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¿Guerra sagrada? ¿Y eso qué es?
3 comentariosAcabo de leer la noticia en Religión Digital: A propósito de los bombardeos que este pasado miércoles Rusia ha lanzado contra el Estado Islámico en Siria, el portavoz de la Iglesia ortodoxa rusa los ha respaldado con estas palabras: “la lucha contra el terrorismo es una lucha sagrada, y hoy nuestro país se ha convertido quizá en la fuerza más activa del mundo que lo combate”.
A este respecto, conviene distinguir dos planos, el político y el religioso. Se puede estar o no de acuerdo con la oportunidad política de bombardear a un grupo terrorista. Personalmente estoy convencido de que uno de los peores males de nuestra época es el terrorismo organizado. ¿Cómo combatir esta lacra? Las atrocidades cometidas por este autodenominado Estado Islámico son inaceptables desde todos los puntos de vista. Más aún, son odiosas. De hecho, muchos musulmanes, a lo largo del mundo, han condenado a este Estado Islámico. Pero si se toma la decisión de bombardear hay que tener mucho cuidado de no hacerlo en amplias zonas en donde además de terroristas puede haber civiles inocentes.
Cosa distinta es calificar estos bombardeos de “guerra sagrada”. ¿Qué quiere decir “sagrada”? ¿En nombre de Dios? El nombre de Dios es el que a veces utilizan los terroristas. Lo utilizan “en vano”. Y no hay nada peor que utilizar el nombre de Dios en vano. En su nombre no se puede justificar ninguna guerra. Cierto, Santo Tomás justificó teóricamente la guerra si se cumplían determinadas condiciones que hacían de ella una “guerra justa”. Pero Santo Tomás no conocía las consecuencias y el alcance de las modernas armas de guerra. Su mundo no era el nuestro. Y, por tanto, lo que dice el santo de Aquino hay que situarlo históricamente.
Por otra parte, el moderno Magisterio de la Iglesia, a partir del Vaticano II, y cada vez con más fuerza, ha ido en la línea de buscar una prohibición absoluta de toda guerra. En cualquier caso, me parece a mi que la tesis de Tomás de Aquino se formularía mejor como defensa ante injustas agresiones. Si el portavoz de la Iglesia ortodoxa hubiera calificado el ataque ruso de defensa ante una agresión injusta me hubiera escandalizado menos que su calificativo de lucha o guerra sagrada.
Una cosa más: la medida posiblemente más efectiva contra el terrorismo es la no venta de armas. Desgraciadamente el comercio de armas sigue boyante, por parte de unos y de otros. Los fusiles que les vendemos sirven para matarnos. Lo malo es que mi frase no es exacta: los fusiles que les venden los políticos y economistas que comercian con la sangre son los que sirven para derramar sangre inocente. Luego vienen los escándalos farisaicos y las preguntas sobre cómo acabar con eso. Con más armas, y así el comercio sigue creciendo. Lamentable.