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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
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20
May
2008
Libertad religiosa
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Las difíciles relaciones del Episcopado con el Gobierno son el cuento de nunca acabar. La intención gubernamental de modificar la ley de libertad religiosa puede ser un nuevo elemento potencial de malestar. Digo potencial porque la reacción de los Obispos ha sido cautelosa. La prudencia es buena cuando no se conocen los contenidos que se pretenden introducir en esta reforma. Habrá que examinar la ley antes de emitir juicios valorativos.

Lo que sí detecto es la sensación de incomodidad, por parte de algunos grupos católicos, ante la política del gobierno de la nación. Cuando se pregunta por las causas aparecen los temas ya sabidos: aborto, familia, nuevos tipos de matrimonio, educación para la ciudadanía. Estos asuntos no tienen el mismo valor, pero todos juntos producen la sensación de una ofensiva laicista y contraria a la religión católica por parte del gobierno. Se diría, según algunas voces, que se trata sino de eliminar la presencia de la Iglesia, al menos de arrinconarla en el ámbito de lo estrictamente privado. Más aún, algunos pronostican que los católicos terminarán siendo ciudadanos de segunda clase, si es que no lo son ya.

Amparados en la Constitución española y dado el contexto político europeo en el que nos movemos, me parece que las libertades religiosas están suficientemente garantizadas. Cualquier colectivo, sea o no católico, tiene el derecho de manifestar públicamente su convicciones por los medios que considere convenientes, respetando los derechos y libertades de los demás. A nadie se le pregunta por sus creencias o por su práctica religiosa a la hora de acceder a un puesto de trabajo sobre todo público, porque en el ámbito privado sí que seleccionamos en nuestras instituciones católicas a trabajadores que estén de acuerdo con nuestros idearios.

En suma, no me parece que podamos hablar de persecución a lo católico, aunque es posible que en algún caso hayan aparecido dificultades administrativas, por ejemplo a propósito de la presión que algunos profesionales de la salud reciben para que actúen en contra de su conciencia en algún caso concreto amparado por la ley. Pero estos casos no hay que elevarlos a categoría universal; lo que hay que hacer es llevarlos a los tribunales y utilizar los medios legales para defender el derecho a la objeción de conciencia.

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17
May
2008
También tú fuiste extranjero
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Ahora que el Presidente de la Generalitat valenciana se pregunta si sería bueno que los extranjeros (aclaro: los extranjeros no comunitarios, o sea, los pobres) firmasen el contrato de integración que el Sr. Rajoy propuso en campaña electoral, oigo decir que hace unos 60 años el 20 por ciento de la población de la Provincia de Alicante había emigrado. Y que hoy el 21 por ciento de la población de Alicante son inmigrantes. Se me ocurre pensar que bastantes de los actuales inmigrantes son nietos más o menos lejanos de los que emigraron hace 60 años.

Entretenido con estos pensamientos leo en el libro del Levítico: “Al forastero que reside entre vosotros lo amarás como a ti mismo, pues también vosotros fuisteis forasteros en la tierra de Egipto”. En este texto y otros parecidos el motivo del amor al extranjero no tiene sólo una connotación filantrópica, compasiva; algo así como: “también ellos están en la condición en que has estado tú”. O aplicado a los tiempos actuales: ¿no ves en los sudamericanos que llegan a tu tierra a tus propios abuelos que un día la dejaron? Es buena la razón compasiva, pero hay más, pues en el “también vosotros fuisteis forasteros en Egipto” hay una razón teologal: como Yahvé intervino para librarte, así te llama a ti para que liberes a quién está oprimido. De modo que en el Levítico la valoración del extranjero depende de la concepción que se tiene de Dios. Dicho de otro modo: dime como tratas al inmigrante y te diré quién es tu Dios.

Por lo demás, eso de un contrato de integración para asumir las costumbres de los nacionales tiene su gracia. ¿De qué costumbres se trata? ¿De comer paella, ser fallero, llevarle flores a la Virgen? Porque muchos que han nacido y viven en la ciudad de Valencia cuando llegan las fallas se marchan porque no aguantan el ruido. ¿Tendremos que considerar a esos valencianos poco integrados y hacerles firmar el contrato de integración? Es de esperar que no se trate de la paella o de las fallas, sino de cumplir las leyes. Pero para eso ya tenemos el código civil, el penal y si fuera menester el canónico. Y no digamos el militar.

