Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

19
Jun
2010

Dios es inocente porque no existe (Saramago)

12 comentarios

En las novelas de José Saramago siempre aparece la cuestión de Dios relacionada con el mal. Puestos a pensar que Dios existe, dado que las religiones, lejos de aproximar a los hombres, les dividen y separan, y además han sido y siguen siendo causa de sufrimientos inenarrables y monstruosas violencias físicas y espirituales, sólo cabe concluir o que Dios está ciego (Ensayo sobre la ceguera), o que está rematadamente loco (Caín). Porque pensar que es un Dios que se complace en tanta sangre (El evangelio según Jesucristo) termina haciéndole cómplice del mal. Pero si Dios no existe, entonces no cabe otra salida que declararle inocente. El problema no es un inexistente Dios, sino el “factor Dios”, que está presente no solo en los billetes de dólar, sino en todos los seres humanos, intoxicando el pensamiento y abriendo las puertas a las intolerancias más sórdidas, ese “factor Dios” al que tantas y tantos apelan para justificar condenas, descalificaciones, guerras, desprecios y venganzas.

Las religiones, además de dividir y condenar, han sido factores de perdón, de comprensión, de entrega, de generosidad; han promovido los derechos humanos y la paz; y han sido para muchos caminos de encuentro con un Dios que ha llenado sus vidas de gozo y alegría. Pero eso no tiene que hacernos olvidar la parte de razón que tiene la crítica de Saramago, crítica que puede ayudar a purificar la fe y la religión, ya que plantea la pregunta de cómo es posible que la religión también conduzca a tanta intolerancia, tanta descalificación, tanta condenada. Quizás estos caminos negativos no se deban a la religión, sino a nuestra “corta” interpretación de la religión. Quizás sea posible decir que, a pesar de tanta deformación y mala aplicación que los hombres hemos hecho de ellos, los libros sagrados de las religiones siguen estando ahí como critica permanente del uso que de ellos hacemos.

En todo caso, un buen creyente debería saber que cuanto más se avanza en los caminos de la fe, más preguntas se acumulan, menos claro parece todo, y más odioso resulta el mal. Si en este rechazo del mal nos acompañan algunos ateos, buena compañía son. Como me acaba de escribir una persona cercana, lamentando la muerte de Saramago, “hay un ateísmo apofático, de compromiso con las victimas de la historia, que pronuncian su grito de verdad en el Silencio de Dios”. En este sentido puede seguir afirmando: “Saramago no creía en Dios. Pero Dios creía en él”.

Posterior Anterior


Hay 12 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Bernardo
19 de junio de 2010 a las 20:53

Habitualmente, ante alumnos que me confiesan su no creencia en Dios, les pido que me especifiquen cuál es ese Dios en el que no creen, porque quizás yo tampoco crea en él. Y eso mismo me pasa con el Dios en el que no cree Saramago, que yo tampoco creo en él. Pero, curisamente, nuestro Dios, el Padre de Nuestro Señor Jesucristo, la Víctima entre las víctimas, sí cree en Saramago, como bellamente dice tu interlocutor, Martín. Ya que hubiera tantos ateos como este buen hombre que ahora posiblemente ve mejor que nunca, porque sólo un verdadero ateo puede llegar a ser un buen creyente, como decía otro ateo como Bloch.
Nunca he disfrutado mucho con la lectura de los libros de Saramago, no es de mi gusto literario, pero siempre fue un placer escucharle y compartir luchas con él.
Que el Señor de las víctimas de la historia lo tenga en su seno de misericordia.

perpetuo socorro
20 de junio de 2010 a las 02:22

hoy he visto algo muy bonito, como una compañera mia se desvivia por una musulmana para darle como fuese tiritas para hacerse glucemia capilar, pues no le cubre el seguro y no tenia dinero para comprar. Una imagen me vale mas que mil palabras. No necesito mas

