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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

20
Abr
2015

En el cielo no hay templos

9 comentarios

Distinguimos entre sagrado y profano. Dentro del templo está lo sagrado, Dios y las realidades que se relacionan con Dios. Fuera del templo está lo profano, identificado muchas veces no sólo como lo que no es sagrado, sino como lo que se opone a lo sagrado. Curiosamente, la última página de la Biblia afirma que en la Jerusalén celeste, o sea, en el cielo, “no se ve ningún templo” (Ap 21,22). Si fuera cierto que dentro del templo está Dios, y fuera del templo no está, este texto del Apocalipsis nos llevaría a la absurda conclusión de que en el cielo, ese lugar dónde Dios todo lo determina, porque es “todo en todas las cosas”, no hay lugar para Él porque no hay templo.

La Escritura nos obliga a revisar nuestros criterios habituales. Es evidente que en el cielo no hay templo porque todo el cielo es un templo. En el cielo, Dios no necesita de ningún lugar especial porque ocupa todo el lugar. ¿Qué ocurre en la tierra, este espacio nuestro en el que sí hay templos? ¿Acaso Dios los necesita porque se le expulsa de los lugares profanos? ¿No será más bien que no se le reconoce? Dios está en todas partes, su presencia es onmiabarcante. No hay nada que no esté determinado por Dios. El ruido de la calle es tan eco de Dios como el silencio del monasterio. Pretender expulsar a Dios de nuestra realidad es pretender lo imposible. Son nuestros ojos cegados los que no alcanzan a ver a Dios en ella.

Unos no ven, otros no quieren ver. Las personas no religiosas no ven la presencia de Dios en la realidad. Pero, la gran desgracia es que los que se consideran creyentes tampoco ven o, mejor, no quieren ver la presencia de Dios en tantos lugares “profanos” en los que Dios está. Los que se consideran religiosos parece que sólo quieren ver a Dios en determinados espacios, en sus iglesias y en sus devociones. Pero Dios está también en tanta gente pobre, necesitada, en las realidades profanas en las que hay amor, aunque quizás no haya ritos o manifestaciones pietistas. Eso de que en el cielo no hay templo nos invita a discernir la presencia de Dios en las realidades mundanas, en lo concreto de la vida, en el trabajo de los hombres, en las protestas de los oprimidos, en las búsquedas y balbuceos de muchas personas, en el ansia de amor que algunos expresan con formas poco convencionales.

A veces pensamos el cielo como un gran templo que debería ocupar todo el espacio. El Apocalipsis dice que en el cielo no hay templo. En consecuencia, el espacio que ocupa Dios no es el sagrado, sino el profano. En el cielo todo lo profano es divino. ¿Será esta imagen del futuro una crítica del presente, de esta separación entre lugares donde pensamos que está Dios y lugares donde pensamos que no está? Jesús dijo que a Dios ya no se le iba a adorar en ningún templo, sino en espíritu y verdad. Allí donde hay espíritu, donde hay verdad, allí está Dios. Este mundo no necesita templos, sino espíritu y verdad.

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Juan
21 de abril de 2015 a las 15:02

Cada vez que viajo a mi querida España la encuentro más secularizada. Y me pregunto:¿será necesaria la "secularización" del pueblo español para contrarrestar las "idolatrías" de los creyentes? ¿Será que las gentes no encuentran el cielo en el templo? Examinemos nuestra conducta y seamos serios en nuestro proceder: amémonos los unos a los otros, compartiendo el pan, el trabajo, las penas y alegrías, y hagamos de este mundo una nueva tierra y un nuevo cielo. Gracias, fray Martín, y feliz día.