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13
May
2008
Sorprendida y horrorizada
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Según cuenta la prensa la Sra. Vicepresidenta de nuestro Gobierno se ha mostrado “sorprendida” y “horrorizada” tras posar en Níger con un polígamo y sus tres mujeres. El polígamo es socio de un empresario valenciano que se dedica al negocio de la chufa y que solicitó fotografiarse con la alta personalidad del gobierno español. Según la prensa la Vicepresidenta pensaba que las tres mujeres del varón eran en realidad sus hijas.

Lo que no entiendo es lo de horrorizada. ¿Por el polígamo? ¿Por la poligamia? ¿Por la mala imagen política que supuestamente le produce la foto? ¿Acaso no sabe que Níger es un país de mayoría musulmana y que el Corán permite la poligamia? Más aún, que muchas personas la viven con normalidad porque forma parte de su cultura. Supongo que no hace falta que deje claro mi desacuerdo con la poligamia o con determinados modos de entender el matrimonio pero, por si acaso, lo hago. Lo que me sorprende es que a la Vicepresidenta le horrorice la poligamia y le parezcan normales otros tipos de matrimonio. Si ella se sorprende y se horroriza ante la poligamia podría comprender que otros ni se sorprendan ni se horroricen, pero no estén de acuerdo con otros tipos de matrimonio legales en España. No sé qué resulta más contracultural. La poligamia parece bastante cultural.

Todo esto me lleva a pensar que los contextos condicionan las valoraciones. La valoración de la Sra. Vicepresidenta se debe, sin duda, a sus presupuestos culturales. Comprenda usted, señora, que los presupuestos religiosos son más fuertes y más condicionantes que los culturales. Pero si los presupuestos condicionan las valoraciones, también es importante esforzarse por comprender y, para comprender, hay que ponerse en la situación del otro. Cuando se comprende, aunque no se esté de acuerdo, ya no se condena. Cuando se comprende hasta se pone uno en el buen camino para poder amar. En eso me parece que Jesús va por delante: no condenaba, aunque no estuviera de acuerdo con adulterios o prostituciones. Porque comprendía a las personas y las amaba.

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11
May
2008
El deber de intervenir en Birmania
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No hace mucho me hice eco de que el Papa ante las Naciones Unidas enunció el principio de la “responsabilidad de proteger”. Todo Estado tiene el deber primario de proteger a la propia población de violaciones graves y continuas de los derechos humanos y de las crisis humanitarias provocadas por la naturaleza o por el hombre. Si un Estado no es capaz de garantizar esta protección, la comunidad internacional debe intervenir con los medios jurídicos previstos para garantizar ese derecho. Quiero añadir otra cosa que también he publicado en este blog, recordando los cuarenta años de la Populorum Progressio: en caso de dictadura evidente y prolongada es legítimo el derrocamiento del tirano.

¿Qué está pasando en Birmania? Si hemos de hacer caso a las noticias que nos llegan pasa que el gobierno militar de Birmania no es capaz de garantizar la protección que sus ciudadanos requieren con toda urgencia. Tampoco facilita que otros presten esta protección. Más aún, parece que se incauta de las ayudas que con dificultad están llegando. Hay vidas humanas en juego. Hay una dictadura militar opresiva. Lo primero como consecuencia de lo segundo. Sería bueno que se alzasen voces creyentes que recordasen el deber de intervenir en Birmania y el deber de derrocar a los dictadores birmanos. En nombre de la vida. Eso que tanto decimos apreciar los creyentes. Y aunque no se trata de vidas embrionarias, sí se trata de vidas bien nacidas. Por bien nacidas, las voces en su defensa deben ser más altas.