Vicente
20 de junio de 2010 a las 03:03

No he leido nada de Saramago (solo algunas cosas sueltas o el comienzo de algunos de sus libros), pero me parece una persona muy coherente en sus acciones y en su forma de expresarse. Para mí es evidente que la fe es una especie de salto en el vacío...y tan "arriesgado" es decir que Dios no existe, como decir que sí existe...Además en ello te va la vida, porque uno se la juega tanto con el sí como con el no...(Descanse en paz)

astro redimido
20 de junio de 2010 a las 09:29

Amor a José Saramago, los brazos entrelazados, de Violante y Pilar, hija y viuda en su despedida.Vida fecunda en savia de amor correspondido. Hombre de una pieza, de una palabra, según Pilar. Compromiso de amor desbordante en la búsqueda de justicia, de dignidad en una sociedad barnizada de falsos brillos.Amor que redime.

Su palabra, consecuente con su actitud vital provenía de su infancia humilde, que nunca abandonó. Temprana mirada a la realidad des-velada. Retornan parte de sus cenizas a sus raíces. El resto fecundará el olivo que plantó en su refugio isleño: presencia que habita la soledad de Pilar.

Compromiso que impulsaba movimiento: solidaridad junto a Amidatu Haidar. Podía haber escrito un comunicado. Se desplazó personalmente al aeropuerto, estando ya gravemente enfermo.Com-pasión, amor entrañado en misericordia

Vida y obra calaron en sus paisanos portugueses. Hacen cola para despedirle. Saramago les recibe a cara descubierta, féretro abierto. Consecuente hasta el final: no esconde su cuerpo inerte, a esta sociedad de ocultamientos.

La Iglesia portuguesa ha estado a la altura en la despedida. “Manca finezza” , amplitud de miras y horizonte, falta de generosidad y entrañas de misericordia en algún obituario eclesial " oficial". Les cubrirá el olvido.

Molto obrigado, José Saramago
Deo gratias por su vida
¡ Buen viaje a la Eternidad!

É Tao Fundo o Silêncio

E tao fundo o silêncio entre as estrelas.
Nem o som da palavra se propaga,
Nem o canto das aves milagrosas.
Mas lá, entre as estrelas, onde somos
Um astro recriado, é que se ouve
O íntimo rumor que abre as rosas.

Es tan hondo el Silencio

Es tan hondo el silencio en las estrellas.
Ni el son de las palabras se propaga,
ni el canto de las aves milagrosas.
Pero allá, en las estrellas, cuando somos
un astro redimido, es donde se oye
el íntimo rumor que abre las rosas.

autor: JOSÉ SARAMAGO

josemaría esteve i pallarés
20 de junio de 2010 a las 13:28

Este invierno he leido CAÍN. No me gusta como escribe,pero me intriga como piensa.
"Qué diablo de Dios es éste que,para enaltecer Abel,desprecia a Caín".
No es posible creer que existimos "desde un origen amoroso" ni descubrir a Dios en la raiz misma de la vida,cuando estamos fabricando una sociedad donde apenas se cree en el amor.

en Lisboa
20 de junio de 2010 a las 17:40

Incinerado en el cementerio del Alto de San Juan. Sus cenizas permanecerán todas en Lisboa,sede de su Fundación

