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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
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14
Nov
2010
Exhortación apostólica "Verbum Domini"
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Acaba de salir la exhortación apostólica post-sinodal en la que el Papa presenta las conclusiones del último Sínodo dedicado a la palabra de Dios. Es un texto que hay que leer despacio; puede servir para la formación permanente y para reuniones de grupos. Una de sus claves es la necesidad de comprender la actualidad de la Palabra de Dios, su incidencia en el hoy y ahora de mi vida y de la vida de la Iglesia. “Es decisivo mostrar la capacidad que tiene la Palabra de Dios para dialogar con los problemas que el hombre ha de afrontar en la vida cotidiana”.

El documento se refiere al modo de interpretar la Biblia, siempre en comunión con la Iglesia; a cuestiones referentes a su autoría y a su inspiración. Alguna reflexión llama la atención. El Papa recuerda que durante el Sínodo se pudieron escuchar voces y experiencias, no sólo de parte de los Obispos católicos, sino también de parte de los invitados no católicos. Y aprovecha para notar que “hoy la Iglesia habla en muchas lenguas; no sólo en el sentido exterior de que en ella están representadas todas las grandes lenguas del mundo, sino sobre todo en un sentido más profundo: en ella están presentes los múltiples modos de la experiencia de Dios y del mundo, la riqueza de las culturas”. Hay una alusión a las “revelaciones privadas”, a las que a veces se les da una importancia que no tienen. Sólo resultan creíbles si orientan hacia Jesucristo. La Iglesia no garantiza su autenticidad, lo que hace es indicar si son acordes con la fe de la Iglesia. Por tanto, no son obligatorias.

La exhortación recuerda cosas ya tratadas en este blog, como la necesidad de tener, en las celebraciones, lectores “idóneos seriamente preparados. Dicha preparación ha de ser tanto bíblica y litúrgica, como técnica”. Se insiste en “la necesidad de mejorar la calidad de la homilía” de modo que “ayude a los fieles a descubrir la presencia y la eficacia de la Palabra de Dios en el hoy de su vida”. Hay que evitar “homilías genéricas y abstractas”, “inútiles divagaciones”. El predicador debe preguntarse: “¿Qué dicen las lecturas proclamadas? ¿Qué me dicen a mí personalmente? ¿Qué debo decir a la comunidad, teniendo en cuenta su situación concreta?”. El predicador tiene que ser el primero en dejarse interpelar por la Palabra de Dios que anuncia.

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12
Nov
2010
Iglesia diocesana
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14 de noviembre, día de la Iglesia diocesana. ¿Es oportuno destacar ese día cuando hay tantos “días de”? Pienso que sí, porque si la Iglesia somos todos, no cabe duda de que nos sentimos más Iglesia cuando conocemos de cerca a otros cristianos, cuando vemos su rostro, cuando sabemos de sus necesidades. Y eso solo puede ocurrir a nivel local. De ahí la importancia de unas parroquias en las que la fe y el amor, junto con la alabanza a Dios, se conviertan en solidaridad para con todos y en testimonio para los no creyentes.

En la diócesis de Valencia, el Arzobispo está presentando por las diversas parroquias un “Itinerario diocesano de renovación”, para los años 2010 al 2014. Es realmente significativo que sea el propio Arzobispo el que asuma esta tarea de presentarlo, pues así puede escuchar más de cerca a los sacerdotes y fieles cristianos. El Prelado ha definido este Itinerario como “un tiempo de renovación, para que juntos tomemos conciencia de nuestra identidad cristiana y del valor de nuestra fe, y así podamos ofrecer a nuestros hermanos el tesoro que llevamos”. Entiendo que estos hermanos a los que ofrecemos nuestro tesoro, nuestra fe, son los no practicantes, los no cristianos y los no creyentes. Un Itinerario de cuatro años puede resultar un poco largo y corre el riesgo de enfriarse a medida que pasa el tiempo. Sería bueno que el plan fuera realista, con metas concretas y un calendario bien definido.

