Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor


Filtrando por: 2008 quitar filtro

12
Mar
2008
Pecado o atentado contra el bien humano
0 comentarios

La prensa de estos días pasados, se ha hecho eco de unas declaraciones a L’Osservatore Romano de Mons. Gianfranco Girotti sobre unos supuestos “nuevos pecados”. Entre ellos manipulaciones genéticas, cuyos efectos son difíciles de controlar; consumo de drogas que oscurecen la inteligencia y eliminan lo mejor y más propio del ser humano, como es la razón; o excesivo enriquecimiento a costa de la vida de los pobres. Podría haber añadido alguno más, como el horror y la tortura que se siguen practicando cada día en prisiones secretas donde no se respetan derechos inalienables. Sean o no sean pecados nuevos, sí que me parecen un buen recordatorio de que hay actitudes que no son coherentes ni con el evangelio ni con la dignidad humana. Para un cristiano todo lo mentado es pecado y, para todo sujeto humano se trata de un atentado a los derechos fundamentales de la persona.

Distingo, aunque no separo, entre pecado y atentado contra las personas. El pecado es un acto teologal, una actitud que tiene que ver con mi relación con Dios. Para el que no cree en Dios hay errores, equivocaciones, delitos, atentados contra el bien propio y el bien ajeno. No me parece una distinción inútil. Porque si insistimos en el pecado, corremos el riesgo de que los no creyentes no tomen en serio lo que decimos. Si se trata de pecados, el asunto sólo interesa a los creyentes. Y los ejemplos ofrecidos importan a todo ser humano, no tanto porque ofendan a un Dios en el que unos creen y otros no, sino porque son atentados contra la dignidad de las personas. El pecado tiene siempre una mediación antropológica: se atenta contra Dios atentando contra el sujeto humano; se rompe con Dios rompiendo con el hermano. Para el no creyente en tales atentados no hay ninguna realidad divina escondida. Pero la consideración del otro como “otro yo” debería ser suficiente para no tratarle como no gustaría que me trataran a mi; o la búsqueda de mi propio bien (y la droga no me hace ningún bien) debería ser criterio para mi actuación.

Ir al artículo

9
Mar
2008
La Resurrección y la Vida
0 comentarios

Ayer, sábado, en el funeral por Isaías Carrasco, se leyó el evangelio del día, el del domingo quinto de cuaresma, el de la resurrección de Lázaro. El protagonista principal de este relato, evidentemente, no es Lázaro. Es Jesús, “la resurrección y la vida”. Hay otro protagonista muy importante. Cada uno de nosotros, representados por Marta. A cada uno personalmente se nos pregunta: ¿Crees tú esto, que yo soy la resurrección y la vida? Si lo crees verás la gloria de Dios.

A la salida de la Iglesia altos cargos del partido al que pertenecía Isaías portaban el féretro, en cuya cubierta estaba una imagen de Cristo crucificado bien visible. Eso significa que la familia más directa, o al menos parte de ella, eran buenos cristianos. De hecho, la madre frecuentaba la parroquia. ¿Tenía algún significado esta imagen del Crucificado-Resucitado para los portadores del féretro? No lo sé. Deseo que sí. En todo caso ahí está la foto. Quizás viéndola, algunos de los portadores y algunos de los no portadores, pensarán en Aquel que en ella destacaba. Sí, ese, al que también asesinaron, y que es la resurrección y la vida. Ese que, al decir del Obispo presidente de la Eucaristía, recordando los vinos de Zamora que Isaías tomaba con sus amigos en las noches de verano, ha preparado para él, y también prepara para cada uno de nosotros un Gran Reserva Especial Único, para que lo bebamos junto a su Hijo, y junto a los nuestros, en el banquete de la vida eterna. Recordando el trabajo de Isaías, y desde la fe en esa misma vida eterna, alguien me dice que a partir de ahora será un trabajador eterno en las autopistas del infinito. Ojalá su trabajo nos lleve a todos por caminos de concordia, respeto y convivencia.

