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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

19
Sep
2017

Política, fe y fanatismo

4 comentarios
cruzazul

Este pasado domingo, en la última página de “El País”, se publicaba una columna titulada “Razón y fe”. Estoy convencido de que la mayoría de los filósofos y teólogos difícilmente podrán aceptar los conceptos de razón y fe que subyacen en este artículo. Aunque quizás muchos puedan estar de acuerdo con la reflexión final del autor, dirigida claramente a algunos políticos de nuestra tierra española “poseídos por pasiones pueblerinas, incapaces de someter sus problemas políticos a la razón, estúpidos dispuestos a aniquilarse una vez más por un ideal imaginario de unidad o independencia de una patria hipotética, sin saber que esa montaña que la fe es capaz de mover, les puede caer encima”.

Pero para realizar esta crítica a políticos de uno y otro bando, no hace falta partir del dicho evangélico de que “la fe mueve montañas”, y deducir de él estas afirmaciones: la fe “es fácil de obtener, no necesita ser probada, no admite fisuras”; “a causa de la fe se mata y se muere”; la fe es “una reacción psicofisiológica ante lo real o lo imaginario, que nos convierte en visionarios y en fanáticos. De esa ciega pasión nacen las xenofobias, el odio o el miedo al otro, las banderas, las patrias y las fronteras”.

Me temo que el articulista ha confundido fe con fanatismo. Cierto, la fe puede desvirtuarse; y en demasiadas ocasiones se la ha confundido con el fanatismo y la intolerancia. Mientras el fanatismo desprecia la inteligencia, la buena fe es crítica, muestra su credibilidad, porque tiene buenas razones para creer. No cree sin motivos. Está sometida a controles, el control de la razón, de la historia, de la antropología y de la psicología. Por tener, la fe hasta tiene algo equiparable a la duda; por eso, la buena fe se plantea preguntas y está dispuesta a aceptar las críticas razonadas, porque busca siempre la verdad.

Si entramos en los terrenos de la fe cristiana, hay que decir que el amor, el perdón y la misericordia son sus criterios necesarios. Es imposible, si se entiende bien, que de la fe cristiana puedan nacer “xenofobias, odio, miedo al otro, banderas, patrias y fronteras”. Pues el cristiano no tiene más patria que la celestial (¡a ver si nos enteramos!). Cuando la fe cristiana ha prescindido del amor se ha convertido en intransigencia. Y cuando ha prescindido de la razón se ha convertido en fanatismo.

Juzgar a las religiones por sus desviaciones o sus distorsiones no es un buen criterio de juicio. Quizás es un motivo de crítica, pero no a la religión, sino a sus distorsionadores. A veces, esta crítica la hacen los de fuera (confundiendo a la religión con lo que dicen de ella algunos de sus peores representantes), cuando los primeros interesados en hacerla deberíamos ser los de dentro.

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Micaela
20 de septiembre de 2017 a las 08:18

Así es fray Martín, gracias.
Hay muchas razones para creer, aunque la fe no se agote en ellas.

María Ángeles
20 de septiembre de 2017 a las 20:05

-¿Cuando en la llamada «piel de toro» vamos a dejar totalmente separado Iglesia-Estado?
-¿Cuándo vamos a dejar de echar mano a discursos trasnochados, frases hechas como si de slogan de temporada se tratase acerca de lo religioso y en concreto de lo cristiano?
-¿Cuándo nos atrevemos a pensar, sí: PENSAR, todo un arte, para ir aprendiendo a poner las ideas -muy muchas irracionales- , las personas y las situaciones en el lugar que les corresponde?
Miren ustedes...se trata de que el puzzle encaje, no con calzador, sino cada pieza en el lugar correspondiente y de paso...un mucho de sensatez, porque muchas veces los que se creen más sesudos, piadosos...con derecho a apuntar con el dedo, pero inimaginables haciendo autocrítica, urgente les entre en la mollera que son carne de finitud igual que el resto de los mortales

Teresa
22 de septiembre de 2017 a las 01:46

Los españoles estamos viviendo momentos delicados por causa de algunos políticos
La "Conferencia Episcopal Tarraconense" ha pedido a todos los católicos en un comunicado, rezar por Cataluña
????????????
¿Alguien debería decirles que se confunden?
¿Alguien les tendría que decir que se quiten las anteojeras que les impiden ver con claridad?
¿No estamos sufriendo todos?
¿Porqué sólo hacer peticiones por un trozo de España?
¿O... qué pasa?
¿Puede un grupo de obispos, apoyándose en la Fe que compartimos todos los católicos, hacer distinciones entre unos y otros?
Poder pueden. Lo han hecho. Pero creo que no deben, no es su misión y si no, que lean la carta de San Pablo a Timoteo 6,3 - 12. Lo expresa sin veladuras

Francisco
22 de septiembre de 2017 a las 13:02

Había leído esa columna de "El País". Y pensé que merecía un comentario para
aclarar la confusión-ignorancia de su autor. Tu comentario está muy bien.
Y si se quiere buscar luz para la confusión que muestran los medios de comunicación sobre Cataluña, puede servir de gran ayuda el "Mensaje a la Conferencia Episcopal de Italia" del Papa San Juan Pablo II (6 de enero,1994).

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