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Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

4
Nov
2025

La Virgen María, ¿corredentora y mediadora?

18 comentarios
Marianocorredentora

Ante las numerosas consultas y propuestas que han llegado a la Santa Sede en las últimas décadas, el Dicasterio para la doctrina de la fe ha publicado una importante y necesaria “nota doctrinal sobre algunos títulos marianos referidos a la cooperación de María en la obra de la salvación”. Importante, porque nos ayuda a purificar nuestra fe. Y necesaria para evitar lo que el Vaticano II calificó de “exageraciones” en el discurso sobre María. “Las exageraciones, dijo Juan Pablo II, provienen de cuantos muestran una actitud maximalista, que pretende extender sistemáticamente a María las prerrogativas de Cristo”.

El texto se propone “precisar el lugar de María en su relación con los creyentes, a la luz del Misterio de Cristo como único Mediador y Redentor”. Lo fundamental de María en relación a los creyentes es su maternidad. De ahí el título del documento: “Madre del pueblo fiel”. María es la expresión más perfecta de la acción de la gracia que transforma nuestra humanidad.

La pregunta a la que busca responder el documento es: ¿cómo se entiende la asociación de María en la obra redentora de Cristo?, ¿cuál es el significado de su singular cooperación en el plan de la salvación? La cooperación de María comienza en la Anunciación y termina al pie de la cruz. Ella es la que acoge con fe la Palabra del Señor y así se convierte en madre de los creyentes. Al pie de la cruz el discípulo amado, que ocupaba nuestro lugar junto a María, la acogió como madre en la fe. María se convierte así en madre de todos los creyentes.

A propósito del título de Corredentora, la nota recuerda que, siendo prefecto de la entonces Congregación para la doctrina de la fe, el Cardenal Joseph Ratzinger se manifestó en contra de la petición de declarar a María como corredentora. Y que el Papa Francisco también expresó su posición claramente contraria al uso de este título. Este título “siempre es inoportuno para definir la cooperación de María, pues corre el riesgo de oscurecer la única mediación salvífica de Cristo y, por tanto, puede generar confusión y un desequilibrio en la armonía de verdades de la fe cristiana”.

En relación al titulo de Mediadora, el documento indica que hay que explicar bien los limites de este título. Mediación es cooperación, ayuda, intercesión. Por consiguiente, bien puede decirse de María que es mediadora en sentido subordinado a Cristo. En sentido estricto no podemos hablar de otra mediación en la gracia que no sea la del Hijo de Dios encarnado. Pero esta mediación de Cristo es inclusiva: unidos a él podemos ser mediadores de gracia los unos para los otros. Si esto vale para cada creyente, con mayor razón debe afirmarse de María. Y aunque la suya es una mediación participada, el pueblo de Dios confía firmemente en la intercesión de María. María es madre de los creyentes, madre del pueblo fiel.

Mi consejo es que lean directamente la nota doctrinal del Dicasterio, y que la lean despacio y sin prejuicios. En ella encontraran una rica doctrina sobre la Virgen María. Amar a María no es lanzarle gritos ni flores, ni buscar títulos para ella. Amar a María es meditar lo que dice y hace en los evangelios. Si así lo hacemos, nos acercaremos cada vez más a Cristo

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Vicente
4 de noviembre de 2025 a las 21:10

Correctamente entendido se puede llamar a María
Corredentora y Medianera, tal y como explica L.G., en el capítulo VIII.

Martín Gelabert
4 de noviembre de 2025 a las 21:30

Comprendo que el tema de esta nota del Dicasterio de la fe es muy sensible y suscita muchos sentimientos. Por eso, voy a dejar pasar todos los comentarios, siempre que sean respetuosos. Solo me gustaría decirle a Vicente que el capítulo VIII de la "Lumen Gentium" en ningún momento habla de María corredentora. Sí que habla de la mediación de María: la única (única insisto) mediación del Redentor suscita en las criaturas diversas clases de cooperación. Por tanto, entendiendo esta cooperación de María como mediación se trata de una mediación subordinada y participada. Gracias por participar. Solo quería precisar que la corredención no aparece en la "Lumen Gentium".

Cristhian Peña
4 de noviembre de 2025 a las 23:37

Completamente de acuerdo. La fe, esa que nos gloriamos de profesar es compleja y al mismo tiempo sumamente sencilla. No le están quitando nada a la virgen y nuestro amor por ella. Solo esta la Iglesia, madre de todos también, aportando luz a ambigüedades que parecen sencillas pero tienen aristas peligrosas. Nadie puede tomas el lugar del hijo de Dios, nada ni nadie, y al mismo tiempo la madre que lo cargo en su vientre no deja de ser una criatura única en toda la creación, pero al final, creada. Solo el hijo es parte de La Santísima Trinidad que gobierna el Universo.