En este día en el que muchos van a tener su mente en el ganar o en el perder, en el poder en definitiva, y dado el nivel de conciencia que en muchos ambientes se manifiesta, bastante bajo en mi opinión, me parece oportuno recordar esta barca de madera con la imagen del Crucificado-Resucitado. De las lanzas, podaderas, dice el profeta Isaías.

Ir al artículo

8
Mar
2008
Pescar en río revuelto
1 comentarios

Me escribe una amiga para agradecerme mi último blog. Me habla de la necesidad de “enfocar con buena luz la situación, tan dura, tan execrable, tan sin sentido. Y de mantener viva la luz de la Esperanza”. Me añade algunas reflexiones sobre la necesidad de ir a votar y lamenta que los partidos “ni siquiera son capaces de unirse sin fisuras en un manifiesto unitario”.

Le respondo agradeciendo sus palabras. Y añado: Ayer fui a Xátiva a dar una clase de esas que damos los profesores de teología, clases de formación permanente a comunidades y grupos. A la ida y a la vuelta escuché la radio, cambiando el dial para tener una mejor panorámica de la situación. Me entristecí. En la Cope, Cristina entrevistaba a Miguel Buén para echarle en cara sus declaraciones a favor de la negociación. En la Ser, Gemma entrevistaba a Martínez Pujalte para echarle en cara que hubiera manifestado que el PSOE seguía negociando con los terroristas. Todos aprovechando la situación para pescar en río revuelto. Al final, uno termina por sospechar que de eso se trata: de pescar votos. Los periódicos de hoy enfocan el asunto buscando el lado más favorable para atraer el voto hacia el partido con el que simpatizan.

Claro que mañana debemos ir a votar, pero sabiendo que por encima de la política está la vida. Por encima del ganar o perder está la convivencia, el señorío del saber ganar y del saber perder; está la voluntad de solucionar los problemas a base de razones; está el aceptar la parte de verdad del otro, las cosas buenas que pueda aportar. Porque, si al fin y al cabo, todos buscamos el bien, entonces el bien, venga de donde venga, tiene que ser bienvenido. Lo que yo sospecho es que no buscamos exactamente el bien, sino el poder. El bien es una añadidura al poder, y sirve en la medida en que sirve al poder.

Ir al artículo

7
Mar
2008
Isaías ha muerto
3 comentarios

De pronto todo se ha paralizado. La campaña electoral ha sido suspendida. Los amigos, los compañeros de su partido y los compañeros de política de otros partidos lo lamentan sinceramente. Todo eso no es nada comparado con la parálisis, con el tremendo dolor de su familia, su mujer, sus hijas. No hay palabras suficientes. Y por eso lo mejor es no alargarse mucho. Lo han matado en su propio pueblo, en el que la basura sectaria que apoya a los asesinos gobierna en el ayuntamiento. ¿Gobierna? Las palabras ya no tienen sentido. Para que lo tengan hay que buscar algún adjetivo. Por ejemplo: ¿tiene sentido hablar de unidad entre los partidos? ¿No tendría más sentido adjetivar la unidad? Unidad en contra del terror, unidad para acabar con viles asesinos.

Se ha cometido una injusticia irreparable. Irreparable en este mundo. Nadie le devolverá a Isaías la vida que injustamente se le ha quitado. Derechos humanos, democracia, libertad, autodeterminación, y todo lo que quieran añadir sólo tiene sentido si hay vida. La vida es la base de todo. Descanse en paz Isaías, en la paz del único que puede hacerle justicia. Mi pobre, pero sincera solidaridad con su apenada familia. Mi oración por ellos y por Isaías. Todo lo demás me parece que, en estos momentos, sobra.

