Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

4
Ago
2023

En la mesa con Santo Domingo: fraternidad y alegría

5 comentarios
mesaconsantodomingo

Las tradiciones sobre los orígenes de la Orden de Predicadores recuerdan un aspecto de la vida de Santo Domingo, relatado precisamente por las mujeres que, quizás por parecer muy prosaico, no se ha destacado suficientemente, a saber: las comidas de Santo Domingo con los frailes y con las mujeres que se reunieron en torno a él para llevar a cabo la obra de la predicación. Curiosamente, mientras los testigos varones del proceso de canonización se complacen en destacar lo que parecería más heroico en nuestro santo, como el don de lágrimas o las vigilias que pasaba en oración, las mujeres cuentan detalles más cotidianos que nos acercan a Domingo y lo humanizan. Una tal Guillermina cuenta (no sé si exagerando un poco) que “comió a la misma mesa con él más de doscientas veces”.

Sor Cecilia, una de sus primeras, más fieles y cercanas seguidores, cuenta dos interesantes historias, una con frailes y otra con monjas, ocurridas en la mesa con Santo Domingo. Un día en el que los frailes no tenían nada que comer, puesto que habían entregado el pan que llevaban al convento a un pobre que encontraron en el camino, sucedió que Santo Domingo entendió que el pobre en realidad era un ángel y, por tanto, aseguró que el Señor alimentaría a los frailes. En efecto, sentados en el refectorio sin nada en el plato, aparecieron “dos jóvenes hermosísimos” (dos ángeles) cargados con manteles blancos llenos de pan, y entregaron uno a cada fraile.

El relato de lo ocurrido con las monjas es más sobrio, menos “angélico”, y hasta más “humano”. Cuenta Sor Cecilia que Domingo visitó un día a las monjas a una hora tardía, cuando ya se habían retirado al dormitorio. Al oír la campanilla fueron rápidas a escuchar al Maestro que, tras dirigirles una plática, hizo llenar de vino una copa traída por el hermano bodeguero e hizo beber a todas las hermanas cuanto quisieron.

En la mesa con Santo Domingo hay pan para todos y, sobre todo, hay alegría. Estos detalles de humanidad son una lección para la vida religiosa hoy. Pues si en nuestros conventos y casas no hay fraternidad y alegría, si no hay cuidado y amor recíproco, nuestra vida consagrada languideceré y nuestra misión se empobrecerá. Porque se transmite lo que se vive. Nuestras comunidades deben ser un laboratorio de fraternidad, en el que previamente vivimos y hacemos real aquello mismo que luego queremos transmitir y anunciar a los de fuera. Cuando en el monasterio no hay alegría, cuando hay personas heridas, entonces monjas y frailes buscan fuera lo que no encuentran dentro. Si las monjas y los frailes no están contentos, si no se sienten cuidados, valorados y queridos, su vida espiritual flaqueará. Pues el cuidado del cuerpo y el equilibrio psicológico tienen influencias en la vida del alma.

Posterior Anterior


Hay 5 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Elsa Aguirre M
4 de agosto de 2023 a las 13:37

Interesante saber,el involucramiento y participación de las mujeres fraternalmente en pláticas con frailes compartiendo el pan y el vino , siguiendo el ejemplo de Jesús

Florencia bravo
4 de agosto de 2023 a las 16:05

Me encanta leer el comentario de Santo Domingo.
Muchas gracias....

Marcela Diaz
4 de agosto de 2023 a las 16:52

Así es más cuando hay discriminación malos tratos amenazas y obstruyen los sacramentos el apostolado la misión porque consideran que hasta ciertas personas tienen derecho a ser Laicos curas o monjas, coartando la vocación y sobre todo la causa de todo aspirante llevar y vivir en el evangelio y sufrir por el evangelio la centralidad Cristo Jesús.
Cabe destacar predicar la verdad ,y el mal causado por el satanismo que se lleva muchos consagrados para el otro lado .
Aún sabiendo que Satanás no es rival pues ya fue vencido por Dios .

Valero
5 de agosto de 2023 a las 10:28

"Se trasmite lo que se vive" dice Martín, esto me hace recordar aquella frase de San Pablo cuando dice que los de fuera, los del mundo se admirarán y por tanto serán evangelizados al decir, refiriéndose a las comunidades cristianas: "mirad cómo se aman".

RUT
7 de agosto de 2023 a las 13:55

Me incumbe mucho este comentario, sobre todo a partir del apartado último... En la mesa de Sto. Domingo...si en nuestras comunidades no hay buen humor, acogida, alegre y sentida fraternidad, sino orden y calma que no es paz.
Qué vivimos, qué se puede transmitir?
Cómo entendemos el Evangelio y a Jesús y sus relaciones con los suyos y no tan suyos? Con tantos cursos, cursillos, preparación quizás hemos perdido humanidad, espontaneidad, afabilidad.
Siempre dando en el clavo, Fr. Martín, gracias y disculpe el desahogo.

Logo dominicos dominicos