Jenny Ovelar
5 de noviembre de 2025 a las 00:25

Preciso, sabio y claro

Javier
5 de noviembre de 2025 a las 04:01

Gracias por la publicación. Podemos decir el Redentor es JesuCristo que Dios Padre y Dios Espíritu Santo puede decirse de ellos Corredentores. Maria como la primera redimida, colabora y coopera en el plan de salvación. No corredime. Jesús es el unico mediador, ella coopera en el orden de la gracia; por lo tanto, no es mediadora subordinada sino medianera o primera intercesora en favor de los creyentes por ser madre en la fe, la primera cristiana, madre de los creyentes.

Chiquet
5 de noviembre de 2025 a las 08:48

Efectivamente el lenguaje necesita muchas veces ser explicado. Al final hablar, dialogar, puede ser positivo, pero la verdad viene a ser clave.
Acercarme al lenguaje sobre nuestra Madre, espiritual: intentaré leer con atención el texto del dicasterio (últimamente me asombré de lo penoso que me resultó al tratar otro tema importante; en fin para penoso...servidor, por haber hablado mal en algún momento concreto de mi vida, por ejemplo).
El uso de la palabra Mediadora, de todas las gracias, lo veo muy bonito y adecuado. Habrá que añadir que Dios es el origen, el Creador. Él es la Fuente, la misma Gracia. La Virgen su Cooperadora. Habrá que seguir hablando: cooperadora en cuanto que es llamada a participar en la operación, tomo nota de la sugerencia de Martín al hablar de "mediación participada" (gracias)
Al final, debo creer, aun en la grisura de mi panorama, en que (¡también a mí!) Dios me llama a cooperar, en lo que vaya disponiendo a mi alcance. La Virgen modelo perfecto y con la confianza más grande; superando a la de una niña en el mejor padre.
Yo propondría a la Virgen como solución; como imagen de una cuestión concreta (recordemos la reflexión del dicho "una imagen mejor que mil palabras") , Mirarla para entrar en la cuestión, del hombre y mujer. Que nos ayude a pensar en temas como el de por qué la sucesión apostólica se estableció para el varón.
Hay una imagen preciosa de la mujer asociada a la maternidad. Y, para mí, la del hombre al servicio de la maternidad. María figura perfecta es la Iglesia y san José a su servicio, hasta calladamente, como en segundo lugar. La autoridad, clara y sólida, en la Iglesia al servicio de ella.
Esta imagen de subordinación a la maternidad debe conjugarse con la subordinación a la Verdad. En Mt 17,5 el Padre nos lo indica ... "escuchadlo"; escuchar a Cristo: por encima de nuestros argumentos sean más o menos sinodales.

María de la Soledad
5 de noviembre de 2025 a las 10:37

Muchas gracias por su claridad.
Como procuro hacer, iré a la fuente, al documento; pero, dobre todo, para el primer momento en el que puede haber mucho revuelo, su explicación me es muy útil. De nuevo gracias.

Mercedes
5 de noviembre de 2025 a las 16:26

Totalmente de acuerdo con Christian Peña !

Hormias
5 de noviembre de 2025 a las 18:40

Estupendo artículo como todos los suyos
A mí me ayudan mucho en mi alma pecadora
Mil gracias Fray Martín

Valero
6 de noviembre de 2025 a las 08:38

Isabel le dice a su prima María "bendita tú que has creído" pues ella, como Abraham, recibe una palabra del ángel, la acoge, dice sí y se pone en camino. Ella es mi madre en la fe, la que me enseña cual es el camino para fiarse de Dios: la humildad. En éstos momentos de gran sufrimiento personal me pregunto muchas veces que debió pensar y sentir María la pie de la cruz. Estoy convencido que desde la humildad María no intentó entender porque su hijo era crucificado, sencillamente guardo en su corazón el atroz dolor que debió experimentar como madre y no le pidió cuentas a Dios ni se escandalizó y quizá hizo suyo lo que dice el salmo: "espera en Dios que volverás a alabarlo". Eso es lo que intento hacer yo cada día diciendo lo que Abraham le dijo a Isaac en respuesta a sus preguntas "Dios proveerá el cordero para el sacrificio".

José María Valderas
6 de noviembre de 2025 a las 11:28

He leído con atención y sorpresa el documento. Lo mismo que leí todos los documentos de Francisco. Busqué entender el contexto y la hermenéutica de distintos autores, entre ellos los artículos publicados en Révue Thomiste sobre la bendición de los homosexuales. En otras publicaciones, la exégesis de las famosas dubbia sobre la comunicación de los divorciados.
En todos ellos, el mismo desencanto. Citas falsas de santo Tomás, descubiertas por un investigador de la Leonina, y, en el documento sobre la Virgen, cita falsa de San Agustín, de acuerdo con el Migne.
Siendo eso importante, lo principal es la falta de pulso teológico. Usted fray Martin habla de la maternidad, pero de la maternidad referida a la humanidad redimida. No pone en su lugar a la maternidad divina de María.
Por ser Madre de Dios, María tiene todos los demás atributos. Toda la letanía lauretana, para entendernos. Como usted sabe ese es el abecé de la Mariología. Entre ellos, corredentora. Las excusas expuestas mueven al sonrojo, por razones que usted me imagino sabe.
El tema no es menor. Trasciende la Mariología para afectar de lleno a la Cristología. Pero ahondar en ello aquí no procede.