Más allá de las metas y del calendario hay un aspecto que puede relacionarse con la celebración del día de la Iglesia diocesana, pues esa celebración no puede ser un mirarnos a nosotros mismos, un sentirnos satisfechos con lo que somos y tenemos, un motivo de aplauso fácil a los responsables de las distintas actividades de la Iglesia. La Iglesia está en función de los demás, sobre todo de los más pobres y necesitados. Ella está para servir. Celebrar el día de la Iglesia diocesana es recordar su misión de servicio más allá de las fronteras de la propia institución. El Itinerario de renovación de la diócesis de Valencia parece dirigido hacia fuera, al ofrecimiento del tesoro de la fe a los de fuera. Por eso no puede olvidar las implicaciones sociales de la fe, y el compromiso de la Iglesia con los necesitados.

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8
Nov
2010
Oír el mensaje de la herejía
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“La Orden de Predicadores nació contra la herejía. Es tanto como decir que nació de la herejía. Porque, al revés de tantos otros que habían tratado de luchar contra ella, Domingo había oído el mensaje de la herejía. Y lo había comprendido”. Son las últimas palabras del libro de Michel Roquebert, Santo Domingo. La leyenda negra.

 

¿Cómo habían tratado otros de luchar contra la herejía?, ¿cómo había Domingo escuchado el mensaje de la herejía? Los Abades cisterciences, enviados por el Papa para combatir la herejía cátara, se presentaban tal como correspondía a su rango, a saber, con gran solemnidad, lujo y ostentación. Por otra parte, tampoco estaban muy preparados para responder a unos herejes que conocían bien la Escritura. Pero lo fundamental era que los cátaros vivían austeramente, buscando imitar la pobreza evangélica. El Obispo Diego de Osma y su compañero Domingo trataron de combatir a la herejía con sus propias armas, interiorizando los procedimientos de los herejes y asumiendo todas las exigencias de la vida apostólica más auténtica. Con el curso del tiempo, Domingo se dará cuenta de que la santidad de vida necesitaba un indispensable complemento: la formación teológica. Pobreza y saber: he ahí las dos armas de Domingo, he ahí su escucha y su comprensión de la herejía.

Escuchar el mensaje de la herejía y comprenderlo, sigue siendo el buen camino para la evangelización. No convertiremos al mundo condenándolo, sino buscando lo bueno que tiene y mostrándole un Evangelio que responde a esto bueno que ya hay y lo potencia. Buscar lo bueno de lo aparentemente malo, encontrar las inquietudes que hay en muchas reacciones contrarias a la Iglesia, ese es el camino para poder entablar un diálogo fructífero o, al menos, para que puedan escucharnos. Durante mucho tiempo la Iglesia vio como anti-evangélicos los ideales de la revolución francesa, libertad, igualdad, fraternidad. Hoy vemos como perversos lo que, para muchas y muchos son ideales de liberación, la libertad sexual pongamos por caso (pero no nos quedemos en el ejemplo). Para mostrar las consecuencias negativas de algunos modos de concretar esos ideales de liberación habrá que comenzar por discernir lo bueno que en ellos puede haber. Así podremos decir que hemos comprendido el mensaje de la herejía y así seremos aceptados como sus interlocutores. No para aprobar sin más lo que dice la herejía, sino para intentar que otra alternativa pueda ser escuchada.

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7
Nov
2010
Belleza de las cosas y Dios como Belleza
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El Papa ha consagrado el templo de la Sagrada Familia, esta magna obra de Antonio Gaudí que, además de genial arquitecto era un cristiano consecuente, hasta el punto de que hizo de su arte una espléndida catequesis. Inspirándose en el libro del Apocalipsis quiso que el templo fuese un signo del cielo en la tierra, la nueva Jerusalén que habita en medio de la ciudad de Barcelona, símbolo de todas las ciudades y personas que necesitan a Dios. El templo de la Sagrada Familia es universal, porque la belleza y el arte es de todos. Y Cristo es para todos. Por eso, en los muros del templo se encuentra escrito el padrenuestro en más de 50 idiomas.