Hoy escucharemos que el Espíritu Santo es gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos. También es válido eso para las lágrimas y el duelo de Birmania. Pero el Espíritu no actúa automáticamente. Sólo actúa a través de las manos, la inteligencia y el corazón de los creyentes. Si el enjugar las lágrimas del Espíritu no se traduce en cristianos que enjugan lágrimas no hay acción del Espíritu. No hay fe en el Espíritu. Por eso me permito reclamar voces eclesiales y, por supuesto, políticas, que ayuden a cumplir el deber de intervenir y también el de derrocar al tirano.

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8
May
2008
¿La hora de los laicos?
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El próximo domingo, fiesta de Pentecostés, se celebra el día del apostolado seglar. Yo prefiero hablar de laicos. Seglar remite a secular, a perteneciente al mundo. La palabra laico remite a laos, pueblo. E indica no sólo la pertenencia a un pueblo determinado, sino el hecho mismo de ser este pueblo, en nuestro caso el Pueblo de Dios. Y el Pueblo de Dios es la Iglesia, la asamblea de los creyentes. En el Pueblo de Dios hay carismas, ministerios, y tareas. Pero esto viene después de haber dejado claro que todos somos Iglesia y que esas tareas y ministerios no están por encima, sino dentro del Pueblo y a su servicio. Los laicos no están en la Iglesia. Son la Iglesia.

Hoy se insiste mucho en la importancia de los laicos. ¿Importancia porque los clérigos han menguado y no llegan a todo? No se trata de hacer de la necesidad virtud. Si en la Iglesia el presbítero ejerce un ministerio importante, este ministerio no tiene que acaparar el resto de ministerios u oficios, ni pretender dirigirlos. Cada uno es responsable de su misión. En la Iglesia todos somos adultos y todos colaboramos con todos.

A veces el apostolado de los laicos se presenta como una especie de delegación o participación del ministerio episcopal. En realidad los seglares no participan del ministerio del obispo, sino “del ministerio sacerdotal, profético y real de Cristo”, como bien dice el Vaticano II. Y añade: “el deber y el derecho del seglar al apostolado deriva de su misma unión con Cristo”, “de la esencia misma de su vocación cristiana”. El Concilio se refiere “a la propia responsabilidad de los seglares que los impulsa por todas partes al servicio de Cristo y de su Iglesia”.

El día del apostolado seglar es una invitación a cambiar esa mentalidad, presente también en la Iglesia, que considera a unos superiores a otros. Los laicos no tienen un papel subsidiario, sino propio. Todos colaboramos con todos, cada uno desde nuestro propio lugar. ¿Es mucho desear que cada día más laicos ocupen funciones de gobierno en la Iglesia que parecen propias de los clérigos, pero sólo parecen porque no lo son?

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4
May
2008
Cristianos y musulmanes dialogan sobre fe y razón
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Los medios españoles no se han hecho eco de esta noticia: del 28 al 30 de abril ha tenido lugar en Roma un coloquio entre expertos cristianos y musulmanes, presidido por el Cardenal Jean-Louis Tauran, presidente del Consejo pontificio para el diálogo interreligioso, y por el Madhi Mostafavi, presidente de la Organización musulmana iraní. Los participantes fueron recibidos el 30 de abril por Benedicto XVI. El tema del coloquio: “Fe y razón en el cristianismo y en el Islam”. Merece la pena notar algunas de sus conclusiones: “la fe y la razón son dos dones de Dios a la humanidad”, que “no se contradicen”, aunque en algunos casos “la fe puede estar por encima de la razón, pero nunca contra ella”. Los participantes subrayan: “la fe y la razón son intrínsecamente no violentas”; por este motivo “ni la fe ni la razón deben ser utilizadas para fines violentos”. “Desgraciadamente, notan los expertos, las dos han sido a veces mal utilizadas para cometer actos violentos”.

“Cristianos y musulmanes deberían ir más allá de la tolerancia”. Observación oportuna, porque la tolerancia supone que el otro es inaceptable para mi. Ir más allá de la tolerancia es entender que en el otro hay valores positivos que pueden enriquecerme: “Cristianos y musulmanes deberían ir más allá de la tolerancia, aceptando las diferencias, siendo conscientes de lo que tienen en común y dando gracias a Dios por ello. Están llamados al respeto mutuo, y a condenar aquello que convierte en ridículas las creencias religiosas”.