Ir al artículo

4
Mar
2008
Nuevo presidente de la CEE
2 comentarios

Tengo la impresión de que la presidencia de la Conferencia Episcopal Española es más una cuestión de imagen que un asunto que vaya a cambiar sustancialmente la vida de la Iglesia en España. El nuevo presidente estaba ya lo suficientemente presente en los medios y gozaba de gran influencia sin necesidad de ser aupado al cargo. Por otra parte, cada obispo, en su diócesis seguirá gobernándola según sus criterios; y, si tiene discrepancias con las líneas emanadas de la presidencia o de otro organismo de la Conferencia, las manifestará cuando crea conveniente. Como hasta ahora.

Si descendemos a lo concreto de la vida cristiana, la personal de cada uno o la de nuestras comunidades cristianas, nada va a cambiar con uno u otro presidente. Alguno puede pensar que dónde si habrá cambios es en las relaciones con el Estado. ¿Cambios para bien o para mal? El tiempo lo dirá. A lo mejor nos depara alguna sorpresa. El Cardenal de Madrid es un hombre hábil. Tendrá una buena ocasión de ejercer de Pontífice (= el que es puente) felicitando al ganador de las elecciones del próximo domingo.

Este es el momento de agradecer a Mons. Blázquez su gestión moderada, ecuánime. Agradecerle su paciencia, sus silencios, su espíritu fraterno, su imagen comprensiva, su falta de ambiciones humanas. Dios, que lee los corazones, sabrá como premiarle.

Ir al artículo

2
Mar
2008
Lo religioso y lo teologal
1 comentarios

Leo una entrevista a la Catedrática Amelia Valcárcel (en páginas dominicales de “Levante-El Mercantil Valenciano” del 2 de marzo, que no he encontrado en Internet). Ofrece una serie de reflexiones razonadas y razonables. “Ni Dios ha muerto, ni tampoco se ve claro que la religión sea el opio del pueblo”, dice Valcárcel. Y ante la pregunta de si la fe religiosa es un sentimiento individual, responde: “la fe no es un sentimiento individual”. A continuación la filósofa hace una serie de consideraciones sobre la fuerza que tienen las estructuras religiosas y afirma: “las religiones no son fe, son sistemas explicativos del mundo y normativos, que te dicen lo que está bien y lo que está mal, lo que tienes que hacer y lo que tienes que evitar”.

Esta distinción entre fe y religión es muy antigua y merece alguna precisión. En el evangelio encontramos una palabra de Jesús sobre el sábado, hecho para el hombre, y no el hombre hecho para el sábado. Y Tomás de Aquino nota que los actos de culto no recaen directamente sobre Dios; la fe sí: cuando creemos establecemos contacto directo con Dios (II-II,81,5). No puede absolutizarse lo religioso. Las prácticas e instituciones religiosas nacen y mueren. Y cuando por su instinto de conservación ya no sirven al ser humano, sino que se sirven de él, existe la obligación de cambiarlas.

Chenu cuenta que entró en la Orden de Predicadores atraído por el clima contemplativo que se respiraba en el convento de noviciado y estudiantado. Y aclara: no me atrajo la liturgia -liturgia pre-conciliar que le parecía pesada y aburrida-, pues la liturgia pertenece al orden de la religión, sino la contemplación, que pertenece al orden de lo teologal. Palabras sabias. Pues lo importante es el encuentro con Dios, el conocimiento de Dios (favorecido según la Dei Verbum por la oración y el estudio, tan inseparables que casi se confunden); las formas sirven en la medida en que nos ayudan a este encuentro. Desgraciadamente solemos hacer problema de las formas religiosas, y olvidamos lo importante, lo teologal.

Ir al artículo

29
Feb
2008
La Iglesia es el Pueblo de Dios
3 comentarios

Alguna vez, estando hablando de un determinado tema, alguien me ha preguntado: ¿y de eso qué piensa la Iglesia? La pregunta parece muy concreta. Pero suele esconder presupuestos que hacen que esté mal formulada.

