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Mala política aprovechando un asesinato
2 comentariosEn Mocejón, un pequeño pueblo de Toledo, ha sido asesinado un niño de 11 años mientras jugaba con sus amigos. Sin motivo alguno. ¿El mal necesita motivos? El mal siempre es un sin motivo, pero hay casos en los que el sin motivo aparece meridianamente claro. En relación con este grave y triste suceso han ocurrido algunas cosas que son clara manifestación de la bondad y de la maldad del corazón humano. Manifestación de la bondad del ser humano ha sido la solidaridad de los vecinos del pueblo con la familia del niño y la repulsa generalizada del asesinato. Manifestación de la bondad del corazón humano ha sido la familia del niño asesinado, que ha pedido respeto para la familia del detenido, pues ellos quieren justicia, pero no venganza.
Y clara manifestación de la maldad humana y del uso perverso de la desgracia de los demás en beneficio propio, en beneficio de una mala política, han sido las especulaciones sobre el autor del apuñalamiento, su origen (“inmigrante ilegal”), su edad (“menor de edad”), su raza (“moro”). Estas especulaciones sin fundamento solo buscaban extender el discurso de odio racista y ofrecer el mensaje subliminal de que determinadas políticas evitarían hechos como el ocurrido. Incluso el portavoz de la familia, primo de la madre del niño, que tenía buena información, aunque no podía darla, fue acosado por haber afirmado desde el primer momento que el asesinato no tenía nada que ver con motivos racistas; y ha sido criticado por trabajar como periodista en un programa católico sobre misioneros y tener fotografías con niños africanos. Todo muy lamentable.
El racismo es un virus dañino que, por desgracia, tiene múltiples variantes. En la base del racismo está el rechazo del diferente. Pero este rechazo está basado en una mala percepción, porque si bien es cierto que cada uno es único, no es menos cierto que todos somos iguales, tenemos los mismos genes, la misma piel, la misma sangre. La única raza que hay es la humana. Por eso, cualquier otro ser humano es mi igual, todos somos hermanos, tenemos los mismos antepasados. El rechazo por motivos de raza es el rechazo entre hermanos, ese rechazo que aparece desde los inicios de la humanidad y es causa de todos los males: el que odia a su hermano es un homicida y ningún homicida tiene vida eterna.
¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?, preguntó el primer asesino de su hermano. En el error que contiene esta famosa y perversa pregunta se encuentra el antídoto contra el virus del racismo: cada uno es el guardián de su hermano, su pastor, su cuidador, su defensor. ¿Y quién es mi hermano? Todo ser humano, sin importar su edad, su sexo, su religión, su raza, su cultura, su nacionalidad.