Ene
La finitud, primera explicación del mal
10 comentariosNo es fácil explicar la coexistencia de un Dios bueno y todopoderoso con el mal. Ya Epicuro, en el siglo IV antes de Cristo, planteaba así el problema: Si Dios es bueno pero no puede evitar el mal, entonces no es todopoderoso; si es todopoderoso pero no quiere evitar el mal, entonces no es bueno; y si ni puede ni quiere evitarlo, entonces no es ni bueno ni poderoso.
Ante el mal y el sufrimiento hay que hacerse algunas preguntas antes de apelar a Dios: ¿qué puedo hacer ante lo ocurrido?, ¿cuál es la causa de lo ocurrido?, ¿qué puedo hacer para que desaparezca esta causa o, al menos, paliar sus consecuencias? Solo cuando se han respondido estas preguntas resulta decente preguntarse qué tiene ver Dios con todo lo ocurrido.
Para encontrar una respuesta al problema del mal, hay que considerar, en primer lugar, la finitud humana. El hombre (y su mundo) es contingente, falible, limitado. Lo contingente alguna vez acaba, lo limitado no lo puede todo, lo falible alguna vez falla. La finitud implica necesariamente imperfección, si por imperfección entendemos que las cosas, bajo algún aspecto, podrían ser mejores. Dios solo podría evitar la imperfección aniquilando precisamente la imperfección. Pero entonces aparecería la nada (la nada no “aparece”, pero de algún modo hay que entenderse). Una criatura “perfecta” es una contradicción ¿Cómo puede ser perfecto lo que por definición es limitado? ¿Acaso Dios puede hacer un círculo cuadrado? La condición inevitable de la finitud es el fallo, el desajuste, el sufrimiento.
Si Dios se decide a crear tiene que aparecer un mundo y unos seres limitados. Un universo “perfecto” no diferiría de Dios y no sería una creación con independencia propia. El posible dilema para Dios no sería crear un mundo limitado o perfecto, un ser finito o un ser infinito (en definitiva crear otro Dios), sino no crear o crear un ser (un mundo) finito. ¿La vida vale la pena a pesar de todas sus limitaciones y sufrimientos? Pregunta que pueden hacerse los padres: ¿vale la pena traer hijos al mundo sabiendo que tendrán que esforzarse, sufrir, enfermar y al final morir? (Continuará).