Finalmente me ha parecido interesante este criterio para interpretar los textos religiosos, totalmente contrario a posturas fundamentalistas: las tradiciones religiosas “no pueden ser juzgadas por un solo versículo o pasaje presente en sus respectivos libros sagrados”. Para comprender las tradiciones religiosas, dicen estos expertos, se necesita “una visión global y un método hermenéutico adecuado”.

Desde bases como estas el entendimiento entre cristianos y musulmanes resulta enriquecedor. Desgraciadamente no todos están de acuerdo con estos sabios criterios. Pero no cabe duda de que estas conclusiones manifiestan un clima que debemos apoyar y difundir. Sería bueno, por otra parte, que estos coloquios se prosiguieran en otros lugares y a otros niveles, con expertos sí, pero con creyentes de base también.

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2
May
2008
Fechas importantes o exceso de tragedia
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Leo un documento elaborado por la Comisión Internacional Dominicana de “Justicia y Paz” con las “fechas importantes” que conviene recordar. Las cuento: 32. Salimos a casi tres por mes. Hay muchos recordatorios: paz, enfermos, mujer, inmigrantes, holocausto, agua, tierra, indígenas, alimentación, personas mayores, sida y así hasta 32. Desde otras instancias me envían más recordatorios, por ejemplo, la semana de oración por la unidad de los cristianos. Y, ya puestos, ¿por qué no añadir otros además de los “oficiales”?, ¿por qué no un día de las religiones unidas en pro de la paz y la dignidad de las personas? Nos podemos pasar el año haciendo memoria. De hecho, eso es lo propio del cristiano. La Eucaristía es un memorial, un recuerdo del acontecimiento fundamental que nunca hay que olvidar: la Pascua de Cristo.

Tanto recordatorio es signo de mucha necesidad, de mucha tragedia, del mucho trabajo que queda por hacer. Pero, yendo al terreno de lo práctico, me pregunto por su efectividad. El querer estar en todo puede conducirnos a no estar en nada o, en todo caso, a ser poco eficaces. No hay que olvidar que la Encarnación tiene sus límites. La solidaridad, el amor al indigente, la ayuda al necesitado, se expresa a través de gestos, actitudes y compromisos particulares. Lo importante no es querer estar en todo, sino estar en algo concreto y hacerlo bien. Así se comprende que las organizaciones en pro de los derechos humanos siempre busquen un objetivo en el que concretar su impulso de amor universal. Y normalmente, los que en nombre de la universalidad suelen criticar a esas organizaciones debido a la particularidad de su objetivo, suelen ser los que a la hora de la verdad no defienden a nadie. Al respecto recuerdo unas palabras de Teresa de Calcuta: “Yo no curo nunca multitudes, sino solamente a una persona. Después, si puedo, me ocupo de otra. Si me fijase en las multitudes, no comenzaría nunca”.

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28
Abr
2008
Una mística distinta
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(Escrito con motivo del 29 de abril, fiesta de Santa Catalina de Siena)

A lo largo de la historia ha habido santos y santas que no sólo han combatido las malas costumbres de sus contemporáneos, sino también las malas posturas o actitudes de los pastores. ¿Nombres? Bernardo de Claraval, Antonio de Padua, o Catalina de Siena, por citar algunos. Esta sencilla mujer, casi analfabeta, tuvo la valentía de corregir al mismísimo obispo de Roma. Hoy es considerada una mística. Mística, o sea, seducida por el misterio de Dios. Pero esta seducción no la apartaba del mundo, ni le hacía adoptar actitudes resignadas. Al contrario, le hacía adoptar actitudes proféticas. Juan Pablo II alabó el “filial atrevimiento de Catalina de Siena”. Y añadió: “en la historia de la Iglesia no han faltado hombres y mujeres consagrados a Dios que, por un singular don del Espíritu, han ejercido un auténtico ministerio profético, hablando a todos en nombre de Dios, incluso a los Pastores de la Iglesia”.

