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Dana en Valencia, cinco días después
5 comentariosCinco días después de la tragedia de la Dana en Valencia, uno no sabe muy bien qué balance hacer. Quizás no se trate de balances, sino de seguir ayudando. Lo más triste: las personas que fallecieron. Quedan los vivos, y bastantes lo están pasando muy mal. Cierto, la ola de solidaridad ha sido inmensa. Espontáneamente, muchas personas, sobre todo jóvenes, a veces con una escoba, han acudido a los lugares más castigados para ayudar. Otras muchas se organizaron para recoger alimentos y ropa. También muchos han ayudado económicamente, enviando sus donativos a Caritas. La gente ha sido y es maravillosa. Siempre hay excepciones: los grupos de bandas que asaltaron comercios e incluso buscaron en Iglesias objetos para llevarse.
El ejército, la policía merecen nuestro agradecimiento. No sé si los políticos merecen ser aplaudidos. Lo que han hecho bien, lo han hecho cumpliendo con su deber. Pero me temo que incluso en lo que han hecho bien han pensado en sus beneficios electorales tanto o más que en ayudar a la gente. En muchos pueblos se han quejado de que las ayudas estatales y autonómicas han llegado tarde. Los alcaldes de estas poblaciones se han manifestado al respecto con mucha claridad. Es de esperar que las ayudas económicas que los gobiernos del Estado y de la autonomía ha prometido para restaurar edificios y carreteras lleguen pronto. Aquí no se trata de colgarse medallas, sino de ayudar a la gente.
Las gota fría han tenido consecuencias indirectas, pero reales, en muchas personas que no han sufrido directamente el acoso del agua: no funciona el metro ni las conexiones ferroviarias, tanto de cercanías, como de alta velocidad, con el consiguiente perjuicio para muchas personas que necesitan desplazarse por motivos familiares o de trabajo. La distribución de alimentos y de bienes en lugares alejados de Valencia también se ha visto afectada, porque los camiones que los transportaban no han podido recogerlos en almacenes que se encontraba en lugares afectados.
Importa una cosa: la solidaridad. Por eso, es de elogiar la decisión que ha tomado la diócesis de Valencia de destinar el importe íntegro de la colecta del día de la Iglesia diocesana (9 y 10 de noviembre) a las víctimas del temporal. La Dana ha demostrado que hay gente buena, gente con corazón, gente maravillosa. No sé si ha demostrado que tenemos buenos políticos. Todavía están a tiempo de enmendar sus enfrentamientos y sus ambiciones. Los abucheos que el domingo, día 3, recibieron en Paiporta el Presidente del Gobierno y el Rey son la prueba patente del descontento de los ciudadanos. Es posible que los gobernantes hagan todo lo que pueden, pero algunas personas no lo perciben así. Por cierto, el lunes, 28 de octubre, el Rey, adelantándose a la ministra de defensa, decidió enviar a 100 soldados de su guardia para ayudar, y preguntó si podían hospedarse en el seminario diocesano. Allí están.