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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

11
May
2014

¿Ayuda a los pobres o promoción humana?

7 comentarios

En los márgenes del río Paraguay, a su paso por Asunción, hay una serie de barrios populosos, con casas construidas con cartón y madera, con calles de tierra, por las que se pasea algún animal, y por las que niños descalzos juegan con una pelota. Allí se percibe la pobreza de grandes capas del mundo latinoamericano. Estos barrios no son turísticos. Pero son muy reales. En uno de esos barrios de los márgenes del río, un dominico, fray Pedro Velasco, ha conseguido que, poco a poco, sus habitantes tengan asistencia sanitaria, que los niños sean escolarizados, que haya una oficina que concede créditos solidarios a bajo interés, una emisora de radio, una escuela de danza y música, un comedor en el que cada día almuerzan gratuitamente 150 niños, y una pequeña empresa en la que los habitantes del barrio venden basura, sí, basura. Es interesante visitar esta empresa: mujeres del barrio llevan con sus brazos carretillas llenas de desperdicios, que venden a peso; otra gente del barrio separa los distintos tipos de plástico, el vidrio y el cartón; una vez separado lo prensan; luego venden los paquetes a una empresa que recicla este material. La empresa compradora también recibe basura de otros países, con una diferencia sorprendente e injusta: por la basura extranjera pagan el doble.

En este barrio hay la misma pobreza y hasta las mismas miserias que en otros: drogas, violencia, familias desestructuradas. Pero no tanta droga ni tanta violencia como en otros. Más aún: en este barrio los y las jóvenes que antes iban con una botella en la mano, ahora llevan una guitarra o unas zapatillas de danza o de deporte. Porque la escolarización, la sanidad, la promoción a todos los niveles, ha logrado elevar el nivel moral, la autoestima de las personas y la conciencia de su dignidad. Naturalmente, la labor de este dominico ha sido posible gracias a muchos voluntarios del propio barrio. Pero también gracias a la ayuda económica venida de España.

Personas del propio país también colaboran con sus aportaciones. Sin embargo, algunas de estas personas se muestran dispuestas a ofrecer dinero para una ayuda puntual y concreta, pero no están contentas cuando ven que esa ayuda se traduce en promoción social, porque la gente promocionada plantea problemas: al ser conscientes de su dignidad, al tener acceso a la cultura, también saben protestar y ofrecer razones de su protesta; de pronto esa gente promocionada cobra conciencia de que la pobreza no es un asunto natural, sino histórico, político y estructural; y esta toma de conciencia resulta molesta. Dar de comer al pobre tranquiliza conciencias; dignificar a las personas plantea problemas.

Una última reflexión a propósito de las aportaciones españolas: cuando la economía iba bien, las ayudas no faltaban. Ahora que hay crisis, son mucho más parcas. Es fácil ser generoso con lo que a uno le sobra; lo difícil es compartir y ser solidario cuando eso supone un pequeño sacrificio y nos obliga a ser un poco más austeros.

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Ray'kuera
11 de mayo de 2014 a las 15:15

La ONG'D Ray'kuera (http://www.dominicos.org/raykueraverapaz/), de la Provincia dominicana de Aragón, desde su fundación en 1985, es una de las entidades españolas que viene colaborando en los múltiples Proyectos de este Bañado Tacumbú y lo seguirá haciendo. Pues unas de sus más profundas convicciones es que el verdadero Desarrollo está íntimamente unido a la dignidad de toda persona humana.

caña y pez
11 de mayo de 2014 a las 17:06


Su reflexión me trae a la memoria aquella frase de Dom Helder Cámara: " Si doy de comer a los pobres me llaman santo. Si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, me llaman comunista". La caridad presupone la justicia. Y es de justicia repartir los recursos humanos entre todos. Porque con un buen reparto de los recursos, nadie pasaría hambre. Nadie. Promoción humana, sin duda. Porque va a la raiz del problema. Y se fomenta la autonomía de los pueblos. Se les da la caña de pescar. No solo el pez.

La nueva evangelización no solo pasa por la realidad virtual, los twets, y los likes. Sobre todo pasa por la dignificación del Cristo Vivo en cada hermano. Un homenaje a los misioneros y misioneras dominicos y su callada labor de promoción.

