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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

17
Feb
2012

Mensaje cuaresmal del Papa

3 comentarios

Creo que no se ha notado suficientemente la importancia dada por Benedicto XVI a la vida teologal. Tres de sus más importantes documentos están dedicados a estas virtudes conexas, inseparables e intercambiables: sus encíclicas Deus caritas est (sobre la caridad) y Spe salvi (sobre la virtud de la esperanza); y la carta apostólica Porta fidei, que ofrece interesantes reflexiones sobre el acto de fe. Ahora, en su mensaje para la cuaresma del año 2012, el Santo Padre dice: “el fruto de acoger a Cristo es una vida que se despliega según las tres virtudes teologales”. Y apoya esta afirmación en uno de los muchos textos del Nuevo Testamento que se refieren a esta “santa triada” (así la calificaba Clemente de Alejandría). El texto citado es Heb 10,22-24: se trata de acercarnos al Señor “con corazón sincero y llenos de fe” (v. 22), de mantenernos firmes “en la esperanza que profesamos” (v. 23), con una atención constante para realizar junto con los hermanos “la caridad y las buenas obras” (v. 24).

Una vez que ha quedado clara la importancia de la vida teologal, en la que consiste la santidad del cristiano, el Papa, en su mensaje cuaresmal, insiste en la virtud de la caridad, plenitud de lo teologal, pues en ella confluyen la fe y la esperanza. La caridad “todo lo cree y todo lo espera”, decía Pablo a los corintios. La caridad, ante todo y sobre todo, se dirige a Dios. El es el máximo bien que debe ser amado y que nos hace felices. Pero la caridad tiene una dimensión antropológica, pues el prójimo no sólo es imagen de Dios, sino sacramento y presencia de Dios. El encuentro con el prójimo es un encuentro con el Dios presente en todo ser humano. De ahí que Benedicto XVI insista en la necesidad de ser “guardianes” de nuestros hermanos, porque “el otro me pertenece”, guardianes los unos de los otros, estableciendo relaciones caracterizadas por el cuidado recíproco.

Este cuidado se refiere al bien físico y material de cada ser humano. Pero hay también una responsabilidad espiritual para con los hermanos. En este contexto el Papa recuerda la importancia de la corrección fraterna. Me parece un buen recordatorio, porque esta corrección no va en una sola dirección. Sólo tiene sentido en un clima de fraterna igualdad. Todos debemos aceptar ser corregidos. En este terreno no hay “superiores eclesiásticos”. Incluso ellos deberían ser los primeros en dar ejemplo, aceptando la corrección fraterna.

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Desiderio
18 de febrero de 2012 a las 00:23

Supongo que todo cristiano debe vivir una vida teologal para acercarse a Jesucristo. Fe, esperanza y caridad, pero sobre todo caridad, pues sin ella parece que las otras dos se desvirtúan... o incluso que no se dan. A mí me surge la duda de cómo compaginar la caridad con ese ‘sacudirse el polvo de las sandalias delante de la puerta de los que no hacen caso’. Es un equilibrio, supongo, difícil de alcanzar. No significa, a mi juicio, desentenderse de alguien, mucho menos condenar. Pero creo que ante una persona que de alguna manera no responde, o no escucha,... no sé. Supongo que no hay que confundir la caridad con ser un ingenuo.

Martín Gelabert
18 de febrero de 2012 a las 01:02

La caridad no tiene nada de ingenua. Es muy lúcida y, en cada momento, encuentra la respuesta adecuada a la situación, pero esta respuesta debe darla cada uno. No hay recetas generales. En mi opinión, ante los que no hacen caso, la primera respuesta de la caridad es el respeto. El amor no se impone. Y la fe, o es libre o deja de ser.

Jose Martínez
22 de febrero de 2012 a las 19:16

Para mi la clave del mensaje de esta santa cuaresma.Es la relevancia de la Caridad en la vida cristiana, así nos luce el pelo. El acierto en desvelar la innación por el respeto humano, el cuidado de la esfera privada. Nos ha paralizado en el mirar al Otro .FijarNOS, se ha convertido en algo costoso, nos cuesta hacernos cargo del Otro, y no queremos ser el Guardian de Abel. Estamos anestesiados por nuestra vida opulenta, de modo que solo nos Fijamos en SI mismos, con lo cual es dificil ponernos en la piel del Otro -empatía-, y mucho menos ser Compasivos.
Primero:FijarSE, en uno mismo para ver la viga; despúes FijarNOS en el Otro, saliendo de nuestra ceguera, para poder Fijar la mirada en EL.

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