Sep
Nueva evangelización
4 comentariosDel 7 al 28 de octubre se reúne en Roma el Sínodo de los Obispos para tratar de la nueva evangelización. Juan Pablo II, con esta expresión, se refería al deber que incumbe a la Iglesia de evangelizar aquellas regiones, hoy secularizadas o descristianizadas, pero antiguamente cristianizadas. Una de las definiciones que ofrece el documento de trabajo del Sínodo es: “en sentido amplio se habla de evangelización para referirse al aspecto ordinario de la pastoral, y de nueva evangelización en relación a los que han abandonado la vida cristiana”.
Si la nueva evangelización va dirigida a los que han abandonado la vida cristiana, entonces esto supone que hubo un tiempo en que vivieron cristianamente. Me temo que esta suposición no es del todo correcta: los que han abandonado la vida cristiana no deben ser muchos en comparación con los bautizados nacidos en ambientes sociológicamente cristianos, pero que nunca fueron suficientemente evangelizados y, por tanto, nunca abandonaron nada, ya que nunca vivieron como cristianos. Han sido educados por familias practicantes que no han sabido o podido transmitir una fe viva a sus hijos. Muchas familias hubieran querido que sus hijos fueran buenos cristianos, pero se han encontrado con un ambiente que ha podido más que sus deseos. Y tienen buenos hijos, gente honrada, pero no practicantes. Más que una evangelización “nueva”, esas personas necesitan una evangelización “desde cero”.
Ahora bien, si la “nueva evangelización” se dirige al ambiente secularizado de amplias regiones del mundo, entonces se comprenden “los escenarios de la nueva evangelización” que propone el documento preparatorio del Sínodo: el escenario cultural de fondo, el escenario migratorio, el escenario político y el de la investigación científica. Sea como sea, la evangelización es una obligación permanente de la Iglesia y de cada creyentes. Por eso el documento preparatorio habla acertadamente de la necesaria renovación de la Iglesia: ella tiene necesidad de ser evangelizada. Y una vez evangelizada y convertida, tiene que dar testimonio de su fe. Para ello necesita conocer el mundo al que se dirige y mirarlo con simpatía.
¿Son la política y la investigación científica escenarios de evangelización? Claro que sí. Y el mundo de los pobres. Y los lugares de diversión de nuestros jóvenes. ¿Cómo acercarnos a ellos? ¿Cómo hacerlo utilizando su lenguaje, el único que comprenden? Nueva evangelización requiere nuevos métodos, además de nuevos impulsos, requiere no tener miedo, mucha paciencia y comprensión, palabras nuevas, gestos valientes, para decir de otra manera el nombre de Jesús.