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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

25
Ago
2024

Mala práctica litúrgica e ignorancia teológica

6 comentarios
malaliturgia

En los libros litúrgicos o en los rituales para los sacramentos a veces se ofrece un modelo de monición del rito que va a seguir. En estos casos se puede leer literalmente la monición sugerida por el libro litúrgico o decir otras palabras similares que, al ser más espontáneas, pueden incluso resultar más sugerentes.

Cosa distinta es cambiar la fórmula litúrgica creyendo que, de esta forma, uno se acerca mejor a la experiencia de los fieles. En la mayoría de los casos ocurre que la formulación propia es bastante peor que la oficial y, a veces, resulta hasta ridícula. El ejemplo más grosero que me han contado es el del sacerdote que, cuando llega el momento de pronunciar las palabras de la institución de la eucaristía, dice: “sangre derramada por muchas y por muchos”. Para la gente normal no hace falta explicar que el “muchos” de la fórmula oficial es inclusivo. Solo una persona muy ideologizada puede pretender que no lo es. Hay ejemplos menos llamativos, pero quizás más ridículos. Es el del presidente de la celebración que, en el saludo ritual dice: “el Señor está con nosotros”. Cuando la gente responde: “y con tu espíritu”, está ofreciendo una respuesta inútil puesto que, si ya está con nosotros, en este nosotros está incluido el que lo dice. La fórmula: “el Señor esté con vosotros”, hace que la respuesta: “y con tu espíritu”, tenga sentido.

Ejemplo de ignorancia teológica es la del lector que termina la lectura bíblica diciendo: “esto es” Palabra de Dios. Ignorancia teológica porque “esto” que acaba de leer es palabra de un autor humano (Mateo, Lucas o Pablo), que se ha debido nombrar al comienzo de la lectura: “según san Mateo”, o “carta de san Pablo” a una determinada comunidad. Lo que hay que hacer al final de la lectura es una pausa, guardar un momento de silencio, y luego decir: “Palabra de Dios”, sin añadidos ni colorantes. Al hacerlo así se está diciendo: en los oídos y corazones de los presentes, que han acogido con fe el texto que acaba de proclamarse, acaba de resonar la Palabra de Dios en la mediación de una palabra humana.

Dios siempre se sirve de mediaciones humanas. No se puede identificar la mediación humana con la palabra de Dios, pero la Palabra de Dios no puede llegar sin la imprescindible mediación humana. La carta de Pablo o el relato de Mateo transmiten la Palabra de Dios, pero lo que se oye materialmente es la palabra de Mateo o de Pablo. La palabra humana transmite la Palabra de Dios, pero precisamente por ser humana es susceptible de ser interpretada, comentada o explicada. Si directa y únicamente estuviéramos ante un “dictado” divino, la palabra sería intocable. Precisamente para ser entendido Dios utiliza mediaciones humanas.

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Juanjo
25 de agosto de 2024 a las 20:27

Solamente me gustaría subrayar una palabra que quizá pueda pasar desapercibida. Es en la frase “Dios siempre se sirve de mediaciones humanas”. Quisiera notar la importancia de la palabra “SIEMPRE”. Dios SIEMPRE se sirve de mediaciones.
Lo subrayo porque parece que todavía (y lo he oído varias veces) hay cristianos (y con títulos para enseñar teología) que piensa y dice que Dios “en ocasiones” actúa, y se manifiesta, a través de mediaciones. Lo cual implica necesariamente que en otras ocasiones la relación puede ser “sin mediación” y por tanto; directa, in- mediata. Para pensar….

Hormias
26 de agosto de 2024 a las 14:10

Lo qué observo en las misas dominicales es que no va la gente joven.. Una pena

Chiquet
27 de agosto de 2024 a las 08:00

Hay fórmulas litúrgicas preciosas.
La liturgia ha dado pasos para su eficacia gracias a una mayor sencillez para acercamiento al fiel. He de confesar que, sin embargo, hay ornamentos y ritos que se me escapan. En mi favor hago constar que cuando se me han explicado he podido aprender y ha sido (es) gratificante (útil).
Aprovecho el comentario, dos sugerencias nada más: pedir a mis pastores que amplíen sus explicaciones también para esta cuestión y que procuren que la audición sea buena, hay que poder oír bien para mejor escuchar. Gracias fr. Martín

Teresa
29 de agosto de 2024 a las 17:21

¿Sirve de algo bajar a nivel cero la liturgia en ciertas celebraciones por "acercarlas" a los fieles?.
Observo con preocupación que aún así, los fieles son cada vez más "infieles".
Lo que me hace pensar que no vamos bien, hemos de mirar la brújula para orientarnos mejor.
Explicar la liturgia sí, pero los añadidos, los cambios, las torsiones... quizá simplemente distraen. En vez de aportar, restan

Andrés Cantero
6 de septiembre de 2024 a las 19:36

Buenas tardes. Agradezco mucho este comentario y todos los que realizas y de los que tanto se puede aprender.

Aprovecho la ocasión para trasladar una cuestión a propósito de la expresión "el Señor está con nosotros" que has mencionado. Yo s veces la he usado cuando he realizado la celebración de la palabra, porque efectivamente en esos casos yo no creo que "presida" nada, solo soy un laico más que realiza un servicio y que junto con el resto de la comunidad, si se puede decir así, en plano de igualdad, estoy incluido como uno más en ese "nosotros". Lo mismo realizo al final: yo no bendigo a nadie, no soy el ministro, y suelo decir: " la bendición de Dios Padre.... este o está con nosotros". Tampoco me siento en el lugar central del altar sino en un lateral como parte de este "nosotros "...No he encontrado nada en el directorio diocesano de las celebraciones en ausencia de presbítero: ¿Podrías compartir la opinión sobre si es correcto o tiene un sentido teológico y/o pastoral lo que hago o cómo debería conducirme?. Un saludo en Cristo, Andrés Cantero Parmo

Martín Gelabert
6 de septiembre de 2024 a las 19:58

Para Andrés Cantero: Mi comentario se refería sobre todo a los presbíteros que presiden las celebraciones. En el caso de celebraciones presididas por un laico, creo que lo que usted dice puede ser correcto.

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