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La educación, base para una correcta evangelización
7 comentariosEducar y evangelizar son dos dimensiones fundamentales de la vida. Pues la educación nos cultiva, hace crecer, madurar. Y el evangelio es altamente humanizar, pues no sólo responde a las preguntas más decisivas del ser humano, sino que descubre la altísima dignidad de toda persona como hija de Dios. De ahí que estas dos dimensiones nunca pueden entrar en competencia, sino que se complementan y se refuerzan la una a la otra. A este respecto, Tomás de Aquino formuló un principio que mantiene toda su vigencia: “la fe presupone el conocimiento natural como la gracia presupone la naturaleza”. Dicho en lenguaje más actual: la razón es condición previa de la fe como el ser humano es condición previa del ser cristiano.
O dicho en la perspectiva de esta reflexión: la educación es una buena base para una correcta evangelización. La base de la fe cristiana es la capacidad de razonar, de acoger, de entender. Y la base del ser cristiano es ser persona cabal, normal, decente. En la maldad no es posible que arraigue el cristianismo. Y si arraiga en una mala persona lo hace en la medida en que esa persona abandona su maldad, o sea, orienta su vida de otra manera: en vez de orientar su vida guiada por el mal, lo hace guiada por el bien.
Conviene dejar claro que ser cristiano no es ser una buena persona. Ser cristiano es encontrarse con Jesucristo y orientar la vida según el Evangelio de Jesús. Pero no hay encuentro con Jesucristo sin unas disposiciones previas. Tomás de Aquino decía: “es imposible que un malo vea a Dios”. Jesús declaraba bienaventurados a los limpios de corazón porque sólo ellos están en disposición de ver a Dios. Sin humanidad no hay acogida del evangelio. Aquí, humanidad va mucho más allá de un dato biológico. El dato biológico es compartido con los animales. Lo que caracteriza a lo humano es precisamente la trans-animalidad, el vivir humanamente la animalidad, desde la dignidad, la libertad y la confianza.
Educar y evangelizar son caminos convergentes. Si educar es madurar y sacar lo mejor de uno mismo, entonces la educación es una preparación para el evangelio. Y, al encontrar el evangelio, uno encuentra su mejor educación.