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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

21
Ago
2013

Pan del cuerpo y pan de Dios

8 comentarios

Estaba públicamente razonando de esta guisa: la Iglesia debe ofrecer el pan de la Eucaristía y el pan de la Palabra de Dios. Pero para que los seres humanos puedan convencerse de que este es el único pan necesario, a veces, será preciso llenarles antes del pan material. Y así, cuando hayan visto por propia experiencia que este pan no les llena y que, tras comerlo, siguen teniendo hambre, tendrá sentido decirles: “lo ves, ya te lo decía yo, este pan material no te llena, por eso te invito a que pruebes otro que sacia, llena la vida de alegría y sentido, y cuando se ha probado nunca más se pasa hambre”. Y en eso, uno de mis oyentes dijo: el llenar los estómagos de pan, no garantiza que vayan a pedir el pan de Dios.

Observación totalmente pertinente. El estar hambriento o el estar saciado no asegura la conversión, ni facilita, por sí mismo, la escucha del Evangelio. Pero, por una parte, los cristianos no damos pan para que la gente se convierta. Debemos dar pan porque este dar, forma parte de nuestra identidad. Los tres pilares de la vida cristiana son la acogida de la Palabra, la celebración de la Eucaristía y la caridad. Una caridad efectiva. Si falta la caridad, la Palabra y la Eucaristía se quedan vacías. Además, al llenar el estómago de pan damos a entender algo decisivo para la credibilidad del Evangelio, a saber: el Evangelio no viene a remediar las carencias materiales, sino a ofrecer una vida más abundante y mejor. Y si bien esto es posible acogerlo y comprenderlo con el estómago vacío, cuando se acoge con el estómago lleno resulta más evidente. El Evangelio no es el remedio de la falta de bienes mundanos, sino la alegría desbordante del que ha encontrado una vida nueva.

El Evangelio puede y debe acogerse en cualquier situación. Pero los testigos del Evangelio debemos facilitar la acogida y remover los obstáculos que la dificultan. La riqueza, ya lo decía Jesús, es un serio obstáculo para entrar en el Reino. Pero el que vive miserablemente (que no es lo mismo que pobre, sencilla, sobria, austera y dignamente), el que se está muriendo de hambre, tampoco está en condiciones de escuchar el Evangelio. Bastante tiene con buscar comida. En este sentido me parece que debe entenderse esta palabra de Jesús: “No sólo de pan vive el hombre”. No sólo. O sea, también vive de pan. De ahí mi convicción: para que el ser humano pueda convencerse de cuál es el único pan necesario, a veces será preciso darle antes el pan que llena su estómago.

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AEL
22 de agosto de 2013 a las 14:00

La única "cuna" digna para procrear la especie humana es el coito.
La única "cuna" digna para la vida ética y moral es el apedreamiento de la adúltera porque: sabía a lo que se exponía con su pecado, por tolerancia cero en cumplimiento de normativa y ejemplo para otros que sientan la tentación de no cumplir la norma.
La única "cuna" digna para permanecer con vida es no hacer transfusión sanguínea en ninguna circunstancia, por radical incompatibilidad en creencia religiosa.
Si el sábado necesitas algo para permanecer en la existencia, o sea, vivir se te debe radicalmente negar porque radicalmente todo, incluido el hombre, es para el sábado; esto por tanto es la única "cuna" para tener dignidad, cueste lo que cueste.
A veces el diseño inteligente de la naturaleza hace cunas sin fondo. ¿Qué hubiera sido de Moisés en el Nilo en una cuna o "moisés" de este tipo?
Menos mal que la norma radical humana de "sólo de pan vive el hombre" fue cambiada por: "No sólo de pan vive el hombre" pues Jesús sabía que, a este, lo podíamos exterminar sin poder vivir imponiendo nuestro intolerancia radical.

Maite
22 de agosto de 2013 a las 23:42

Esta tarde he asistido a la Eucaristía y cuando he escuchado eso del pan fruto de la tierra he pensado que el pan del cuerpo es también un don de Dios, o sea, es pan de Dios, porque Dios es el que hace la tierra produzca sus frutos.

