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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

20
Oct
2019

¿Es verdad que muchos son llamados y pocos escogidos?

7 comentarios
muchosllamados

Hay un texto bíblico que, en según qué bocas, sirve para justificar ideas restrictivas sobre la salvación. Se trata de Mt 22,14: “Muchos son los llamados y pocos los escogidos”. En realidad, esta es una mala traducción. O si se prefiere es una buena traducción literal, pero que necesita explicarse para comprenderse bien. Si yo traduzco literalmente a otro idioma la expresión castellana: “poner a alguien entre la espada y la pared”, posiblemente sonará ridícula o quizás amenazante. En realidad, todos sabemos que es una metáfora o una imagen para decir que estamos poniendo a alguien en un apuro, y que no sabe qué postura tomar ante una determinada situación. Las lenguas se entienden no sólo cuando se comprenden las palabras, sino también cuando se comprenden los “juegos” que con las palabras hacemos. Eso supone comprender los elementos culturales e ideológicos que hay detrás de las palabras.

Vamos con el texto de Mt 22,14: “muchos son llamados, más pocos escogidos”. Sorprendentemente este texto es la conclusión de una parábola que orienta en sentido contrario: la del banquete nupcial, repleto de invitados de todo tipo, en donde sólo uno es arrojado fuera. Por otra parte, esta sentencia pudiera corresponder a la forma aramea de expresar el comparativo de superioridad, lo que exigiría traducirlo por: hay más llamados que escogidos. Traducido así estaría en consonancia con la parábola del banquete nupcial: todos son llamados, pero es posible que no todos respondan a la llamada. Mt 22,14 más que una afirmación es una advertencia: Dios, que llama a todos, pide una respuesta adecuada a su amor.

Mi querido profesor de exégesis, Gerardo Sánchez, lo explicaba así: “en la predicación de Jesús encontramos un dicho que ha sido objeto de distintas interpretaciones. Se trata de la frase final con que termina la parábola de los invitados a las bodas: Porque muchos son llamados, pero pocos escogidos (Mt 22,14). En la lengua hebrea y aramea no existe el comparativo y la relación más... menos y muchos... menos. Para expresar estas ideas lo hacen con los absolutos: muchos... pocos. Este sería el sentido: todos son invitados a participar de la salvación, pero no todos responden”. Me permito matizar este final: todos son invitados, pero es posible que no todos respondan.

Pero esta posibilidad no hay que entenderla necesariamente en sentido restrictivo. Lo que indica la posibilidad es que Dios siempre cuenta con nuestra libertad. Pero también indica que no conocemos el fondo de la conciencia de nadie, ni el fondo del inmenso amor de Dios, ni los caminos por los que el Señor conduce todo según sus buenos designios de salvación. Me quedo con lo que dice el Vaticano II, en Gaudium et Spes, 22: debemos (no parece que sea opcional: debemos) creer que el Espíritu Santo ofrece a todos la posibilidad de que, en la forma de sólo Dios conocida, se asocien al misterio pascual de Jesucristo.

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Hormias
22 de octubre de 2019 a las 16:30

Gracias por su comentario fray Martín

ernesto
23 de octubre de 2019 a las 04:25

¡Excelente reflexión, muy acertada; muy humana y muy cristiana. Gracias padre Martín!

Mildred Alemán
19 de marzo de 2020 a las 00:29

Dios es Amor, por lo tanto no puede excluir a nadie que busque la salvación que Él ofrece. La exclusión sería personal, al no aceptar la llamada y por lo tanto, no responder a ella.

Alicia Riesco Chueca
12 de abril de 2020 a las 02:03

Muchas gracias por explicarlo tan bien buscando las raíces de la expresión aramea. Gracias también por la cita en Gaudium et Spes. Aparte de tranquilizar, esta versión tan clarificadora nos mantiene la idea de un Dios todo bondad.
Aún así, hemos de mantenernos vigilantes, e ir preparando cada día ese precioso traje de boda para agradecer a Dios su amor y participar en su fiesta.

Javier García
1 de septiembre de 2023 a las 18:44

El papa Francisco aclaró en su encuentro con jesuitas portugueses, que el texto evangélico sobre el "todos, todos, todos" es el de los invitados a la boda que se excusan de su asistencia. Entonces, el señor (o sea, el Señor) va a los cruces de los caminos e invita a "todos, todos, todos" a la fiesta de la boda

Valero
2 de septiembre de 2023 a las 10:24

Me llena de consuelo tu comentario Martín, en especial cuando hablas del misterio de Dios, de su misericordia y de los caminos que utiliza para buscar al ser humano y obtener de él esa respuesta que le salve de vivir atrapado en su egoísmo.

Eduardo Gabriel, O. P.
5 de septiembre de 2023 a las 13:34

Gracias por vies tra explicación de este evangelio ha sido una gran ayuda para mi predicación.

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