Hay quien cuando habla de la Iglesia piensa en la jerarquía. Este insuficiente pensamiento se refuerza cuando se distingue Iglesia de Pueblo de Dios. La Iglesia serían los obispos y el Pueblo de Dios el resto de los fieles cristianos. Resulta entonces que “la Iglesia dice” y “el pueblo escucha” y, sobre todo, obedece. Pero la Iglesia es el Pueblo de Dios. En ella hay distintas funciones, carismas, ministerios. Todos son necesarios. Ninguno está por encima. Todos están dentro. La mejor imagen de la Iglesia no es la de un teatro, en la que hay una presidencia destacada y separada. Es la de una mesa, en la que todos se escuchan y todos se quieren. O la de un círculo, en donde todos se miran y se sienten iguales. Y si en esta mesa o en este círculo hay funciones de gobierno, este gobierno se ejerce desde el amor. “Yo estoy en medio de vosotros como un diácono (como el que sirve)”, dijo Jesús a sus discípulos. En medio sí, porque así llega mejor a todos. Por tanto, la pregunta sobre el qué piensa la Iglesia de un determinado tema pudiera tener una respuesta plural: depende de a qué cristiano o grupo de creyentes se refiera usted.

Tampoco está de más aclarar que, cuando se pregunta por lo que dicen los obispos, no siempre coinciden sus opiniones. Más aún, es posible que sobre algún tema no tengan opinión. La jerarquía no tiene respuestas para todo. Es bueno, como siempre, recordar al Concilio: No piensen los laicos que sus pastores están siempre en condiciones de poderles dar inmediatamente solución concreta en todas las cuestiones, aun graves, que surjan. No es ésta su misión. Más aún: sucede en ocasiones que la misma concepción cristiana de la vida puede conducir a soluciones divergentes (Gaudium et Spes, 43).

Ir al artículo

24
Feb
2008
Otra palabra episcopal ante las elecciones
0 comentarios

Llevo dos días sin leer prensa. Alguien me hace notar que el sábado el obispo de San Sebastián hizo unas declaraciones sobre la próxima cita electoral. Busco, como siempre que puedo, el texto original, y lo único que encuentro son informaciones de prensa y de radio. Por eso prefiero no poner ningún enlace. Leo que en la sesión ordinaria del Consejo Pastoral Diocesano celebrado el sábado y en respuesta a una pregunta, Monseñor Uriarte pidió a los responsables eclesiales que eviten "con sumo cuidado cualquier signo o apariencia de proclividad partidista, particularmente en tiempo electoral o preelectoral". Es otra opinión episcopal. Otra porque es una más. Y otra porque posiblemente suena de forma distinta a la nota de la Comisión Permanente de la CEE.

Quiero aprovechar la noticia para ir un poco más allá. Cuando digo que suena de forma distinta estoy indicando que en las palabras de los pastores o de los catequistas hay una instancia que, a veces, no se nota suficientemente, a saber, los oyentes, los receptores. Esto de la “recepción” en la Iglesia siempre ha tenido su importancia. Porque la recepción de un documento o de una palabra de los prelados, en sus distintos niveles de Magisterio, condiciona, en cierto modo, el futuro de la palabra dicha. E incluso puede servir como motivo de matización, modulación, ampliación o corrección de la primera palabra. Así ha ocurrido con algunas intervenciones de Benedicto XVI, por ejemplo cuando ha emitido palabras sobre el Islam o sobre las culturas indígenas de América Latina.

La palabra del Magisterio requiere una recepción. La recepción implica una dimensión activa por parte del que recibe. Por una parte, una correcta comprensión supone una benevolente atención a lo que se ofrece; exige ir al texto mismo y a sus contenidos. Por otra, al acoger en el propio pensamiento las aportaciones de otro, éstas quedan moduladas por la capacidad, sensibilidad e intereses del pensamiento receptor. Una recepción pasiva es una mala recepción. La recepción activa requiere actitud serena, acogida inteligente, escucha crítica, capacidad de discernimiento. Limitarse a aplaudir o rechazar sin examinar no es recibir.