María Elena
6 de noviembre de 2025 a las 16:29

¿De verdad importan tanto los calificativos que se empleen con la Virgen?....
No es mi intención contrariar a nadie, pero denoto cierta intención de relegar a María a un segundo plano. Por mi experiencia, he podido constatar que aquellos sacerdotes que son más marianos
(entendido como más devotos de María) resultan más cercanos a la gente, con una sensibilidad especial. Así, ni el Papa Francisco, ni Benedicto XVI (reputado teólogo) han sido declarados hasta ahora santos, a diferencia de San Juán Pablo II o San Juán XXIII (por poner un ejemplo), ambos grandes devotos de María, o San Pío de Pietrelcina, por poner otro ejemplo de un gran santo de nuestro pasado reciente.
Si se sostiene que no es posible amar a Dios sin amar a los hermanos, también, y con más razón, podríamos decir que no se puede amar a Dios sin amar a María.... El que sea o no corredentora o mediadora, creo yo, carece de importancia....

Adolfo Montesinos
7 de noviembre de 2025 a las 01:13

San Juan Pablo II habla 7 veces en varios documentos sobre la Vìrgen como corredentora. El nuevo Dr de la Iglesia el Cardenal Newman lo hace, San Luis Maria Grigniòn de Montfort defiende esa tesis, el Santo Macximiliano Kolbe, entonces para què negarlo? Esa es la doctrina de siempre de la Iglesia y el sentir del fueblo fiel.

Jesús
8 de noviembre de 2025 a las 15:03

Es evidente que amara a Maria es meditar lo que dice en el Evangelio y seguir su ejemplo, pero también piropearla y llevarle flores. Cada persona ama como sabe y puede, qué triste o que serio es amar sin piropear, no sé si felicitar o compadecer a quien afirma tan rotundamente que amar no es piropear...A mi madre de la tierra y del cielo le encanta que las piropeemos...

Jesús
8 de noviembre de 2025 a las 15:10

No entiendo la aclaración innecesaria. Cristo, evidentemente es el único redentor, Dios y hombre. Todos los cristianos podemos colaborar con la redención de Cristo uniendo nuestros sufrimientos a la cruz del Señor, como dice San Pablo. Hay un sólo redentor, Jesuscristo y tantos corredentores como cristianos haya que ofrezcan sus sacrificios a Dios. María es Madre del Redentor y también primera corredentora, ¿Dónde está el malentendido?
, madr

Jesús
8 de noviembre de 2025 a las 15:35

El Cardenal Fernández aconseja no usar el término "corredentora". Los consejos se pueden seguir o no y se puede acertar o no aceptar siguiéndolos o no. Yo le recomiendo que le pida la gracia a María de ser un buen hijo suyo y verá como la madre de Dios SIEMPRE nos acerca a su hijo, Jesús.

Mauro Segret.
9 de noviembre de 2025 a las 14:20

En estos momentos que vive la Iglesia lo prudente es no emitir juicios o documentos que fomentan división. Pareciera que el verdadero fin del documento fuere realizar un gesto hacia los hermanos separados en atención a la firma por su Santidad de la Carta Ecuménica. No sé cómo reaccionarán los Ortodoxos que son tanto o más marianos que nosotros. El tema de la Co Redención no está definido y hay opiniones tanto a favor como en contra... en mi opinión bien puede ser una letanía más. En cambio el título de "Mediadora de todas las Gracias" me parece que es indiscutido, pues de no serlo perderían su sentido las oraciones marianas, en particular el Ave María y el Salve. Adviértase que las tres oraciones liminares son el Padrenuestro, Ave María y el Gloria. También se lesionaría el sentido del rezo del Santo Rosario. Lo cierto es que en vez de definiciones claras que sirvan para afirmar nuestra Fe católica y apostólica, se realizan declaraciones en donde muchas veces prima lo ecuménico, lo pastoral y los coqueteos con la mundanidad. Duele mucho esta falta de claridad doctrinal que nada ayuda para la unidad de los Cristianos.

Maria Emma Giron
9 de noviembre de 2025 a las 16:39

Maria, es tan grande porque es la Reina del Cielo por su amor por su humildad por su silencio. Por su servicio a Jesús y a la Iglesia, María no necesita títulos, No necesita nada de nosotros, somos nosotros los que la necesitamos como Madre y como Intercesora en nuestras necesidades y en nuestras angustias y soledades.
Si queremos saber como es María solo tenemos que mirarla en el Calvario de pie junto al Señor Jesús.
Pueden decir todo lo que quieran y Ella seguirá siendo mi Madre y la Reina de mi vida. Amen

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