Antonio Saavedra
23 de agosto de 2013 a las 00:37

Efectivamente dar pan forma parte de nuestra identidad, con independencia de que, además,estemos convencidos de que al otro le es bueno conocer el amor de Dios.
Y mal se puede convencer a nadie de que amamos al otro si no le damos el pan material del que carece, mostrando que sabemos compartir el nuestro.
Un pan adecuado a la boca del necesitado: si no tiene dientes, no se le puede dar un cantero de pan duro; si no tiene cocina, no le sirven de mucho unos paquetes de legumbres; si se está desangrando, mi sangre le puede salvar su vida, que es de Dios; si no tiene trabajo, por ahí habría que empezar.
A veces la limosna no es caridad, sino satisfacción de un ego equivocado.

Pan y pan, por derecho
23 de agosto de 2013 a las 10:02

" Tuve hambre y me distes de comer, sed y me distes de beber, estaba desnudo y me vestiste..." Es nuestra responsabilidad, y de ello se nos juzgará, del Amor a Dios y a los Hermanos
. Amor que implica por justícia,que el pan llegue a todos.Porque recursos hay para que nadie muera por falta de pan. Si la justicia, la cultura de lo superfluo, mira hacia a otro lado,entra la caridad: banco de alimentos, asociaciones caritativas varias. La cultura de la muerte entra por la boca en forma de grasienta comida basura en el mundo del exceso. En la otra parte se muere por falta de pan.

Jesús dió de comer panes y peces, curó enfermos. Creer que Él es Pan de vida, supone el don de la fé, y las condiciones de escucha y recepción adecuadas.Oramos porque llegue el Reino, el Pan de Vida a todos.

Transformar las estructuras de pecado por las que media humanidad muere de hambre y miseria es obligación y deber de todos, sea cual sea nuestra fe y creencia. El pan nuestro- de todos, para cada día.

saludos cordiales

Lando rechner
25 de agosto de 2013 a las 12:08

Es muy fácil dar de comer si uno quiere hacerlo de verdad, solo basta plantar un huerto, con cuanta mas variedad de plantas y frutales, mas variado será el pan que demos.
Al mismo tiempo que se plantan huertos se puede dar trabajo a algún desempleado que esté dispuesto a cuidar un huerto a cambio de llevarse lo necesario para mantener la mesa de su casa bien surtida.
Bien organizada, la iglesia podría producir en sus huertos pan para todo el planeta, suficiente gente dispuesta a hacerlo hay repartida por todas partes del planeta.

ofreciendo la caña de pescar
25 de agosto de 2013 a las 13:45

Monjas contemplativas clarisas han ofrecido su monasterio a una organización que se ocupa de reinsertar a los más pobres, inmigrantes sin papeles. Ellos trabajan ahora las tierras de monasterio. A cambio las monjas siguen viviendo en la hospedería del monasterio, su vida contemplativa monástica hasta que mueran. No irán a una residencia, ni traerán novicias jóvenes extranjeras para cuidarlas.

Un ejemplo de cómo dar la caña de pescar, sabiendo adapterse a las circunstancias de la Vida. Y mostrándonos que los resursos son de todos. Nosotras estamos aquí de paso, dice una de ellas. Pero el monasterio seguirá dando trabajo a quien más lo necesita.

Una opción comprometida de unas contemplativas, ahora que se venden tantos monasterios, para hoteles con spá, y otros espacios de ocio. Una opción de procurar la caña de pescar para que otros vivan con dignidad.

la entrevista se puede ver en signes dels temps. TV3

el mensaje en imagen
25 de agosto de 2013 a las 14:49

Por su interés eclesial y social,si lo permite Fray Martín, dejo el link de signes dels temps tv3 sobre la donación del monasterio`por parte de las contemplativas, a la asociación acogida y esperanza.

http://www.tv3.cat/videos/4629911/Signes-dels-temps---capitol-1151

tiempo del reportage: 0: 55 a 9:30 ( inicio del video)

un cordial saludo

alborada
25 de agosto de 2013 a las 19:37

Soneto de las estrellas

Sentado en la letrina del hotel Ritz
pienso en los pobres y en los desvalidos.
Qué cruel es el mundo, dividido
entre quienes nada tienen y quienes tienen todo.

Fulgor de cinco estrellas -y la mortecina
vida de mierda sin ninguna estrella.
Duele en mí el misterio de la injusticia,
herida que nunca cicatriza.

Imagino una aurora repentina,
la ruidosa descarga de agua pura
que restaura la blancura en las letrinas.

Que florezca en el mundo un alborada
-hormiguero de luz, nube bermeja-
y corrija la injusticia de las estrellas.

Ledo Ivo
1924 - 2012

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