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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

20
Oct
2014

Un Sínodo que abre camino

10 comentarios

He seguido muy por encima las noticias sobre el Sínodo. Y lo poco que he leído de estas noticias no me ha gustado. Si no hubiera sabido que estaban tratando de un acontecimiento eclesial, hubiera pensado que eran noticias sobre una guerra que libraban dos partidos distintos, distantes y opuestos. Y que se trataba de ganar la batalla de la información, como si esta batalla fuera la decisiva para ganar la guerra.

En todas las sociedades hay tendencias y diferencias. Eso, en principio, es bueno, porque el contraste de pareceres ayuda a encontrar la verdad. Y en la Iglesia se trata de eso: no tanto de saber lo que opina uno u otro, sino cuál es la verdad a propósito de las cosas. Y la verdad, la diga quién la diga, viene en última instancia del Espíritu Santo (algo de eso decía Tomás de Aquino). Por otra parte, cuando determinados temas vuelven a aparecer, a pesar de las resistencias de algunos a que se hable de ellos, es porque estamos ante un problema serio que requiere mejores soluciones a las encontradas hasta ahora.

Dos claves teológicas me han venido a la mente cuando leía noticias sobre el Sínodo. Una, la distinción entre verdad de fe y doctrina de la Iglesia. La doctrina cambia. Y en ocasiones, ha cambiado mucho. Por ejemplo, el cambio dado a propósito de algo tan serio como la necesidad del bautismo para la salvación. Que Cristo sea el Salvador de todas y todos, es una verdad de fe. Que solo puede accederse a esta salvación por medio del bautismo es una doctrina que se ha enseñado, pero que ha cambiado, y ha cambiado para bien. La otra clave se refiere al Magisterio “vivo” de la Iglesia. Algunos apelan al Magisterio del pasado para descalificar al actual. Olvidan que ambos se interpretan mutuamente, pero dejando claro que el Magisterio al que hay que atender principalmente es el Magisterio “vivo”, o sea, el del presente.

Las polémicas no ofrecen luz. Al contrario, crean mayor división, al reforzar las respectivas posiciones adversas. Pero me alegro de constatar que, en algunos temas considerados hasta ahora intocables, los Padres sinodales han adoptado una actitud muy positiva. Incluso en aquellos pocos números del Informe oficial en los que no se ha alcanzado la mayoría de dos tercios a favor, ha habido una mayoría clara de más de la mitad. Eso significa que es legítimo hablar de estas cosas en la Iglesia. Y significa, además, que quienes opinan que, en determinadas condiciones, las personas divorciadas y vueltas a casar, deberían poder acceder a la comunión eucarística, no son raros ni heréticos. Un católico debería sentirse representado por los participantes en el Sínodo. Porque si ellos no nos representan, ¿quién nos va a representar? ¿Los que más chillan, los más intransigentes, los más excluyentes?

La guinda. Me cuesta entender que 64 Padres hayan votado en contra de la proposición 55 sobre la atención pastoral a personas con orientación homosexual. Cierto: 118 han votado a favor.

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Lucas Romero
20 de octubre de 2014 a las 15:38

Respecto a la "guinda", a mi me había dado la impresión de que los votantes en contra del punto de los homosexuales lo hacían más bien por como estaba planteado que por pensar que dichas personas no merezcan atención pastoral. En concreto, me pareció que estaban en contra de un texto que, según ellos, no señalaba a homosexualidad como intrínsecamente pecaminosa, por afirmar que los homosexuales (en tanto que son homosexuales, es decir, en tanto su homosexualidad) aportan bienes a la comunidad eclesial, locual vendría a decir (siempre según ellos) que el pecado aporta cosas buenas a la iglesia. Pero, en todo caso, como bien dices, son minoría.

