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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

4
Jul
2022

Un extraño en el camino

6 comentarios
samaritano

El próximo domingo escucharemos, en la Eucaristía, la parábola del samaritano misericordioso. Ofrezco una síntesis del comentario del Papa a esta parábola en su encíclica Fratelli tutti, poniendo entre paréntesis los números de la encíclica a los que me refiero.

Francisco plantea una pregunta que nos interpela directamente: ¿con cuál de los personajes de la parábola te identificas, con los salteadores, con las personas religiosas, que se desentendieron del herido y pasan de largo, o con el que, sin conocerlo, lo consideró digno de dedicarle su tiempo? (64).

Subrayo algunas enseñanzas de la parábola directamente relacionadas con la fraternidad y la amistad social. En primer lugar, en un mundo de heridos y de personas excluidas o dejadas al borde del camino por motivos económicos, políticos, sociales y religiosos, solo hay dos opciones posibles, dos tipos de personas, más allá de la posición que ocupan o del disfraz con el que se visten, a saber: hacerse cargo del herido o pasar de largo (67 y 70). Los que pasan de largo son cómplices de los salteadores. De modo que en los momentos de crisis “todo el que no es salteador o todo el que no pasa de largo, o bien está herido o está poniendo sobre sus hombres a algún herido” (70).

En segundo lugar, todos podemos hacer algo. “No tenemos que esperar todo de los que nos gobiernan” (77), ni dejarnos desanimar por su inoperancia o corrupción, o por instituciones “dirigidas al servicio de los intereses de unos pocos”. Si “otros piensan en la política o en la economía para sus juegos de poder”, las personas de buena voluntad estamos llamadas a alimentar lo bueno y ponernos al servicio del bien (77).

Estamos llamados a olvidarnos de localismos y particularismos, a traspasar los prejuicios históricos y culturales (83), llamados a ampliar nuestros círculos de pertenencia (81 y 83), para que resurja nuestra vocación de “ciudadanos del mundo entero” (66) y, como el samaritano, hacernos prójimos, cercanos al extraño (80). “Pero no lo hagamos solos, individualmente. El samaritano buscó a un hospedero que pudiera cuidar de aquel hombre, como nosotros estamos invitados a convocar y encontrarnos en un 'nosotros', que sea más fuerte que la suma de pequeñas individualidades” (78).

Destaco, finalmente, un “aviso”, suscitado por esas personas religiosas que pasan de largo ante el herido: “el hecho de creer en Dios y de adorarlo no garantiza vivir como a Dios le agrada. Una persona de fe puede no ser fiel a todo lo que esa misma fe le reclama, y sin embargo puede sentirse cerca de Dios y creerse con más dignidad que los demás” (74). El aviso continúa, desde otra perspectiva, después de lamentar que a la Iglesia le haya costado tanto tiempo condenar la esclavitud y diversas formas de violencia: “todavía hay quienes parecen sentirse alentados o al menos autorizados por su fe para sostener diversas formas de nacionalismos cerrados y violentos, actitudes xenófobas, desprecios e incluso maltratos hacia los que son diferentes” (86).

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Francisco
6 de julio de 2022 a las 01:11

A raiz de la ultima frase
..incluso maltratos hacia los que son diferentes” (86).
Me he acorado estos dias
La Iglesia debe de ser mas clara, no ambigua, y acoger a personas como los homosexuales a quienes hace sufrir bastante
A ver si es verdad que se acoge al extraño en el camino…

Valero
6 de julio de 2022 a las 15:35

El filósofo y dramaturgo Jean Paul Sartre puso en boca de uno de sus personajes una frase terrible, que además es la última que se dice en la obra: "Los otros son el enemigo". En las antípodas de esta expresión está esta obra: "El otro es Cristo". Las personas solemos vivir un poco entre éstas dos expresiones, quizá no llegamos al extremo de Sartre en nuestra visión del otro, pero estamos muy lejos de ver en todo ser humano el rostro de Cristo. El samaritano del evangelio -un hereje, un impuro, un extranjero- se compadece del sufrimiento, se hace prójimo de él y así me siento yo llamado a vivir, a pesar de mis contradicciones y cobardías, de manera que si no soy todavía como ese buen samaritano, viva yo en la tensión de querer serlo y de vivir en la voluntad de Dios.

Hormias
7 de julio de 2022 a las 13:00

Qué dificil ser buen cristiano

María N
8 de julio de 2022 a las 01:37

Qué difícil se nos hace ir al encuentro del otro o estar disponible si el otro viene a nuestro encuentro, si ese otro nos necesita. Ayudar al otro conlleva salir de nuestro espacio de confort, de nuestras comodidades y rutinas. Con todo lo que cuesta y que feliz me he sentido cuando he tenido la oportunidad de ser samaritana, de estar al lado del otro ante poniéndole incluso a mis cosas personales. Es una satisfacción muy grande.

Julio Andres
8 de julio de 2022 a las 07:16

Pero con la GRACIA DE DIOS es posible.

Loreto
8 de julio de 2022 a las 07:33

respondió el centurión y dijo: Señor, no soy adigno de que entres bajo mi techo; mas solamente di la palabra, y mi criado bserá sanado.
Mateo 8 8

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