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Prueba científica: Cristo en la Eucaristía
6 comentarios¡Hay que ver las ganas que tienen algunos, no de que la ciencia venga en ayuda de la fe (eso sería poco), sino de que la ciencia pruebe irrefutablemente los más grandes misterios de la fe! De ahí se seguirá que todo el que no crea es porque es un ignorante o un pertinaz rebelde contra Dios. Aunque yo, personalmente, pienso que si, por una hipótesis imposible, la ciencia lograse lo que algunas almas cándidas y piadosas esperan de ella, habría desaparecido para siempre la fe en Dios y la relación de amor que con nosotros quiere establecer.
Digo esto porque, de los muchos videos y montajes que circulan por internet en una incansable campaña de apostolado supuestamente católico, acaba de llegar a mis manos un vídeo en el que Ricardo Castañón (que era ateo, ¡así aumenta el valor del asunto!), especialista en psicología clínica, dice haber probado la presencia física de Cristo en la Eucaristía (¡nada menos!), mediante unas experiencias de laboratorio sobre unas formas consagradas. Yo quisiera decir a todas esas buenas personas que se emocionan ante este y otros casos parecidos, que vayan con mucho cuidado, no sea que en vez de afianzar su fe, en realidad la estén degradando, aún pensando precisamente lo contrario.
En primer lugar, para considerar algo científicamente probado hay que repetir la prueba varias veces y, sobre todo, asegurarse de que al realizar pruebas similares, los resultados coinciden en todos los casos. Yo desafío a quien quiera, a pinchar una forma consagrada a ver si sale sangre. Si no sale, es la prueba evidente de que lo que el Dr. Castañón califica de científico, no lo es. Porque en la inmensa mayoría de los casos (por no decir en todos), lo que él dice que sucede, en realidad no sucede. Por tanto, la ciencia más bien demuestra que en las formas consagradas sólo hay trigo.
Teológicamente hablando, la presencia de Cristo en la Eucaristía no es una presencia carnal, sino sacramental. Según Tomás de Aquino: “que en este sacramento está el verdadero cuerpo de Cristo y su sangre, no lo pueden verificar los sentidos”. Por eso, “nuestros ojos corporales no pueden ver el cuerpo de Cristo”. Por tanto, si uno ve allí “figura de carne”, se trata de “una visión subjetiva”. O sea, que lo mejor que puede hacer es ir al oculista. Ahí les dejo el vídeo, espero que para su divertimento y no para la corrupción de su fe.