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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

22
Ago
2019

Brazos abiertos y puños cerrados

8 comentarios
openarms

Open Arms (o sea: brazos abiertos) es el nombre de un barco español que, en estos pasados días, se ha hecho tristemente famoso por las dificultades que ha encontrado para desembarcar a más de 150 náufragos, que huían de la miseria, de la guerra, de la violencia, de la imposibilidad de vivir dignamente en sus países. Junto con el barco, también se ha hecho tristemente famoso el Ministro del Interior del Gobierno italiano, que ha impedido con todas su fuerzas (que por lo visto son muchas) que desembarcaran los náufragos. Y cuando alguno ha desembarcado, por estar enfermo o ser menor, el Ministro ha dejado bien claro que se hacía “a pesar suyo”.

Sorprende el poder del Ministro, que ha actuado incluso en contra de la opinión del Presidente del Consejo de Ministros. Cosas de la ley, supongo. Y también cosas de la política. De una política en la que las personas importamos en la medida en que tenemos un voto, aunque luego con nuestro voto hagan lo que interesa no al votante, sino al votado. No es menos cierto que también ha sido cosa de la ley (y quizás de la política) que, finalmente, las personas recogidas por el barco hayan desembarcado por orden de un fiscal italiano.

Si el barco se llama “brazos abiertos”, el Ministro del interior bien podría llamarse “puño cerrado”. Dicho con todo respeto a la persona, y sólo como expresión simbólica que sirva de contrapunto al nombre del barco. Brazos abiertos que acogen, puño cerrado impertérrito ante las urgentes necesidades ajenas, buscando todo tipo de subterfugios para mantener incólume su posición. Brazos abiertos para abrazar, puños cerrados para agredir.

No nos engañemos. Estas dos figuras (brazos abiertos y puños cerrados), desgraciadamente, coexisten en cada uno de nosotros. Basta ver las opuestas reacciones de los políticos españoles ante cada una de las desventuras del Open Arms. Todos tenemos nuestro lado acogedor y nuestro lado egoísta. Incluso, a veces, el lado acogedor no es puro del todo, y el egoísta convive con remordimientos, siempre en función de los propios intereses. Lo de los propios intereses se puede comprender. Pero hay intereses que nos vuelven insensibles y ciegos al sufrimiento de los demás.

En nuestro corazón hay una tendencia a la compasión y una tendencia a la insensibilidad. Aunque quizás no podamos anularlas del todo, la cuestión es cuál de estas dos tendencias va a prevalecer. En la medida en que la tendencia compasiva domine, es posible que la alegría sea nuestra mejor recompensa.

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Rosa María
22 de agosto de 2019 a las 17:03

Hermano Martín, comparto sus mismas ideas y espero que la compasión pueda con la insensibilidad y falta de caridad.

Emilio
22 de agosto de 2019 a las 21:48

Creo que es un tema muy complicado, tanto desde la política como desde la moral, incluso de la puramente cristiana. Por un lado esta como bien dicen, la compasión y la caridad, pero tiene que ser hacia todos, hacia los que vienen, pero también para los que están, y encontrar un equilibrio para esto es muy difícil, sobre todo porque no conocemos realmente toda la realidad que hay detrás.
Puede ser muy fácil argumentar que una cosa es compartir y otra quitárselo a unos para dárselo a otros o que el que no trabaje que no coma como dijo San Pablo en un contexto muy concreto, por eso digo que incluso moralmente para las inmensa mayoría de las personas, al no conocer toda la realidad, es muy complicado posicionarse. Sinceramente, no sé si es posible solucionar este problema sin crear otros similares y peores.

Hormias
23 de agosto de 2019 a las 15:58

Estoy con Emilio.. África tiene más de mil millones de almas. Tema complicado. Esto no da más quien escribe es un autónomo... Sin vacaciones y en el añ0 trece a punto de la ruina. En fin está todo bien hablar y hablar de caridad. Pero y los, lugareños... Por no hablar del tema cultural. Del religioso ya sabemos que fe profesan y el trato a la féminas. En un prado pacen veinte ovejas no puedes meter dos mil. Muy complicado fray Martín mil gracias por su blog

Martín Gelabert
25 de agosto de 2019 a las 13:39

A quien pueda interesar: yo no borro los comentarios que no me gustan. Borro los comentarios que no son respetuosos. De hecho, en este mismo post hay algún comentario que manifiesta sus discrepancias con lo que yo escribo.

Elizabeth
26 de agosto de 2019 a las 16:11

Desde América percibimos la complejidad del hecho pues acá también está pasando con los migrantes africanos, haitianos y centroamericanos... no es igual; aquí no quieren quedarse, van de paso a Estados Unidos, no obstante requieren ayuda humanitaria. Creo que el criterio ha de ser el mismo: la compasión sin más razón que la necesidad y vulnerabilidad, al modo de Jesús. Si se razona más de ahí, resultaría imposible.

Mayor Thompson
26 de agosto de 2019 a las 22:32

Recomiendo la lectura de los últimos artículos de juan Manuel de Prada en ABC. Le doy las gracias fray Martín por sus blog

Antonio
27 de agosto de 2019 a las 09:15

........ cuando una persona se deja llevar por el corazón (que es de muy bien desear.....), prima por supuesto el acogimiento al refugiado al inmigrante y a toda persona sufriente sea cual sea su raza, religión tendencia política etc, por supuesto, eso en su sano juicio nadie lo niega.
PUNTO DOS
Cuando la persona (pues posee intelecto), hace uso del recto razocinio, y eso implica, aunque nos duela en lo más profundo de nuestro ser, pensar con una dosis necesaria de OBJETIVIDAD, creo, llegaríamos a una conclusión suficientemente consensuada, de que, una caridad bien entendida, empieza en principio y en primer lugar, dando por plenamente garantizadas, la seguridad (el orden público) y el justo bienestar de la sociedad autóctona que forma parte intrínseca de una sociedad determinada. Las posibilidades REALES de cualquier nación que se aprecie, NO SON Ilimitadas. Esto es puro sentido común. En consecuencia, cualquier gobierno de cualquier nación que NO anteponga y garantice el mínimo bien común para su nación, estará actuando de forma gravemente irresponsable para el bienestar de la misma. Y esto no es egoísmo esto es de justicia. Acoger SI. Invasion NO. Después esta la parte digamos maniqueista y bastarda de los poderes políticos que abordan este tema de forma absolutamente engañosa y profundamente ruin, con excepciones naturalmente y afortunadamente cuyos apodos van desde neonazis a xenofogos, cuando se limitan a defender fronteras, dado que una nación sin fronteras es como un hogar sin paredes ni puerta. Y me imagino que en nuestros hogares para entrar y formar parte primero llamas a la puerta, y si no es un sinvergüenza, lo dejas entrar. Pero esto ya forma parte del juego político de esta democracia nuestra tan ordenada y sana orientada al "bien común".
Hemos de entender que no somos iguales los pueblos y las naciones.
Para acabar me remitiré a unas declaraciones de Juan Pablo II haciendo referencia a Europa cuando decia:
-Europa, se tu misma. Europa, debe defender sus raíces que la hicieron grande. -
Y las declaraciones del creo que del Cardenal Sarah, cuando afirma que, Europa está en trance de desaparecer si se mantienen las políticas migratorias actuales.

Juan viejo
27 de agosto de 2019 a las 13:45

Coincido con el último comentario esclarecedor

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