Tres detalles del discurso del Cardenal Martínez Sistach me han gustado y, sin duda, habrán complacido al Papa: primero le ha calificado, citando a Santa Catalina de Sena, de “dulce Cristo en la tierra”; luego ha notado una peculiaridad del Credo, tal como se recita en Cataluña y Baleares, que añade a las notas de la Iglesia “una, santa, católica y apostólica”, la nota de “romana”, como signo de comunión entre todas las Iglesias; finalmente, se ha referido a la devoción de Gaudí a San José (también lo ha hecho el Papa en su homilía), una devoción que le hizo confiar en que su intercesión favorecería la terminación del templo, recordando al respecto que José es el nombre de bautismo del Papa.

La homilía del Papa, en consonancia con la simbiosis entre fe, liturgia y arte que es el templo de la Sagrada Familia, ha sido una llamada a reconciliar la fe con la razón, la inteligencia con la libertad, el amor con la fidelidad y, por encima de todo, al encuentro de Dios con la persona humana y de ésta con Dios. Selecciono este estupendo párrafo: Antonio Gaudí “hizo algo que es una de las tareas más importantes hoy: superar la escisión entre conciencia humana y conciencia cristiana, entre existencia en este mundo temporal y apertura a una vida eterna, entre belleza de las cosas y Dios como Belleza. Esto lo realizó no con palabras sino con piedras, trazos, planos y cumbres. Y es que la belleza es la gran necesidad del hombre; es la raíz de la que brota el tronco de nuestra paz y los frutos de nuestra esperanza. La belleza es también reveladora de Dios porque, como Él, la obra bella es pura gratuidad, invita a la libertad y arranca del egoísmo”.

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6
Nov
2010
Benvido, benvingut Benedicto XVI
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“En los últimos decenios, España camina en concordia y unidad, en libertad y paz, mirando al futuro con esperanza y responsabilidad. Movida por su rico patrimonio de valores humanos y espirituales, busca asimismo superarse en medio de las dificultades y ofrecer su solidaridad a la comunidad internacional”. Quiero “felicitar y agradecer a los católicos españoles la generosidad con que sostienen tantas instituciones de caridad y de promoción humana. No dejéis de mantener esas obras, que benefician a toda la sociedad, y cuya eficacia se ha puesto de manifiesto de modo especial en la actual crisis económica, así como con ocasión de las graves calamidades naturales que han afectado a varios países”. Estas palabras han sido pronunciadas en los primeros discursos de Benedicto XVI en su viaje a Santiago y Barcelona.

Son palabras que denotan una visión positiva de la realidad española. Son también una invitación para que los católicos continuemos compartiendo con los que menos tienen. Ambas cosas, su visión de una nación que vive en paz y concordia, y su preocupación por los más pobres, son una buena carta de presentación. No sé lo que destacarán mañana los periódicos. Me temo que algunos se centraran en las palabras que el Papa ha pronunciado en el avión que le trasladaba a Compostela. Al parecer ha hecho una crítica al laicismo anticlerical de algunos sectores del pueblo español y ha comparado este anticlericalismo con el que había en la España de los años 30, durante la segunda República.

Ya es habitual que, en sus distintos viajes, el Papa responda a unas preguntas formuladas por el portavoz de la Santa Sede en nombre de los periodistas que le acompañan en el viaje. En varias ocasiones las respuestas del Papa han resultado polémicas. No vale decir que se trata de palabras improvisadas, porque están preparadas de antemano. Pero tampoco hay que darles más importancia de la que tienen y hay que situarlas dentro del conjunto de los objetivos del viaje. Es normal que el Papa esté preocupado por la pérdida de la fe. Pero su preocupación hay que encuadrarla dentro del contexto de todo su pensamiento, del conjunto de sus discursos en Santiago y Barcelona, y de la visión positiva de la realidad española, tal como él mismo lo ha expresado.