Este siglo XXI, testigo ya de tantas tragedias, está necesitado de místicos. Porque la mística no es un fácil consuelo que nos evade de la historia, sino un encuentro con Dios que nos impulsa a buscar vías de paz a través del diálogo, la reconciliación y la justicia. Esta es la mística que necesitamos en el siglo XXI. Catalina de Siena es un buen recordatorio que nos invita a ser cristianos con los ojos y los oídos bien abiertos. Nos recuerda que la contemplación de las cosas divinas está estrechamente unida a la preocupación por la mejora de la sociedad y la búsqueda de la paz. Y finalmente, nos llama a ser profetas que invitan “incluso a los Pastores” a adoptar actitudes evangélicas, a preocuparse de los pobres, a alejarse del boato, a avergonzarse –lo decía Bernardo de Claraval- de buscar cualquier púrpura que sea de honor y no de irrisión.

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24
Abr
2008
Conocer al enemigo
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En uno de estos lugares de cuyo nombre no quiero acordarme, que pretenden ser muy católicos, (no sé si saben que católico significa universal y eso requiere apertura mental), en uno de esos lugares, digo, hace ya unos días, se habló de forma inexacta y distorsionada, de una iniciativa promovida por un colectivo dominicano sensible a los temas de justicia, paz y opción por los pobres. Uno de los habitantes del lugar en cuestión confesó haber entrado en la página del colectivo dominicano “para conocer al enemigo”. Ni más ni menos.

No sé qué entienden algunos por enemigo ni tampoco como entienden eso de ser cristiano y amar al enemigo. Aunque sería interesante que nos lo explicaran. Pero sí aprovecho la oportunidad para hacer alguna distinción a propósito del amor al enemigo. Una cosa es ser enemigo y otra tener enemigos. Un cristiano no puede ser enemigo de nadie. Porque está llamado al amor. Otra cosa es tener enemigos. El cristiano no quiere tenerlos. Busca no tenerlos. Pero, a veces, se ve obligado a sufrir el tenerlos. Jesús no era enemigo de nadie, pero tenía unos enemigos tales que terminaron por quitarle la vida.

Lo que realmente resulta incomprensible es que uno se considere cristiano y califique de enemigos a otros cristianos con los que no está de acuerdo. Al hacerlo ha perdido todos los papeles evangélicos. Con un hermano en la fe se puede estar en desacuerdo. Y expresar este desacuerdo desde el respeto, la verdad y el razonamiento. Esto es un mínimo. Si se quiere ir un poco más allá habrá que buscar aquellos puntos en los que se está de acuerdo y alegrarse por ellos. En el caso de dos cristianos seguro que esos puntos de acuerdo son mucho más importantes que aquellos con los que se está en desacuerdo.

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20
Abr
2008
Tendiendo puentes
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Hay un sentido corriente de pontificar, a saber, sentar cátedra, pronunciar una palabra autoritaria, definitiva; y también cortar un debate, impedir que prosiga la discusión. Es preferible otro sentido, el de pontífice como el que tiende puentes. Y eso es lo que me parece que ha estado haciendo estos días Benedicto XVI. Tender puentes hacia las víctimas de algunos sacerdotes, puentes entre las naciones, y puentes entre las religiones.

Esta foto del Papa en su visita a la Sinagoga de Nueva York, al lado del rabino, es una hermosa y profética imagen de dos hermanos, hijos de un mismo Dios. El hermano mayor, rabino judío, superviviente de un campo de concentración. El hermano menor, con una adolescencia marcada por el régimen del horror, cosa que ha reconocido él mismo en este viaje a EEUU. Tendiendo puentes. Es emocionante, dijo el Papa, en su visita a la Sinagoga Park East, pensar que Jesús, de joven, escuchó las palabras de la Escritura y rezó en un lugar como éste.

La persona que me facilita la foto, me pide que me fije en las manos, el mudo lenguaje de las manos del rabino, la mirada del Papa, la acogida, el sobrecogimiento, la vida de dos supervivientes del Amor. Y añade: En los rasgos del rabino, su sonrisa, la dignidad de un sufrimiento transformado en canal de Luz, podemos reconocer a nuestros ancestros, a nuestros hermanos mayores en la fe, los hijos de Abraham. Todos hijos de un mismo Dios. Antiguo y Nuevo Testamento unidos. Shalom, Paz. Y todos llamados a tender puentes, a ser canales de Luz.

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