Luciana
21 de abril de 2015 a las 20:06


Muy acertado el comentario de Juan.La rutina de asistir al templo diariamente es ya monótona.Es la Fe la que nos mueve a venerar a Jesucristo en la Eucaristía diaria,dónde recibimos el carburante para entregarnos de nuevo al hermano dónde sea:Hospitales; escuelas;trabajos distintos,es Jesucristo en el hermano sufriente etc.Todo esto terminará en el Cielo con la visión beatífica de nuestro Redentor "no habrán templos".

Juanjo
21 de abril de 2015 a las 20:15

Si se leyese bien el evangelio, habríamos aprendido bien cual fue la actitud de Jesús frente al Templo, y en concreto el de Jerusalen. Cueva de ladrones, lugar de explotación "en nombre de Dios".
Habríamos aprendido y comprendido que el velo del templo de rasgó " de arriba a abajo" los evangelistas captaron muy bien lo que significa romper con el templo, y dentro de las sinagogas Jesús fue un provocador, aprovechó ese lugar "sagrado" para manifestar la verdadera voluntad de Dios que escandalizó a los estrictos observantes judíos.
"Vosotros sois el verdadero templo de Dios", ya no son necesarios intermediarios interesados en controlar el legalismo cultual.

Ramón
22 de abril de 2015 a las 02:20

Laico. Al morir se rompe la cortina del Templo. Se podría decir que hasta poco piadoso, no muy dado a las tradiciones religiosas de entonces, nunca fue a misa aunque toda su vida fue eucaristía. ¿Hay alguien más "secularizador" que Jesús?

Martin Guevara
22 de abril de 2015 a las 11:11

Increible la presencia de Dios lo abarca todo, esta en todo lugar y en toda realidad, por mas increible que nos parezca.

Una laica/ religiosa
22 de abril de 2015 a las 16:03

Daría para más la reflexión sobre la omnipresencia de Dios. ¿Existe la presencia también del maligno? ¿Dónde está?...
Me causa tristeza que el estilo de vida religioso, que supone un seguimiento de Jesucristo radical sea minimizado, pienso que se debe de presentar con más convencimiento, volviendo a las fuentes y ánimo de Santo Domingo de Guzmán, de Santa Teresa de Jesús etc los cuales supieron contagiar su entusiasmo por ese estilo de vida y llegar donde llegaron.
De todas formas las crisis siempre llevan a un crecimiento y madurez espiritual, pero ojo! no metan la pata que el mundo no es la panacea y algunos sies pueden ser noes y no haber vuelta de hoja. He ahí la libertad personal que cada uno tiene respecto a su vida.

carmen elvira diaz crespo laica carmelita descalza
23 de abril de 2015 a las 01:26

El tema es de suma trascendencia para el crecimiento espiritual de todo creyente. El Evangelio de la muerte de Jesús y el velo del templo de arriba a bajo se rasgó...San Agustín encontró a su Creador dentro de Sí...Santa Teresa de Jesús nos limpia la mente y la inteligencia al descubrirnos como lo mas bello y amado de Dios NOSOTROS!. El mismo S:S. Francisco nos dice:somos el sueño de Dios...!. Porqué en pleno SIGLO XXI no nos descubrimos TEMPLO DEL ESPIRITU SANTO? lo dice S. Pablo. Porqué no nos enseñan el valor de la INTIMIDAD CON JESUS?...LA ORACION ES TRATAR DE AMISTAD CON QUIEN SABEMOS NOS AMA! donde está EL ESPIRITU SANTO? somos dados a la imagan, al hábito, a la fechada, supericiales, formalistas...Jesús fue en contra de esta muerte que mata la fe la experiencia de Dios. Dios está en todos EN EL VIVIMOS NOS MOVEMOS Y EXISTIMOS. Todos estamos en DIOS!

Águeda ribao
25 de mayo de 2019 a las 23:04

Padre martin le doy las gracias por estos artículos suyos que me están haciendo una adicta por el bien que me hacen . Saludos

Miren Begoña S. Aranzeta
30 de mayo de 2019 a las 19:37

Me gusta y me hace bien. ¡Gracias!

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