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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

26
Abr
2011

Sábanas y sudarios llamados santos

6 comentarios

El sudario de Oviedo, la sábana de Turín y el paño de la Verónica de Manoppello son tres objetos que hacen referencia a la vida de Jesús. De los tres hay amplia información en internet. Las opiniones sobre ellos son muy dispares, incluso contradictorias. Se me ha preguntado por qué estos tres objetos no son prácticamente tenidos en cuenta en la cristología actual para explicar la grandeza del Jesús histórico a partir del misterio de Dios.

He comprobado que este es un tema muy sensible. Muchas personas se muestran disgustadas ante cualquier explicación que ponga en duda la autenticidad de estas reliquias. Lo que, en parte, significa que en la valoración que se hace de ellas influyen no sólo factores racionales, sino también pasionales.

La pregunta que me han hecho es interesante: ¿por qué no son tenidos en cuenta por la cristología actual? Yo diría que no son tenidos en cuenta porque es mejor no arriesgarse a fundamentar la fe sobre algo que pudiera no ir en la línea de lo que se pretende demostrar. Suponiendo que la sábana de Turín sea un lienzo del siglo I, y suponiendo que en ella se hubiera envuelto el cadáver de un crucificado, todavía faltaría probar que este crucificado fue Jesús de Nazaret.

Más provechoso que discutir sobre la autenticidad o inautenticidad de estas reliquias, sería valorar si para algunos se han convertido en “disparadoras” de la fe. En última instancia lo importante no es lo que ha “disparado” la fe en Cristo: problemas personales, preguntas sobre el sentido de la vida, o visitas a un determinado santuario. Lo que importa es el encuentro con Cristo. Y si uno se ha encontrado con Cristo, aunque el sudario haya sido un disparador, sabe muy bien que su fe no se basa simplemente en el sudario. De modo que, si un día termina convenciéndose de su falsedad, la fe no se tambaleará.

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Juanjo
26 de abril de 2011 a las 10:33

Y a pesar de todo se habla habitualmente de "hacer una peregrinación" perfectamente organizada para ir a Turín a ver y venerar la "sábana santa".

javier langarita
26 de abril de 2011 a las 16:20

Bueno a mi lo de las peregrinaciones no me parecen mal. Lo importante es lo que tan acertadamente explica Martín, que se fundamente en el encuentro personal con Cristo, no sólo en piedad, devoción, que está bien, pero tiene que haber algo más.
En España hemos tenido muchos ejemplos durante muchos años de "efectos disparadores" y luego cambiando el contexto social se diluye la fe. Lo importante es en dónde cimentamos nuestra cristología. Luego podrá ser más o menos compatible con reliquias, eventos de masas, versiones de 59¨ al Papa y cosas parecidas que a mi poco me dicen.

lola
27 de abril de 2011 a las 19:04

Nuestro Dios es un Dios escondido por amor. Debemos buscarlo siemore donde menos parece que se le encuentra. El esta en el Sagrario, un trozo de pan insignificante, y en el Sacramento del hermano que sufre a nuestro lado. Ahi esta Mi Señor. Y no en sudarios, reliquias. Mi Señor es un Viviente, nuca lo he de busacr entre los muertos, y si entre los vivos

Bernardo
27 de abril de 2011 a las 21:32

Ninguna sábana puede ser el fundamento de la fe, pero si esa sábana es la que envolvió a Cristo, estamos ante algo realmente magnífico. Es cierto que los indicios se acumulan a favor de la respuesta afirmativa, pero creo que nunca tendremos una conclusión definitiva. aún así, como bien dices, estas "reliquias" tienen la importancia de provocar a los hombres y eso es importante.

de lo sensible, a solo Dios
28 de abril de 2011 a las 17:56

reliquias, huesos,clavos, espinas de la corona, lienzo de la verónica, trozos del madero,sudarios, devociones particulares de cada santo, triduos, novenas.Las mediaciones, lo sensitivo de ser un medio , algunos lo conviertes en fin, al que dedican todo el tiempo. Y a veces Dios nos llama a la puerta, para que le adoremos en espíritu y verdad, para que cerremos la puerta de nuestra habitación y dediquemos tiempo a escucharle en silencio. Y esta época de culto a la imagen, ¡ es tan facil quedar atrapados en ellas. Como nos dicen los Padres del desierto, hay momento, en que hay que pasar a comer pan duro. Amar al Dios de los dones,antes que los dones de Dios. Los maestros espirituales nos recuerdan que lo sensible es una etapa en el desarrollo espiritual. Con todo respeto a la religiosidad popular.

Anónimo
17 de mayo de 2011 a las 22:54

Cómo dice sabiamente el investigador de Oviedo quien pasó la mayor parte de su carrera científica como ateo intentando demostrar la falsedad de la sábana hasta que se convirtió al cristianismo por la evidencia abrumadora -pero nunca concluyente-: "Con la cantidad de estudios que se han hecho a este objeto, y con la cantidad de evidencia a favor, si por ejemplo la discusión fuera si perteneció a Napoleón, la historia diría sin dudarlo: sí, es de Napoleón... pero es de Cristo... eso nos cuestiona, el hombre no puede reconocerlo"
Por lo demás, tiene razón, que la Fe está en Cristo Nuestro Señor, segunda persona de la Trinidad.

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