Martín Gelabert
20 de octubre de 2014 a las 15:54

Para que se comprenda mejor el final de mi post, doy el texto original que se puso a votación en el Sínodo y una traducción, que es mía: Alcune famiglie vivono l’esperienza di avere al loro interno persone con orientamento omosessuale. Al riguardo ci si è interrogati su quale attenzione pastorale sia opportuna di fronte a questa situazione riferendosi a quanto insegna la Chiesa: «Non esiste fondamento alcuno per assimilare o stabilire analogie, neppure remote, tra le unioni omosessuali e il disegno di Dio sul matrimonio e la famiglia». Nondimeno, gli uomini e le donne con tendenze omosessuali devono essere accolti con rispetto e delicatezza. «A loro riguardo si eviterà ogni marchio di ingiusta discriminazione» (Congregazione per la Dottrina della Fede, Considerazioni circa i progetti di riconoscimento legale delle unioni tra persone omosessuali,4). Posible traducción: Algunas familias viven la experiencia de tener entre su gente a personas con orientación homosexual. En este sentido, nos hemos preguntado sobre la atención pastoral que es apropiada para hacer frente a esta situación, teniendo en cuenta lo que enseña la Iglesia: "No hay fundamento alguno para asimilar o establecer, ni remotamente, analogía alguna entre las uniones del mismo sexo y el plan de Dios para el matrimonio y la familia". Sin embargo, los hombres y mujeres con tendencias homosexuales deben ser acogidas con respeto y delicadeza. "Debe evitarse con ellos todo signo de discriminación injusta" (Congregación para la Doctrina de la Fe, Consideraciones acerca de los proyectos de reconocimiento legal de las uniones entre personas homosexuales,4).

Segarra
20 de octubre de 2014 a las 16:27

Me ha llamado la atención cómo se ha trasmitido la información a través de los medios de comunicación social según del medio que se trate. En concreto destaca la información aportada por "una página oficial del vaticano" aludiendo a un sínodo lleno de comunión, de colegialidad, un conjunto homogéneo de pastores que da la impresión que están totalmente de acuerdo en todo, en un plácido ambiente de fraternidad.
Una crónica bastante alejada de la trasmitida por otros medios....

José María Valderas
20 de octubre de 2014 a las 17:20

Me parece fray Martin que hemos visto dos sínodos distintos. En metaciencia decimos que de unos mismos datos pueden sacarrse conclusiones dispares a tenor de la interpetación de los mismos. Para evitar consejos no solicitados, diré de entrada que yo condeno a nadie. En eso tenía razón cuando el Pontífice dijo a propósito de los homosexuales:¿quién soy yo para juzgar a nadie? Otra cosa muy distinta es el juicio sobre el ejercicio de la homosexualidad. El jucio escriturístico sobre la misma no admite dudas. Y las palabras de san Pablo, menos que ninguna.

A mí me estremece, desde una óptica de historia de la ciencia, el valor que das Martín a las mayorías. Las mayorías y las minorías no significan nada en ciencia. De hecho, la tesis de los paradigmas kuhnianos da por cierto que cualquier avance científico es minoritario en su origen. No digamos en cuestión de fe y moral. La mayoría o minoría no importan. Lo que importa es su adecuación a la verdad, al Evangelio. Mayoría fue la que condenó a Cristo ante la pregunta de Pilatos. Las mayorías no sirven para nada en cuestiones de fe. A mí me interesa qué razones que daban los que defendían la situación homosexual y los que la ponían en cuestión. Las razones que daba el cardenal ese que contrapone teología (dogma) y disciplina (derecho canónico) como si lo segundo no debiera dimanar de lo primero. Distinguirlo hasta el extremo de contraponerlo me parece de una ignorancia teológica supina. Caiga en ello el cardenal de marras o los arzobispos que le jalean. ¿Teología escrita de rodillas? Hubo un dominico torpón en el siglo XVI que en la Iglesia de santa María di Fiore de Florencia se reía de la tesis copernicana diciendo que era la tesis del "Mico o Nico ese". Esas palabras han pasado a la historia como muestra del daño que puede hacer la ignorancia. Se asocia la postura de la Iglesia a la de aquel insensato. Una pésima doctrina no se redime con misericordia. Contraponerla es suicida, no sólo debilidad mental..

