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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

11
Dic
2009

¿Faltan sacerdotes? ¡O sobran!

7 comentarios

Desde que el Cardenal Rouco levantó la voz de alarma en la última reunión plenaria del episcopado español a propósito de la falta de sacerdotes residentes en la mitad de las parroquias españolas, la prensa se ha hecho eco, desde distintas perspectivas, de este problema: unos hablan de pocos, pero buenos; o dicen que importa más la calidad que la cantidad. Hay quien recuerda que antes se decía que no asistir a la eucaristía dominical era pecado, mientras ahora los obispos no proveen para que haya eucaristía en todos los lugares, y se aprovecha para volver sobre el tema de las ordenaciones de varones casados o de mujeres.

La solución debe comenzar por formar comunidades cristianas vivas, fraternas, inquietas, responsables, preocupadas. Que sean ellas las que reclamen presbíteros. Y si son ellas las que los necesitan y los reclaman será fácil que de la misma comunidad salgan vocaciones para este servicio. Porque mientras el acento se ponga en el número, aquí como en todo, caben diversas consideraciones. Si se trata de buenos sacerdotes, siempre faltan. Pues si, por un inesperado milagro, hubiera muchos buenos sacerdotes, también faltarían, porque lo bueno nunca es suficiente y siempre es mejorable. Cuanto más bien hay, más bien se desea.

Cuando se dice que faltan hay que preguntar dónde, por qué y para qué. Hay lugares donde si no sobran, al menos podrían desprenderse de algunos. En otros lugares los sacerdotes ocupan funciones administrativas que podrían y deberían hacer perfectamente los seglares. Hace ya cientos de años Gregorio Magno decía que había muchos sacerdotes, pero faltaban sacerdotes que se dedicasen a cumplir dignamente con su ministerio. Igualmente, decía Gregorio Magno, sobran candidatos al episcopado; lo peor es que cuando lo consiguen no cumplen con el ministerio de la predicación propio del Obispo. Se dedican a otras cosas.

A veces el episcopado se confiere solo por motivos políticos o de dignidad humana: es el caso de los Nuncios. Y cuántos presbíteros ejercen funciones muy dignas pero no ministeriales: directores de Colegios, profesores de matemáticas, administradores de diócesis o de instituciones de la Iglesia. Visto así, sobran sacerdotes.

 

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Fray José Mª Esteve,op
11 de diciembre de 2009 a las 19:47


Martin luego de leer tu post y lo que decía en la edad media San Gregorio Magno no se como estamos, lo que si se es lo que nos dice (Mt.9,35-10,1.6-8) "Jesús recorría las ciudades y aldeas,enseñando en sus sinagogas,anunciando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y todas las dolencias.Al ver a la gente,se compadecía de ellas,por que estaban extenuadas y abandonadas, (como ovejas sin pastor).Entonces dijo a sus discípulos: (La mies es abundante,pero los trabajadores son pocos;rogad,pues al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies). Llamo a sus DISCÍPULOS y les dio autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y dolencia...Id y proclamad que el Reino de los Cielos está cerca...."
El texto empieza por indicarnos el día a día de Jesús; enseñar,aunciar la Buena Nueva y curar. Nos muestra a un Jesús que se emociona,se "le remueven las entrasñas", ante el abandono que sufre la gente. Ante la falta de pastores,de personas que se dediquen a enseñar,aunciar la Buena Nueva y curar de todos los males.¿Que sentiría en nuestro tiempo?
Jesús autoriza a sus discípulos hacer lo mismo. Notad que dice a los DISCÍPULOS,no a los apóstoles.Anunciar la Buena noticia y curar a la humanidad de sus dolencias es un trabajo de todo cristiano, de todo seguidor de Jesús.En nuestro tiempo eso lo han entendido muy bien las mujeres. No se como estaría la iglesia sin ellas,sobretodo en los lugares de frontera,los mas peligrosos,los más arriesgados.
Nuestra sociedad está desorientada. Necesita personas,que no se pasen el día condenando,sino personas que anuncien que el Reino está cerca,que otro mundo es posible. Y a la sociedad no la podemos orientar con propaganda,sino con testimonio.Si queremos que el mundo vea que el Reino está aquí,hemos de curar a los hundidos,resucitar a los que se creen muertos,devolver la dignidad a los marginados....Todos y todas hemos de ser pastores,no sólo los curas y los obispos....Fray José Mª esteve,op

Bernardo
11 de diciembre de 2009 a las 19:53

Como siempre das en el clavo del problema, porque no se trata de cantidad sino de calidad y si esta estuviera no habría problema alguno. Creo que el monseñor este que comentas está más preocupado por aquello que decía Jesús sobre los jefes de las naciones, y no tanto por la predicación del Evangelio. Pero aprovechando tu reflexión se me ocurre que sucede lo mismo con las "vocaciones" al matrimonio, que deberían ser más en calidad y no tantas en cantidad porque se trata de ejercer bien una vocación y no de hacer por hacer. En fin, que siempre será mejor pocos y buenos que muchos y regulares en todos los ámbitos de la vida.