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4
Nov
2010
"Conviértete" con una pistola en la cabeza
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El miércoles por la tarde me encontraba en el Paraninfo de la Universidad Complutense de Madrid, en un acto organizado por la Real Academia de Doctores de España, en el que tenía una intervención en forma de réplica al discurso del Dr. Santiago del Cura. El discurso importante, el de mi colega de la Facultad de Teología de Burgos, trataba sobre las peligrosas derivaciones violentas del monoteísmo, para concluir que el monoteísmo trinitario es una fuerza crítica frente a toda absolutización política o religiosa, porque Jesucristo es la norma de referencia para superar cualquier violencia o intolerancia amparada en motivaciones religiosas. Ante mi sorpresa, cuando acabaron las intervenciones del Dr. del Cura y la mía, el Presidente de la Academia, el Dr. Luis Mardones Sevilla, notó la desgraciada actualidad del tema tratado, recordando el bárbaro asesinato de cristianos cometido el pasado domingo en una Iglesia de Bagdad.
 

Mi indignación ha subido de tono cuando he leído el testimonio de una joven de 24 años presente en la Iglesia. Ella explica que cuando los terroristas subieron al altar para asesinar a los dos jóvenes sacerdotes concelebrantes, le dijeron a uno de ellos, que suplicó que le matasen a él, pero que dejasen en paz a los fieles: “conviértete al Islam, porque de todas formas vas a morir”. Y le dispararon en la cabeza. No tengo palabras para explicar que son actos como este los que desprestigian a una religión. Y la desprestigian tanto más cuanto mayor es el silencio ante esta perversión, de los que profesan la religión en cuestión. Los cristianos y, en concreto los católicos, tenemos muchas cosas de las que arrepentirnos, muchos actos que nos avergüenzan. En la medida en que los condenamos pública y sinceramente, ganamos en credibilidad y demostramos la fuerza del Evangelio frente a los pecados de los cristianos.
 

Desgraciadamente las amenazas contra los cristianos han sido demasiado frecuentes últimamente en países islámicos. Muchos cristianos se ven obligados a abandonar esos países en los que sus antepasados han vivido durante siglos, o a disimular su condición y cambiar sus costumbres para poder, al menos, subsistir. Contribuiría mucho a que acontecimientos como el sucedido en Irak no se vuelvan a repetir, el escuchar clara y fuertemente voces de condena de los fieles de esta religión, aquí y allá, en cuyo nombre se profirió tamaño asesinato.

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2
Nov
2010
Dios, ¿pasivo, intervencionista o siempre presente?
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Dios pasivo: cual un genial relojero, crea el mundo como una máquina perfecta, que ahora marcha por sí misma, mientras él permanece allá en el cielo sin ningún tipo de presencia activa.

Dios intervencionista: está en el cielo, pero muy atento a lo que ocurre en la tierra, y actúa en ocasiones, con intervenciones milagrosas, movido por las oraciones de sus fieles, por la intercesión de los santos. Es el Dios de las rogativas para pedir la lluvia o de los milagros para curar una enfermedad; el Dios al que nuestras oraciones pretenden mover para que ayude a los pobres, acabe con el hambre o cambie el corazón y la mente de nuestros gobernantes. ¿No les parece que este tipo de Dios es el de muchas personas religiosas actuales?

Dios siempre presente: no interfiere en los procesos del mundo ni de la criatura, pero todo lo sostiene y a todo capacita para que actúe por sí mismo. Dios es el que hace ser, el siempre presente, más íntimo a nosotros que nuestra propia intimidad. Creyente es el que confía en que Dios conduce los acontecimientos sin anular la libertad humana, ni la marcha de la naturaleza.

