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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

2
Jul
2020

Eunucos, ¿por y para qué?

3 comentarios
ermita

Según el libro del Deuteronomio (23,2) el eunuco no puede ser admitido en “la asamblea de Yahvé”. Jesús, buen conocedor de la tradición bíblica, debía estar al tanto de este sorprendente precepto de la ley de Dios. Esto hace tanto más llamativa y transgresora la palabra que los evangelistas ponen en boca de Jesús: “hay eunucos que nacieron así del seno materno, y hay eunucos hechos por los hombres, y hay eunucos que se hicieron tales a sí mismos por el Reino de los Cielos” (Mt 19,12).

Las dos primeras razones del ser eunuco, que describe Jesús, contrastan con la tercera y la resaltan. Uno puede estar castrado porque nació así; pero hay todavía un modo más desgraciado de estarlo: cuando son otros los que provocan la castración. Cualquiera de los dos casos describe la situación de lo que ocurre en el mundo: hay desgracias naturales y hay desgracias provocadas por la maldad humana. Por eso resulta inconcebible que lo que parece una desagracia, sea provocado contra uno mismo, y encima por motivos religiosos. Cierto, el tercer modo de castración es metafórico, pero aún así, hay metáforas que es mejor evitar, porque parece que atentan contra la dignidad humana. Y, sin embargo, en esta metáfora Jesús dignifica lo que el mundo desprecia. Jesús relativiza las cosas, pero las aprecia.

Tal como la emplea Jesús, la metáfora es delicada y llena de radicalismo. Es una metáfora llena de tensión, que nos obliga a cambiar nuestra manera de observar la realidad. Jesús ofrece una imagen creativa para describir una situación posible por el Reino. Como dice José Luís Espinel, “el reino tiene un atractivo y una extraña energía fascinante que incapacita para el matrimonio a algunos discípulos”. Esta imagen violenta es todo un tirón para el espíritu. Es un modo de decir que el Reino vale más que lo más valioso de este mundo. Y que, por el Reino, es posible invertir toda la escala de valores mundanos.

Jesús, con esta metáfora, lleva el simbolismo del eunuco a metas insospechadas. El Reino tiene una fuerza de tal calibre que invierte todos los valores mundanos. Eso sí, para comprender esta fuerza del Reino se necesita otro modo de mirar, una conversión, una inversión de criterios y sentimientos, solo posible si uno se deja iluminar por la luz nueva del Espíritu santo.

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María
3 de julio de 2020 a las 09:17

Fr. Martin, gracias por este comentario.
Abordado con claridad y profundidad, y al alcance de todos. Porque es un tema
algo enigmático. JESUS no lo soslaya.

Nicolás Moto
3 de julio de 2020 a las 17:18

Fray Martín, hermano, aprecio desde Guinea tus agudas reflexiones teológicas, gracias para quienes ayudan. Un abrazo.

Jos
15 de julio de 2020 a las 01:33

En estos versículos a veces me he preguntado si puede ser que, lo mismo que el tercer tipo de eunucos es metafórico y realmente se refiere, como usted bien dice, al celibato por el Reino, sea posible que el primero también fuera una metáfora y se refiera a personas nacidas homosexuales (y dando a entender que son parte "natural" de la Creación, pero que igual se les va a pedir una vida casta, como si fueran castrados). Me imagino que nacer sin testículos será posible, pero será una enfermedad muy rara y en cambio la homosexualidad estadisticamente es algo habitual en cierta manera y siempre me ha parecido curioso que Cristo no tratara este tema de ninguna manera. Y aquí podría ser que lo hiciera de manera metafórica.

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