No he entendido bien tu referencia al sacramento del bautismo. ¿Ha cambiado la doctrina? ¿Cabe la salvación extrasacramental? ¿No será que no hemos entendido bien qué significa sacramento? ¿No será que nos hemos quedado con las palabras del sacramento y no con su realidad salvífica que abarca a todos los redimidos?

¿Se imagina Martín una ciencia que expusiera:partidarios de la teoría de cuerdas, 25; contrarios, 3? Más o menos como un partido de fútbol: San Lorenzo de Almagro 1, Avellaneda 0.

Andrés
20 de octubre de 2014 a las 17:40

Reconozco que me había emocionado mucho el punto sobre los homosexuales de la primera relatio. Era reconfortante, esperanzador... Finalmente, este punto en la relatio oficial se ha modificado, se limita a repetir lo que dice el Catecismo. Con todo, es un paso importante que ese punto se haya mantenido en la relatio, es decir, sea susceptible de posteriores debates y profundización.

Con respecto a los padres que incluso se han opuesto a este punto (que repite lo que dice el Catecismo sin novedad), me figuro que querrían condenarnos a las tinieblas exteriores. La vieja táctica (inútil ciertamente), de "si no se habla de algo ese algo no existe".

Un saludo.

Martín Gelabert
20 de octubre de 2014 a las 18:33

Amigo Valderas: Estoy de acuerdo en que la verdad no la deciden las mayorías. En esta línea va uno de los textos de Santo Tomás a los que me refiero en el post y que cito literalmente: “el estudio de la filosofía no consiste en que se sepa lo que los hombres dijeron, sino en qué consiste la verdad de las cosas”. Sobre la doctrina del bautismo, sí que ha habido cambios. La doctrina común fue resumida en la edad media por Hugo de San Víctor: los niños que mueren sin bautismo no pueden ser salvados, porque: 1) no han recibido el sacramento y 2) no pueden hacer un acto personal de fe en sustitución del sacramento. A este respecto dice la Comisión teológica internacional: “la afirmación según la cual los niños que mueren sin bautismo sufren la privación de la visión beatífica ha sido durante mucho tiempo doctrina común de la Iglesia, que es algo distinto de la fe de la Iglesia. Y sobre los dos temas candentes del Sínodo sólo quiero decir que hay argumentos en una y otra línea. Lo último que he leído sobre la comunión posible de los divorciados vueltos a casar hace una analogía entre infracción instantánea e infracción continua en derecho penal. El acto que comete el asesino, aunque tenga repercusiones duraderas sobre otros, puede ser perdonado. Pero no entro por ahí, porque sería largo de explicar y, además, confieso que la teología moral no es lo mío.

mar
20 de octubre de 2014 a las 19:09

Quiero compartir algo muy hermoso que llegó a mí y me pareció tan bello, para recordar y practicar en esta época donde nuestros corazones necesitan tanto amor y están tan rodeados de aridez... Siento que tenemos que volver urgente a valorarnos, respetarnos, aceptarnos y ayudarnos para poder salir adelante.
Mientras haya un solo ser humano infeliz sobre la tierra, el resto lo será también. Así funciona la Ley de Dios. Gracias! Hay una tribu africana que tiene una hermosa costumbre. 
Cuando alguien hace algo que consideran incorrecto, ellos llevan a la persona al centro de la aldea y toda la tribu viene y lo rodea. Durante dos días, ellos le dicen todas las cosas buenas que él ya ha hecho.
Se dice que esta gente piensa que todo ser humano viene al mundo como un ser bueno. Cada uno de nosotros, deseando seguridad, amor, paz y felicidad, pero a veces, en la busca de esas cosas, las personas cometemos errores. 
La comunidad ve aquellos errores como un grito de ayuda.
La tribu se reúne para reconectarlo recordándole quien es realmente, hasta que él recuerde su verdad, de la cual se había desconectado temporalmente: “Yo soy bueno”.
Sawabona es un saludo usado en África del Sur y quiere decir: “Yo te respeto y te valoro. Eres importante para mí.”
A esta frase, las personas responden Shikoba que significa: “Entonces, yo existo para ti.”
¿Imaginas hacer lo mismo en la tribu familiar? ¿Crees que sea posible ¿Lo has escuchado antes?.....
Gracias Fray Martin