Descanse en paz

Jorge
27 de junio de 2010 a las 18:11

P. Gelabert: Quizas usted no pueda leer estos comentarios por razones de ocupacion, responsabilidades, etc. Si supiera su dirección electrónica le hubiese escrito antes, porque no me gusta decir nada en público. No para molestarle con comentarios que seguramente no serían necesarios porque nada nuevo dirían, sino para agradecer sus libros y sus escritos "no-libros". Gracias. Yo tambien creo en los ateos y en que quizás Dios se moleste en seguir creando a algunos (no sé si a todos: pienso en los miserables de Wall Street y otros especimenes que son ateos funcionales) para que hagan un balance y su misterio pueda "ser". Cómo saberlo? Al leer su comentario sobre la muerte de Saramago he vuelto a leer algunas paginas de aquella edicion de la Cattedra dei Non Credente (Martini)publicada con el título "La preghiera di chi non crede" y la otra tambien sobre el silencio de Dios, "Qui come te tra i mutti?" y es pena que quizás Saramago por alguna causa no haya sido invitado o si lo fue que no haya aceptado. No hay otra oracion que la que sinceramente salga del corazón aunque del corazon, según la sentencia atribuida a Jesucristo, pueda salir lo que contamina. Gracias a Dios, Jesucristo no especificó que no pudiese salir tambien, ironicamente, lo que contamina la belleza y la belleza dificilmente pueda ser opuesta a Dios. Un abrazo si este mensaje le llega, y si no le llega, un abrazo -al decir del Jean Christophe de Rolland-, si no con los brazos con el corazón. Jorge P.S. Enhorabuena por la inicitaiva del Papa de celebrar en Paris un foro de no creyentes. Ravassi y la inicitiva misma son un homenaje aunque silencioso a aquella extraordinaria iniciativa de Martini en Milan que JPII nunca reconocio o invito a ampliar hasta su carta de reconocimiento al final del episcopado de Martini, pero que deberia multiplicarse por todas partes. Otro e-abrazo. Jorge

Martín Gelabert
27 de junio de 2010 a las 19:41

Para Jorge: No soy partidario de dejar mi correo electrónico en un lugar público, como el blog. Pero si usted desea enviarme un correo personal, puede hacerlo de este modo: al final de todas las páginas del dominio http://www.dominicosaragon.org hay una dirección de correo electrónico. Si me envía, por este medio, su propio correo, yo le responderé y le enviaré el mío. Gracias.

Dvqe
30 de junio de 2010 a las 14:54

No he leído a Saramago. Mi impresión no es buena, pero uno ya no se fía de sus impresiones, simplemente sigue adelante sabiendo que hay decisiones que no tienen vuelta atrás. Y no leerle, tal vez, sea un error. Pero yo me voy a Chesterton, tantas veces citado, y tan pocas leído. Me tengo por uno de esos ignorantes que ahora empieza a leer al maestro de la paradoja. ¿Tan difícil es para el intelecto creer en la Paradoja? Según Chesterton el cristianismo es una Gran Paradoja, y más concretamente: Fe, Esperanza y Caridad. La paradoja de la Fe consiste en que el cristiano "cree lo que no es accesible a la razón", lo cual no significa que sea irracional; la paradoja de la Esperanza se basa en que el cristiano "espera contra toda esperanza" pues la Providencia divina provee, no escatima, extrae de la Muerte el Jugo de la Vida, y la paradoja de la Caridad, que beneficia al injusto, al pecador, porque la bondad dirigida al justo, al penitente, al pobre de espíritu no es Caridad, sino Justicia. O sea, si interpreto bien, que el Dios de la Cruz - más aún, del Crucificado - rompe esquemas, pero nunca a sus autores. Me cuestiono, sin haberlo leído, si acaso Dios no evidencia esa ruptura en Saramago. Y en otros.

Anónimo
9 de septiembre de 2013 a las 02:15

Pobre hombre......

Michele Rocco
8 de marzo de 2017 a las 00:13

El hombre crea la religion por su miedo a morir, para inventar una esperanza o expectativa de que la muerte no es el final de la existencia, en los siglos pasados el analfabetismo reinaba en la mayor parte de nuestro planeta pero en el siglo pasado la tecnología avanzò tremendamente dando la posibilidad a la gente de informarse sobre todos los avances de la ciencia y con ello las mentiras de las religiones quedan al descubierto e inexorablemente van a pasar al olvido para la emancipaciòn de la gente de todas las falsedades que contienen la distintas doctrinas religiosas

Fernando
4 de octubre de 2020 a las 00:19

Saramago ha sido y siempre será un maestro. Un verdadero educador. Todo aquel que lucha contra el engaño religioso es en parte eso.

Logo dominicos dominicos