ha entrado en la liturgia católica.

El asunto de fondo que allí se dirimía era, dicho de forma muy sencilla y sin entrar en matices, si Jesús era Dios. Digo sin entrar en matices, porque el Verbo encarnado es Dios y hombre verdadero. Tanto los partidarios de la ortodoxia como los partidarios de Arrio (el personaje que recapitula la “oposición” a Nicea, aunque no fue el único) confesaban que Jesús era “divino”. Pero los matices resultaban importantes y decisivos. Para unos, Jesús, el Verbo del Padre, había sido “creado” por el Padre, como mediador necesario de la futura creación del mundo. Solo el Padre era “ingenito”, no creado. El Hijo era engendrado por el Padre y, por tanto, concluían los partidarios de Arrio, era creado, antes de la fundación del mundo, pero creado. Hubo un tiempo, por tanto, en que el Padre existió solo. El Concilio dejó claro que el Hijo era “engendrado”, pero “no creado” y, por tanto, era eterno como el Padre. Porque en Dios no hay Padre sin Hijo, ni Hijo sin Padre. Los dos son simultáneos y de la misma naturaleza, aunque también son diferentes “personas”, pues si no fuera así, no habría forma de relacionarse.

Los dos “partidos” que se enfrentaban en Nicea podían apelar, en su favor, a los textos bíblicos: “el Padre es mayor que yo” o “el Padre y yo somos uno”, podemos leer en el evangelio de Juan. El Concilio optó, en su definición, por dejar de lado el lenguaje bíblico, porque este lenguaje es icónico, referencial, evocativo, y puede interpretarse de distintos modos. Utilizó un lenguaje filosófico, que es más preciso y más técnico. La filosofía entró en la definición de la fe. Los Padres conciliares consideraron necesario, para defender la fe, utilizar una terminología filosófica, que era familiar a sus oyentes. La Iglesia crea palabras nuevas porque la repetición mecánica no es suficiente. Si la Iglesia quiere transmitir la fe y hacerse entender por las personas de toda cultura y condición, debe utilizar (también hoy) un lenguaje que comprendan los destinatarios del evangelio. De ahí la importancia que tiene el diálogo de la fe con la cultura.

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José maria
17 de mayo de 2025 a las 11:18

Muy interesante, y esa conclusión perdura hasta hoy, muestra q es verdadera

Andrés Felipe Rivera Gómez
17 de mayo de 2025 a las 17:24

Excelente comentario Padre Martín.
Se podría entonces deducir que en el siglo IV hubo una disputa teológica que se definirá gracias a un diálogo entre la razón y la fe, lo cual, casi después de nueve siglos, hará también parte de la Tradición dominicana.

Valero
18 de mayo de 2025 a las 08:24

Tal como dices Martín, a la hora de predicar y transmitir la fe hay que utilizar un lenguaje comprensible para los que escuchen por primera vez el mensaje del evangelio, esto es fundamental porque hay mucha gente que está sufriendo y desconoce la esperanza cristiana y urge hacer llegar esta esperanza que no es otra cosa que saber que en la resurrección de Jesucristo hay contenida una verdad fundamental y que León XIV se apresuró a afirmar: "El mal no triunfará".

juan garcia
18 de mayo de 2025 a las 17:03

Hubo un tiempo en la Historia de la Iglesia en que no todos tenian claro el status de Jesús. No podían creer que Jesus tuviese la misma naturaleza divina del Padre. Hizo falta la promulgación de un concilio que difiniera la divinidad de Jesús
No hay Padre sin hijo ni Hijo sin Padre: La Trinidad no tiene principio: es eterna. La influencia de Constantino en el proceso de la unidad de las Iglesias en esta definición del Concilio de Nicea fue una influencia positiva, prero en generql Constqntino fue una desgrqcia espiritual para el cristianismo por el carqcter
secular de la manipulación del gobierno de la Iglesia.

Milton
18 de mayo de 2025 a las 20:06

Otra prueba biblica de que Cristo es Dios
Romanos 9:5 declara que los israelitas son los antepasados de la raza humana, y de ellos, según la naturaleza humana, vino Cristo, quien es Dios sobre todas las cosas, alabado por los siglos.

Hormias
18 de mayo de 2025 a las 23:07

Muchas gracias fray Martin por este articulo

Juan Francisco Deza Huanes
22 de mayo de 2025 a las 16:15

Gracias por catequizarnos esta conmemoración pasa desapercibida para la Iglesia, somo cristianos de nombre pero no de práctica. Dios siga teniendo misericordia por no darle la debida importancia a su amor inmenso a nosotros, hasta la cruz, pero somos indiferentes falta evangelizar de verdad. Paz y Bien

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