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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

13
Feb
2011

Prueba científica: Cristo en la Eucaristía

6 comentarios

¡Hay que ver las ganas que tienen algunos, no de que la ciencia venga en ayuda de la fe (eso sería poco), sino de que la ciencia pruebe irrefutablemente los más grandes misterios de la fe! De ahí se seguirá que todo el que no crea es porque es un ignorante o un pertinaz rebelde contra Dios. Aunque yo, personalmente, pienso que si, por una hipótesis imposible, la ciencia lograse lo que algunas almas cándidas y piadosas esperan de ella, habría desaparecido para siempre la fe en Dios y la relación de amor que con nosotros quiere establecer.

Digo esto porque, de los muchos videos y montajes que circulan por internet en una incansable campaña de apostolado supuestamente católico, acaba de llegar a mis manos un vídeo en el que Ricardo Castañón (que era ateo, ¡así aumenta el valor del asunto!), especialista en psicología clínica, dice haber probado la presencia física de Cristo en la Eucaristía (¡nada menos!), mediante unas experiencias de laboratorio sobre unas formas consagradas. Yo quisiera decir a todas esas buenas personas que se emocionan ante este y otros casos parecidos, que vayan con mucho cuidado, no sea que en vez de afianzar su fe, en realidad la estén degradando, aún pensando precisamente lo contrario.

En primer lugar, para considerar algo científicamente probado hay que repetir la prueba varias veces y, sobre todo, asegurarse de que al realizar pruebas similares, los resultados coinciden en todos los casos. Yo desafío a quien quiera, a pinchar una forma consagrada a ver si sale sangre. Si no sale, es la prueba evidente de que lo que el Dr. Castañón califica de científico, no lo es. Porque en la inmensa mayoría de los casos (por no decir en todos), lo que él dice que sucede, en realidad no sucede. Por tanto, la ciencia más bien demuestra que en las formas consagradas sólo hay trigo.

Teológicamente hablando, la presencia de Cristo en la Eucaristía no es una presencia carnal, sino sacramental. Según Tomás de Aquino: “que en este sacramento está el verdadero cuerpo de Cristo y su sangre, no lo pueden verificar los sentidos”. Por eso, “nuestros ojos corporales no pueden ver el cuerpo de Cristo”. Por tanto, si uno ve allí “figura de carne”, se trata de “una visión subjetiva”. O sea, que lo mejor que puede hacer es ir al oculista. Ahí les dejo el vídeo, espero que para su divertimento y no para la corrupción de su fe.

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Oscar
14 de febrero de 2011 a las 17:04

Estupendo post profesor. En pleno corazón de la eucaristía el presidente proclama: este es el sacramento dee nuestra fe. ¿Cómo va a ser el sacramento de la fe si lo convertimos en el sacramento demostrado? Y una pregunta que no hace falta que responda: entre los casos parecidos a los que se refiere ¿se incluyen sábanas y sudarios de Turín y Oviedo?

Isabel
14 de febrero de 2011 a las 19:34

Como teólogo,encuentro en el post del P.Martin,una respuesta prudente a estos casos y experiencias sobre la Eucaristía.Pero tambien pienso que Dios puede valerse de estos acontecimientos sensibles para que,la gente sencilla y,digamos de "buena fe" que les hace creer en un misterio dificil de aceptar.Con esto enriquecen su vida y pueden llegar a ser mejores y creer en el Crucificado.
Pregunto:¿no es la fe un don gratuito?No hay mucha gente que quiere creer y no puede?.Tomás apóstol que necesitó palpar la herida del costado de Jesús y escuchó del mismo "porque has visto Tomás,has creido,bienaventurados los que creen sin haber visto".Se le concedió esta prueba material por su debilidad.

