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Guerra en Ucrania: ¿un pasito hacia la paz?
2 comentariosLa guerra en Ucrania sigue causando estragos. Pero ya ha dejado de ser noticia de primera página. Las cosas repetidas cansan. Y, al final, uno se acostumbra a todo. Recuerdo una canción de la argentina Mercedes Sosa que decía: “Solo le pido a Dios / Que la guerra no me sea indiferente / Es un monstruo grande y pisa fuerte / Toda la pobre inocencia de la gente”. Me temo que este monstruo nos está resultando indiferente. Y si sigue interesándonos es a causa de sus posibles repercusiones económicas.
Precisamente las dos noticias más relevantes sobre esta absurda guerra han sido económicas: una, la reanudación del flujo de suministro del gas ruso hacia Alemania; la otra, el pacto entre Kiev y Moscú para facilitar la exportación de cereales ucranios a través del mar Negro. Algunos creen ver en estos datos un gesto de esperanza que puede desembocar, sino en un pacto de paz, al menos en un pacto de no beligerancia. ¡Qué así sea!, pero tengo mis dudas. No sé cuáles son los verdaderos motivos de estos dos hechos, pero sospecho que, desgraciadamente, hay más motivos económicos que pasos hacia la paz. Aunque si la economía puede facilitar la paz, bienvenida sea esa economía.
El pacto para facilitar la exportación de cereales parece que tiene como primer objetivo evitar la hambruna en aquellos países en vías de desarrollo. Sin duda es una buena noticia, no solo para los países que van a recibir el grano, sino para evitar la presión migratoria. Hay ahí una lección importante: lo que es bueno para mi vecino, es bueno para mi; y lo que es malo para mi vecino, termina siendo malo para mi. Si mi vecino pasa hambre, la tranquilidad de mi casa está en riesgo.
No digo que la del Papa sea la única voz, pero sí la que con más frecuencia sigue denunciando esta absurda guerra. Me resulta difícil comprender a la máxima autoridad religiosa de la otra parte, a saber, el Patriarca Kirill de Moscú que, con motivo de la conmemoración de los 600 años del hallazgo de las reliquias de San Sergio, declaró que la voluntad de Dios es evitar la destrucción de Rusia, y que la tarea de Rusia es enseñar al mundo los valores cristianos. Dios no quiere la destrucción de nadie, de eso no cabe duda; la cuestión es cómo entendemos esa voluntad de Dios: ¿para evitar mi destrucción yo fomento la destrucción del otro? Por otra parte, enseñar los valores cristianos es una hermosa y necesaria tarea, pero me permito recordar que entre los grandes valores cristianos está la construcción de la paz, el perdón de las ofensas y el amor entre los hermanos.