Jul
En Vietnam dicen no sin decir no
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Cada pueblo tiene sus peculiaridades culturales, todas muy legítimas y dignas. Una de las cosas que cuentan los frailes españoles que trabajan y residen en Asía, es que estas gentes “dicen no sin decir no”. Un “no” directo les parece una grosería, porque siempre hay que dejar una puerta abierta, incluso al adversario. Por eso, si tienen que negar, lo hacen a base de giros que ellos entienden perfectamente, pero que podrían confundir a uno de otra cultura. Giros del tipo: quizás, ya veremos.
Esta anécdota, que me contaban ayer tomando café, contiene una importante lección: siempre hay que dejar una puerta abierta al adversario. En primer lugar, porque así facilitamos la posible reconciliación. Y, en segundo lugar, porque así somos más justos, pues reconocemos la parte de razón que pueda tener la posición del otro.
Cuando en un coloquio o discusión, hay que manifestar el desacuerdo con otro, no es bueno comenzar por decir: “no estoy de acuerdo”, y menos aún: “no tienes razón”. Cuando se quiere ofrecer una opinión distinta o contraria a la que otro ha manifestado, lo mejor es comenzar por encontrar algo positivo en lo que ha dicho, y empezar así: “tienes razón cuando dices…”. Si empiezas así, el otro al que vas a contradecir, probablemente, te sonreirá. Y, a lo mejor, te lo has ganado. Y después de “darle la razón” en lo que la tiene, podrás añadir tu “pero”, expresar tu desacuerdo en un clima de buen entendimiento.