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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

13
Mar
2023

Malentendidos sobre el amor

7 comentarios
velaamor

Amor es una de las palabras más ambiguas y gastadas que existen. Se trata, además, de una palabra que abarca un amplio campo semántico, o sea, que puede utilizarse en muchos sentidos. Su significado puede ir de lo sexual a lo espiritual, de lo interesado a lo desinteresado. La fuerza del amor puede derivar en codicia o en caridad. Con este término se designa la atracción física o psicológica que alguien –o algo- produce en mí. O el de­seo de poseer lo que me agrada, pero no tengo. Pero puede designar también la com­pasión que siento hacia el débil o el necesitado. O la entrega de mi tiempo, de mis bienes e incluso de mi persona a una causa justa o a una persona explotada, perse­guida o maltratada. O también el perdón que otorgo a quién me ha ofendido.

En suma, con la palabra amor designamos actitudes y comportamientos no sólo bien distintos, sino, a veces, incluso incompatibles (amor al dinero, amor al pobre). El amor abarca un campo tan amplio como el que va del interés al desinterés. De ahí que, según cual sea la idea que uno se hace del amor, puede considerar que la idea que otros tienen es bien una profana­ción, bien una mistificación irreal del amor.

Hay quién confunde el amor con una experiencia sexual y, a veces, se limita lo sexual a una experiencia genital. No cabe duda de que la experiencia sexual es buena y hasta necesaria. Pero hay muchas maneras de vivirla. Puede vivirse como resultado del amor, como un componente más del amor; o puede vivirse como sustitutiva del amor, como un mal sucedáneo del amor. El acto sexual, sin amor, solo alcanza por un breve instante a satisfacer a la persona.

Muchos entienden que el amor es un mero sentimiento. Sin duda lo es. Pero es también mucho más. Pues el amor abarca la totalidad de la persona, con sus dimensiones ricas y variadas. El amor como sentimiento es muy restrictivo. Los que “no me caen bien” no pueden ser objeto de mi amor. Sin embargo, el evangelio habla de un amor universal. Si es universal tiene que ser posible amar a los que no me gustan. Ahora bien, si el amor es un gusto, o una sensación agradable y placentera, está claro que no puedo amar a quién no me gusta. El amor como sentimiento es limitado. En el amor como sentimiento deja de ser verdad eso de que el amor todo lo puede.

Otro malentendido frecuente sobre el amor es pensar que se trata de encontrar la persona adecuada, atrayente, deseable. Esta concepción descansa sobre una premisa: la de que en el amor lo importante es ser amado. Y así se busca desesperadamente alguien que me ame. La cuestión entonces se reduce a cómo ser amable, cómo lograr que alguien me quiera. Aunque sea a costa de mentir. Cosa que sucede con frecuencia: trato de aparentar lo que pienso que puede agradar al otro. Casi dejo de ser yo para ser amado. El amor así entendido es una variante de nuestro deseo de poseer, de nuestra ambición de tener. (Continuará)

 

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Carlos
13 de marzo de 2023 a las 09:45

Es muy humano querer.apropiarnos de las personas que amamos. Todo un aprendizaje de vida el dejar libre al otro, tratar de ayudarle a ser cada vez ño mejor de si mismo , lo.que ha sido llamado a ser aunque nos cueste su relacion. Nos movemos torpemente en el amor. Ahí se juega todo

Valero
14 de marzo de 2023 a las 08:56

Dice San Juan que Dios es amor, por lo que siempre he pensado que en el mundo la mayoría de las veces se llama amor a lo que en realidad no es más que un deseo de auto realización en el que se utiliza al otro en propio beneficio. El amor es el absoluto, el principio del que viene toda vida.

Marieta
14 de marzo de 2023 a las 20:20

Muchas gracias, Padre Martín, por esa lección sobre el amor. La realidad es que en general se subvalora el concepto y se llama amor a cualquier cosa. Me alegro de la promesa de que „continuará“ y estoy segura de que todavía nos revelará actitudes o autoengaños que tratan de enmascarar el amor.

Luis Roberto Teverasco Muñoz
14 de marzo de 2023 a las 23:37

Me gusta su articulo Padre Martin, estaré pendiente de la continuación.

Javier
16 de marzo de 2023 a las 12:00

Aún siendo cristianos nos cuesta aprehender el concepto de amor de Jesús, se nos pone difícil abrirnos a amar al enemigo. Agradezco su opinión y me resulta atrayente. Al hombre común en general le cuadra mejor el pensamiento de Nietzsche, un odiador del amor; o lo reducen a la amalgama de belleza, verdad y bien de Platón como ansia de perfección, en busca de lo absoluto y la inmortalidad. Sigo aprendiendo cada vez que releo El concepto de amor en San Agustín de Arendt y nada supera a San Pablo en 1.ª a los Corintios : el amor o busca su propio interés, ...todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Aguardamos la nueva entrega. Gracias y felicitaciones padre.

Hormias
16 de marzo de 2023 a las 14:51

Toda la razón fray Martín.... A veces nos confundimos.. Solo el amor es fuerte

Juanjo
16 de marzo de 2023 a las 18:29

Es de sobre conocido que los antiguos griegos empleaban distintas palabras para definir lo que hoy día se conoce por el término “amor”, eros, ágape, philia y storge. Cada una de ellas tiene un sentido concreto y específico, y define mucho mejor lo que ahora intentamos decir con una sola palabra. Quizá no estaría mal matizar a la hora de hablar, a qué nos queremos referir en cada caso. Siempre hay sinónimos que suelen depurar el significado. Algo así como sugería el conocido título de una película de hace unos años; ¿Por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo?

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