Ir al artículo

22
Feb
2008
¿Nuevo dogma mariano?
1 comentarios

Seguimos con los divertimentos. Cinco cardenales han enviado una carta al resto de sus pares para que se sumen a su petición a Benedicto XVI de proclamar como dogma “la cooperación de María en la obra de la Redención, así como su papel en la distribución de la gracia y en la intercesión por la familia humana”. Porque, dicen ellos, así se tendrá una clarificación “al máximo nivel de auténtica certeza doctrinal” sobre “la participación humana de la Madre de Cristo en la gran obra de la Redención”. A pesar de la gran sensibilidad que hay en muchos sectores del pueblo cristiano ante todo lo que se refiere a la Virgen María, este tipo de peticiones tienen poco futuro. Las preocupaciones pastorales y doctrinales de la Iglesia no van en esta línea.

Además, en los motivos de la petición hay un prejuicio que viene bien clarificar, pues los dogmas no son lo más importante en la vida de la Iglesia. Una declaración dogmática no aumenta la importancia ni el grado de certeza de la verdad así proclamada, ni la hace subir de categoría. Lo más importante en la vida eclesial es la constante predicación doctrinal, que tiene lugar de forma sencilla. ¿Dónde se ha definido, por ejemplo, que el amor a los enemigos es un deber del cristiano? Nadie negará que esta verdad es revelada y que es de gran importancia predicarla y confesarla como revelada. De ahí, de la Revelación, saca sus certezas el cristiano. Y el Magisterio, cuando define, lo hace conforme a esta misma Revelación a la que todos debemos atenernos y a la que todos podemos acudir.

Por otra parte, la importante en María es su fe y el haberse unido de modo nuevo a los discípulos de Jesús, destinados a convertirse en esta nueva familia de Jesús cuyo lazo unitivo es la fe, y no la carne ni la sangre, como muy bien ha sabido decir Benedicto XVI en su última encíclica. Me repito: a veces lo más importante es lo que se predica menos.

Ir al artículo

19
Feb
2008
¿Los milagros hay que grabarlos?
0 comentarios

Entre las noticias religiosas y eclesiales de la prensa de hoy hay una que resulta un pequeño divertimento, o sea, una distracción momentánea de la atención. En la primera página del seguramente periódico más leído de esta Península se titula: “Los milagros hay que grabarlos”. Titular que remite a la página 40. Allí ya queda un poco más claro que se trata de una recomendación para usar ordenadores y grabadoras como medio de archivar los testimonios sobre la vida de los candidatos a ser canonizados.

No es lo mismo. Porque eso de grabar los milagros suena a filmarlos y, claro, dicho así, parece muy extraño. Primero porque todo lo que se puede grabar son cosas de la tierra. Y si intervención divina hay en las cosas de la tierra, esa intervención no puede grabarse. Así que, de entrada, si pretenden mostrarme una grabación de un milagro o de una aparición divina o mariana, yo digo: falso. Recuerdo que un operador televisivo intento grabar hace unos meses unas supuestas apariciones. Evidentemente la grabación descubrió la patraña que había detrás. Y segundo, el verdadero milagro, el bueno, el que cuenta, es el milagro de mi conversión. Por eso, cuando se trata de canonizar a alguna persona lo que importa es su vida teologal, su vida de fe, de esperanza y de amor a Dios y a los hermanos. Ahí está la prueba de toda verdadera santidad. No en lo espectacular, sino en la vivencia cotidiana de la vida teologal. Desgraciadamente, lo más importante en la vida de la Iglesia es lo que suele pasar desapercibido, también para muchas y muchos creyentes. Desgraciadamente, lo más importante es lo que se predica menos. Resulta más espectacular hablar de a quién conviene votar que hablar creíblemente de amor a los pobres y de amor a Dios.

Ir al artículo

Posteriores Anteriores


Logo dominicos dominicos