Jesús, presbítero escolapio
12 de diciembre de 2009 a las 00:53

Estimado Martín estoy de acuerdo con lo que dices, además sobre esto recuerdo una frase atribuida al Cardenal Newman: El problema de la Iglesia no es la falta de curas, sino los que hay. Deberíamos cuestionarnos cómo estamos ejerciendo nuestro ministerio...

Catalina
12 de diciembre de 2009 a las 10:20

Somos imperfectos y limitados, lo unico que hemos de hacer es mas oracion, en eso consiste todo.

unidad de mil diferencias
12 de diciembre de 2009 a las 10:25

De acuerdo Martín Gelabert con tu post. Muy oportuno. Y en esa linea me pregunto si lo que ya ha tocado a su fín es el tipo de sacerdote " de patrón en serie". Porque da la impresión que para hacer carrera eclesiástica hay una serie de requisitos "uniformadores" para sus candidatos. Al mismo tiempo, en determinadas comunidades cristianas, siguen ejerciendo de presbíteros, aceptados por las mismas comunidades, y tolerados por la jerarquía eclesiástica, sacerdotes casados, plenamente insertados en " comunidades cristianas vivas, fraternas, inquietas, responsables, preocupadas" como indica Martín en su post. Religiosas y laicas consagradas, en distintas diocesis,siguen presidiendo la celebración de la Palabra dominical, ante la ausencia de presbítero. Presbíteros misioneros, presbíteros monjes. Es el sacerdote el que debe adaptarse a la idiosincrasia de su comunidad, y no al revés.

Y por mucho que quiera retrasarlo la Iglesia Católica, el acceso de la mujer al sacerdocio presbiteral - porque sacerdotes, profetas y reyes lo somos todos y todas por el bautismo- es algo que no puede retrasarlo mucho más. A un sacerdocio vivo, comprometido, responsable, insertado plenamente en sus comunidades, a ese sacerdocio, muchas mujeres formadas en estudios eclesiásticos están con las lámparas preparadas para cuando llegue el momento decir su fiat, o en su caso, para pasar el testigo a generaciones venideras.

Porque en lenguaje moderno, la Iglesia Católica no optimiza los recursos humanos de los que dispone. Y ya hace tiempo que está pagando las consecuencias.
Saludos cordiales y esperanzados.

Paul T.
12 de diciembre de 2009 a las 13:35

Con esta reflexión interesantísima, pienso y recuerdo la postura de las conferencias episcopales de suiza y alemania, y creo que alguna otra más; que el planteamiento del trabajo pastoral, administrativo, eduacional etc, está en manos de seglares teólogos. Seglares Licenciados en teología, o catequistas con tres años de facultad (no de cursitos, ni formación permanente de pena), que dedican sus años de estudios serio, para prepararse a la gran "Missio" que reciben "una" sola vez por parte del obispo, y que les da facultad de trabajar (a sueldo) en las diversas comunidades. Incluso bautizan, casan y dan responso funerarios. Y no estoy hablando de los protestantes. Y el presbitero sólo pasa por la comunidad para celebrar los otros sacramentos. El problema parece ser, el cambio de "chips" que no se quieres hacer, de pensar que solo los "sacerdotes ordenados" pueden ejercer funciones que también pueden realizar seglares formados, y me atrevo a decir, mejor y con más calidad. EL texto de "pedir obreros para la mies" no creo que se refiera sólo para curas, sino que la dimensión de Jesús es más amplia. ¿Para cuándo una apertura a estos ejemplos de otras conferecnias episcopales? ¿Cuándo se acabaran los temores de los monseñores?.

María-Valencia
15 de diciembre de 2009 a las 11:31

Me gustaría puntulizar como laica: esa parte de "formar comunidades cristianas vivas, fraternas, inquietas, responsables, preocupadas. Que sean ellas las que reclamen presbíteros": ME PATINA. Me explico: ¿a quién ha correspondido este papel hasta hoy y cómo ha funcionado?: Francamente FATAL. No os espulgueís la responsabilidad, porque ha sido un fracaso total. Y que ahora desde el sacerdocio cómodo, crítico y "a sueldo", se pretende que el seglar formado asumaa TODA lo que queda por hacer: el desastre. En fin: no sé si nos gusta esto de "barrer el suelo tan sucio", como ha quedado y creo que arrimando TODOS el hombro y abriendo las puertas a la mujer, sería mas fructífera la Buena Nueva. Desde el posicionamiento de ir encima del burro no se ven igual las cosas que pisando el campo y doblando el hombro a cada latigazo... Iglesia redonda ¿alguna vez será posible esta Utopía? ¿O seguiremos con sectarismos, mini-iglesias, y palabrería fácil para que otros lo hagan...? Pensemoslo bien, que nos incumbe a muchos y es dura tarea: hacer que siga VIVO el Mensaje!

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