¿Significa esto que la oración de petición no tiene sentido? Tiene sentido siempre que termine con un “hágase tu voluntad”, y nos ayude a cobrar conciencia de nuestra responsabilidad en lo que pedimos: pedir que Dios ayude a los pobres no es serio si yo no me comprometo en la lucha contra la pobreza. Y dado que el orante pide que se haga la voluntad de Dios, cuando los resultados de la oración no responden a lo deseado o solicitado, el verdadero creyente también ve allí realizada la voluntad de Dios y su presencia favorable.

Si sólo cuando las cosas van bien se apela a la presencia de Dios y al poder de la oración, para ser coherentes, cuando van mal habría que apelar a la ausencia de Dios y a la ineficacia de la oración. El que, aún sin ser consciente de ello opera con este presupuesto, no cree de verdad en Dios, sino en la buena suerte, la magia, el esoterismo y cosas similares. El Dios intervencionista es el de la magia y la buena suerte. El Dios siempre presente es el Dios silencioso que busca nuestro amor en toda circunstancia.

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1
Nov
2010
Cuando todo se para
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Hace un tiempo, acompañé a una comunidad de hermanas dominicas en unos días de retiro espiritual. El penúltimo día del retiro, cuando me dirigía al comedor de las hermanas para desayunar, me di cuenta de que había un cierto revuelo. Habían llamado al médico de urgencia. Las hermanas se dirigían hacia la enfermería, donde una hermana de casi 100 años se estaba muriendo. Yo le di la absolución. Las hermanas cantaron la Salve y rodearon su cama. Una estaba en la cabecera besando a la enferma. Yo le dije a la Superiora que, pasara lo que pasara, mis meditaciones estaban de sobra. Porque hay momentos en que el silencio es la mejor de las palabras.

Salí a la terraza. Al fondo, las montañas. Más cerca, los edificios de la ciudad, esos que construimos los seres humanos y que muchas veces nos sobreviven. ¿Sobreviven? ¡Pero si son piedras muertas! Se oía el trinar de los pájaros. Todo parecía silencioso. No pensaba en nada. Mi pulso estaba normal, quizás un poquito acelerado, pero no creo que llegase a las 85 pulsaciones por minuto. A mi edad tampoco está mal. De vez en cuando me asomaba a la habitación de la enferma. Allí estaban las hermanas, alrededor de su cama, la acariciaban, le decían palabras cariñosas. Parecía que la enferma quería decir algo, pero solo gemía. En aquella habitación había amor. Amor fraterno y amor de Dios, manifestado a través del amor fraterno.

Cuando llegó una enfermera seglar y se quedó con la enferma, las hermanas me pidieron que celebrase la Eucaristía. No hice homilía. Tras leer el evangelio dije: Hay momentos en los que solo cabe confesar la fe en la resurrección de Cristo y, fiados en su Palabra, avivar nuestra esperanza. No dije más. No hacía falta. De pronto todo quedó parado. La muerte deja un profundo vacío. Pero para los que creen en Cristo se trata de un vacío lleno de Dios. A la muerte no hay que temerla, porque no hay que tenerle miedo a Dios.

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30
Oct
2010
El Papa catalán, gallego y universal
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Las primeras críticas al viaje del Papa a Santiago y Barcelona se centraron en el coste del viaje. Luego se concentraron en lo que el Papa representa a los ojos de los que no quieren recibirle, y se escucharon comparaciones fuera de lugar entre el Papa y algunos imanes, los de Tarragona y Lérida, buenos representante de un Islam politizado, misógino, intransigente y pobre culturalmente. Algún político consideraba que el Papa salía perdiendo en la comparación. Ya se sabe: no hay peor ciego que el que no quiere ver. Porque hace falta ser ciego para no darse cuenta de que el Papa no fomenta la violencia ni pone en peligro la paz. Más aún, puestos a mirar las cosas con ojos económicos y políticos, es muy posible que la consagración del templo de la Sagrada Familia por el Papa reporte beneficios económicos y turísticos a corto y largo plazo.