Dvqe
14 de febrero de 2011 a las 23:30

P. Martín.
Apuesto a que los crédulos no son más que víctimas de burla y mofa. Pero, en cualquier caso, espero y así lo creo, no considero que el perjuicio vaya más allá.
La Fe no debe de ser 'credulidad' ni sugestión. Todo lo contrario porque significa la experiencia certera de que el Pecado ha sido pagado a un alto precio. Me refiero a ese Pecado en mayúsculas y que se traduce en una decisión libre de pequeños - es un decir - pecados personales y particulares.
Pienso que hay milagros - reconocidos o no por la Iglesia - y, sin embargo, ni son todos los que están, ni están todos los que son. Pero a mí no me corresponde dilucidarlo. Por si acaso, prefiero mantener la distancia de seguridad resultante de dos convicciones propias: El Cientifismo no es más que una herramienta de trabajo... y la segunda, el Misterio coexiste es un contemporáneo avatar que más que aclarar, dificulta mis capacidades. No queda otro remedio que guardar un prudente silencio.
Dvqe

JM Valderas
15 de febrero de 2011 a las 21:40

Querido Martín, las relaciones entre ciencia y fe distan mcuho de hallarse sistematizadas, de exponerse en algo así como una teología de la ciencia. Abundan los esfuerzos aislados (creación, evolución, hominización, "animación", etcétera). Una capítulo incómodo es el de los milagros. De hecho, resulta bastante difícil encontrar referencias al tema desde las "reflexions sur le miracle. L´attitude du savant chrétiene", de Dominique Dubarle. Como bien sabes la relación ciencia y fe es una preocupación constante de los dos últimos pontífices. Pero, ni siquiera los trabajos espléndidos de la colección sobre la acción divina publicados por La Specola y el Centro de Teología y Ciencia de Berkeley (algunos resumidos en castellano por la BAC)satisfacen la demanda real. La situación recuerda el estado de la química, este año dedicado a ella, antes de Lavoisier. Lavoisier fue pegeñándola en artículos (memorias), pero sólo al final de su vida escribió el tratado famoso. Sólo dentro de ese marco articulado debería abordarse el milagro por excelencia, el de la Eucaristía, que tiene numerosas connotaciones interpretativas, desde el marco aristotélico que ha regido la explicación tomisto-tridentina (especies, substancia, accidentes) hasta la menesterosidad intelectual actual que se refugia en simbolismos protestantes. No siempre la historia, sin embargo, viene en nuestra ayuda. Me refiero a textos como los dedicados a teología y ciencia en el siglo XIV (Livesey(, del xvi al XIX (Rossi et alii), etc. Dificil maridar una explicación razonada de los corporales de Daroca con la presencia sacramental. Difícil porque quizá no sepamos exactamente qué sea eso de sacramento. Corporis mysterium sanguinisque.

G
19 de febrero de 2016 a las 23:52

Luego dijo a Tomás: "Acerca aquí tu dedo, y mira Mis manos; extiende aquí tu mano y métela en Mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente."

Ahora entiendo porque la Iglesia se cae a pedazos.. y como decía una Santa Católica.. "Mis enemigos han puesto una corona de espinas en mi cabeza, ... pero mis amigos en mi Corazón".

Miguel Ángel Roberto.
15 de mayo de 2018 a las 18:42

Lamentablemente yo soy uno de esos que quiere creer y no puede. Mi mente siempre está usando la razón y preguntándose muchas cosas. Si hay que descartar lo del doctor Castañón , también debemos dar como falso el llamado milagro eucarístico de Lanciano? Y muchos otros que son exibidos en iglesias católicas? Voy a recibir la eucaristía todos los días, visitó a diario el santísimo , pero siempre tengo que confesar en primer lugar que tengo muchas dudas de si el señor realmente está ahí escuchandome. Esto me atormenta pero no encuentro cómo salir de mi incredulidad. Somos humanos. Nuestra iglesia está administrada en la tierra por humanos , y ya de muchas formas han demostrado que no son infalibles, que incluso papas han hecho cosas terribles. Que puedo hacer?

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