Gracias P. Martín por compartir sus impresiones sobre una realidad eclesial no suficientemente reflejada en los medios de comunicación. ¡ Buena itinerancia!

vientosdelibertadnacaome@.com
11 de mayo de 2014 a las 17:35

Es que siempre quieren mantener al pueblo en la mendicidad y no les interesa su liberación integral.
Por eso decía Helder Camara, que cuando hacia caridad lo aplaudían, pero cuando preguntaba porque tanto pobre le estigmatizaban con el nombre de comunista.

Marieta
11 de mayo de 2014 a las 19:01

No solo me gusta, como pide la página; sino que estoy totalmente de acuerdo. Sí, es una lástima. Los pobres parece que están solo para recibir, pero no para tener conciencia. El otro día oí en una homilía que "no trabajamos por la Justicia" sino para anunciar a Cristo. ¿Es que son cosas distintas? ¿A que llamamos amar, a domesticar? Ayudar a recobrar la dignidad, a sentirse sujetos en proceso de crecimiento e incluso de denunciar. Gracias a misioneros como fray Pedro, y otros muchos, llega el impulso amoroso para recrear una tierra nueva desde las pequeñas cosas, con la ayuda y el impulso de muchos. Ojalá sigan surgiendo pequeños proyectos para transformar la dura realidad y no nos encojamos con nuestras crisis y les cerremos nuestros grifos.
Gracias Martín por recordárnoslo.

Dar el pez o enseñar a pescar
11 de mayo de 2014 a las 22:08

¿Damos el pez o les enseñamos a pescar? Lógicamente es mejor enseñarles a pescar para que puedan valerse por sí mismos. Quizás sea éste un error en educación, el no enseñar a los educandos la independencia y el valerse por sí mismos. La educación en la dignidad humana está perfecta, pero ¿Se enseña la iniciativa personal? Es importante tener proyectos y ganas de vivir, esto lleva a tomar iniciativas y montarse algún negocio limpio que les pueda sacar de la miseria. Se podrían formar profesionalmente para después poder hacer su propio negocio y además tienen crédito gratuito o a bajo interés.
Supongo que estas personas cuando vean las iglesias de España por internet deben de pensar que somos multimillonarios con semejantes edificios, vidrieras y calices de oro. Pero, claro, lo que no saben es que se han tardado muchos siglos en construirse para llegar a ser las obras de arte que contemplamos.
Tampoco los coches y casas que ellos veran por internet están al alcance de todos ¿Es injusto? a lo mejor...Una persona pobre ha de ser humilde (aunque no solamente los pobres, sino todos debemos ser humildes)pero, lo que no puede ser es ser un problema para los demás, o una carga insoportable. Algo falla en el producto final en la educación, según nos dice el Padre Martín. GRACIAS

Rosa
12 de mayo de 2014 a las 02:56

Gracias P.Martín, por hacernos presentes, a tantos hermanos nuestros que sufren, por las injusticias que se cometen, en aras del progreso que yo mas bien diría, del egoísmo de los satisfechos. Qué testimonio el del dominico fray Pedro, sólo un hombre, apoyado por los voluntarios, cuánto bien pueden hacer. Pensemos si todos ponemos nuestro granito de arena, el bien se multiplicaría como la arena del mar. Mientras no haya justicia, ni habrá igualdad, ni habrá paz. Y eso es responsabilidad de todos,y sobretodo de los que nos decimos cristianos, la coherencia debe traducirse en hechos,no en palabras. Me siento ciudadana del mundo y hermana de todos en Cristo.

Héctor Figueroa
30 de marzo de 2020 a las 18:46

La limosna dada por muchos y hasta a veces buscando foto, es anestesia para las conciencias... estamos en la religión del trueque... yo ayudo para que Dios me ayude...
Pero muchos bautizados desconocen la DSI que llama a la promoción humana. Es necesario hoy darles de comer y mañana ayudarlos de diversas maneras a salir delante por sus propios medios. Capacitarlos, ser puentes de ayuda, que salgan del medio y la opresión...
Hacer una pequeña Pascua ahora, sacarlos de su esclavitud y llevarlos a un desierto (reflexion y preparación) hacia la tierra prometida (acá y ahora).
Ser para ellos (y nosotros) un evangelio vivo.

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