Anónimo
20 de octubre de 2014 a las 22:48

" No mirar a la humanidad desde un castillo de vidrio para juzgar o clasificar a las personas " recordaba Papa Francisco al finalizar el Sínodo. El mar de fondo del Concilio Vat II llega hasta nuestros días. Una de las facciones pidió apoyo al Papa emérito. Politica vaticana. Mientras se fueron los obreros, gran número de mujeres. ¿ Divorciados, homosexuales, los próximos?. En África misioneros con apoyo de obispos reparten preservativos entre la población. Cuestión de salud pública.

En las parroquias divorciados, parejas de hecho, homosexuales, con decisión tomada en conciencia, comulgan y participan en vida de la Iglesia d ela que se sienten parte. Bajo el dejar hacer de párrocos. ¿ Se mojan los que están " a pie de obra" ? No puede haber una Iglesia de dos velocidades. Alguien sigue perdiendo el tren. Y no es el Pueblo de Dios.

Gracias Fray Martín.

AEL
22 de octubre de 2014 a las 02:42

Un cura negro en un pueblo pequeño en Semana Santa ¡¡qué espectáculo, pero negro, negro!! Tengo 28 hermanos. ¿Sí?, 28, no es posible. sí, mi madre tiene 9 hijos y 19 de mis hermanos son de otras tres mujeres; ¿4 esposas? sí, mi padre es un hombre bueno mi madre excepcional, es católica y tengo tres hermanas religiosas. Nosotros los nueve somos católicos. El cura, quiero recordar, venía de uno de los tres seminarios que hay en Navarra. Nunca olvidaré este cura bueno y negro, negro. Nunca olvidaré con el amor que hablaba de su familia. ¿Redimiría el Profeta del Amor, así llaman los musulmanes a Jesús, al hombre bueno, como el cura decía que era su padre? Hace tiempo de esto y determinados grupos laicos con gran cerrazón y absoluta seguridad imponían sus criterios sin dejar ninguna opción a la libertad cuando uno no comulgaba con sus ideas. Para estas personas las enseñanzas de Dignitatis humanae estaban de más en la Iglesia. Con aquellos criterios tan cerrados y seguros se impuso hasta el exterminio, en el matrimonio, de la vida humana en fase germinal cuando ya es única, exclusiva e irrepetible y en condiciones adecuadas de vida se desarrolla como ocurrió con cualquiera de nosotros. ¡¡¡Qué falta hace un Sínodo de respeto a la libertad del ser humano!!!!

El Aguafiestas
25 de octubre de 2014 a las 20:11

En sexo y matrimonio, la doctrina dio un cambiazo en el siglo V. 1. Filosófico: porque en el Evangelio y en los judíos el sexo no era malo ni “impuro” y esto se cambió por las filosofías platónica, estoica y esenia, de que sexo y el matrimonio eran algo imperfecto, aunque Dios Padre dijese en el Génesis “No es bueno que el hombre esté solo”. 2. Práctico: los judíos consideraban la poligamia normal (no tenía ni nombre, porque la palabra es griega), pero los greco-romanos la prohibían para que los esclavos no se les metiesen en las familias. Consecuencias del cambiazo: las mujeres de buena familia que no podían casarse eran encerradas en conventos como vestales y las de mala formaban un torrente de prostitutas y, con ello se expulsó a las otras culturas del Cristianismo. El 2º cambiazo de ahora es pasar de greco-romanos a germano-sajones, que tienen otros valores. ¿Por qué no se cambia a una concepción neutral en la que quepan todas las culturas?

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