Las últimas críticas ya no se centran en la economía ni en la ideología del Papa, sino en la liturgia: ¿cuál de las dos Misas saldrá ganando en lo referente al uso de las lenguas propias de Galicia y Cataluña? ¿En Barcelona habrá más minutos de catalán que de gallego en Santiago? Las liturgias papales se preparan con mucho cuidado, para no herir sensibilidades. Lo normal es que donde se hablan dos lenguas se utilicen las dos. Pero lo que denotan las comparaciones entre lenguas es una mala politización de la liturgia. La Eucaristía no es el lugar para milimetrar los minutos de lengua utilizados. Ese lugar son los informativos de las televisiones autonómicas y los discursos de los políticos. La Eucaristía es otra cosa: es la Iglesia reunida como comunidad fraterna para escuchar la palabra de Dios y comulgar con su Señor. Pero para que sea así, se necesitan unos mínimos presupuestos entre los asistentes. Muchos asisten a estas Eucaristías con buena voluntad. Bastantes asisten para aplaudir y hacer demostraciones de “fuerza católica”. Otros para que les vean o por motivos políticos.

¿Hay algún modo de lograr que las Eucaristías del Papa sean lo que deben ser y dejen de ser lo que no deben ser? No lo tiene fácil la Santa Sede, pero a mi me gustaría que al menos se empezase alguna reflexión en esta línea. El Papa busca que le escuchen todos. Estupendo. Para eso están los discursos. Pero a la hora de celebrar la Eucaristía los asistentes deberían ser sólo los creyentes. Y sin televisión, naturalmente, que a la Eucaristía le sobra. Así se evitarían muchos problemas.

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28
Oct
2010
Afectos de mujer e intereses de varón
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Tomás de Aquino se pregunta por qué motivo Jesús resucitado se manifestó primero a las mujeres. Esa es su respuesta: porque al ser las que más amaron al Señor, su espíritu estaba mejor dispuesto para reconocerle. Dicho de otro modo: sólo el amor permite el conocimiento verdadero y, por eso, sólo desde el amor es posible un encuentro con Jesús. Posiblemente las mujeres reconocieron antes que los varones la verdad de Jesús como Señor resucitado y, por tanto, su más profunda identidad, porque su amor era más puro, gratuito y desinteresado. Era un amor sin condiciones, sin preguntarse lo que iban a ganar o perder con su compañía.

Los discípulos varones, sin duda, apreciaban a Jesús, pero se hacían muchas expectativas sobre lo que con él iban a conseguir. Esperaban que Jesús restableciera el Reino de Israel y ocupar los primeros puestos en ese Reino. Los discípulos buscaban el poder, el prestigio. Sus relaciones con Jesús no estaban exentas de interés. Y desde el interés la relación siempre esta viciada, y así no es posible llegar al corazón. Solo la gratuidad, el desinterés, permite el afecto sincero, el amor por encima de cualquier otra cosa. Ellas amaban al Señor Jesús con todo su corazón. Ellos le amaban con muchos intereses. Por eso las primeras tenían una buena base para reconocerle, mientras que los varones necesitaban desprenderse de sus intereses egoístas para pasar al estadio del amor sin condiciones.

En nuestro tiempo hablar de mujeres y varones con distinciones tan marcadas resulta injusto e inapropiado. El egoísmo y el amor se dan en personas de uno y otro sexo. Hay varones amorosos y mujeres que sólo se aman a sí mismas. El creyente de hoy puede reconocerse tanto en María Magdalena como en esos discípulos que buscaban los primeros puestos en el Reino. Una u otra identificación permite discernir sus posibilidades de un encuentro auténtico con el Señor. Las diabólicas ideas de Pedro (Mt 16,23), pero también los afectos de María Magdalena, son propias de varones y mujeres. Por eso en una Iglesia siempre tentada por el poder y el dinero, es importante decir claramente que lo que la construye no es tanto lo petrino (por muy importante que sea, pero precisamente por ser importante corre el riesgo de desvirtuarse en poder e interés) cuanto lo mariano (lo mariano de la Magdalena y también lo mariano de la madre de Jesús), signo de lo gratuito y desinteresado.

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