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Sep2010Los malos de ETA y el bueno de Hawking
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Sep
En mi habitación de la residencia en la que se hospeda el Capítulo de la Orden de Predicadores hay una televisión. Les confieso que todavía no la he encendido. Por falta de tiempo. Tampoco he visto un periódico español desde que estoy en Roma. Si estoy al corriente de alguna noticia es porque he oído comentarios de los hermanos en el comedor. Lo más importante que he oído es que ETA ha declarado una tregua. Mi reacción ha sido pensar que cada vez que esta banda de malhechores está debilitada necesita una tregua para poder rearmarse tranquilamente; tampoco hay que olvidar que pronto habrá elecciones en España y esos malhechores deben pensar que la tregua facilita que sus cómplices puedan presentarse a las elecciones. Y entrar así en instituciones en las que se manejan datos y sobre todo dinero. A ellos les viene muy bien y al resto nos viene muy mal que ellos tengan información y dinero.
Por el correo de un amigo me entero de una publicación del prestigioso físico Stephen Hawking que ha causado cierto revuelo. Al parecer afirma que, según las conclusiones de la ciencia, no se necesita de ningún Dios Creador. Evidentemente no conozco el libro. Pero me parece que Hawking deja el terreno de la ciencia para entrar en el de la filosofía. Otra cosa es que el científico pueda hacerse preguntas sobre lo que hay más allá de lo experimentable, el sentido o para qué de lo que hay y el por qué de lo que hay.
A la primera cuestión solo cabe responder con un “no sé”, porque tan legítimo es decir que más allá de lo palpable hay muchas cosas, como decir que no hay nada. ¿Quién puede saberlo sin haber estado “más allá”? La respuesta a la segunda cuestión, el sentido de lo existente, está siempre condicionada por los presupuestos existenciales, filosóficos y religiosos del que responde. Estos presupuestos condicionan también la respuesta al por qué, la razón, la causa de lo existente. A unos les conducen a afirmar que en el origen está el caos y el azar. Otros notan que este supuesto caos original ha dado origen a un cosmos, un mundo razonable, bello y ordenado, y se preguntan cómo es posible que desde lo irracional pueda aparecer lo racional, lo que les lleva a concluir que en el origen hay una Razón, un Verbo, un Dios bueno en definitiva.