Oct
Muchedumbre solitaria
4 comentariosLa masificación y el individualismo son dos peligros que acechan a nuestra sociedad. En la masa el individuo queda reducido a número. Para el individualista solo cuenta su propio “yo”. En ambos casos el resultado es la soledad. Las llamadas redes sociales, en bastantes casos, han logrado crear una falsa sensación de vivir acompañados cuando en realidad estamos solos frente a una pantalla, sin saber muy bien cual es el grado de verdad o falsedad que se refleja en la pantalla. El tener cientos o miles de “amigos” en una página de internet no es garantía de tener un solo, bueno y verdadero amigo.
Uno de los problemas que hoy se plantean en internet, para jóvenes y mayores, solteros y casados, seglares y clérigos, es que allí puede encontrarse todo lo bueno y todo lo malo, las críticas más desafortunadas a la Iglesia y, en concreto, al Papa, y las informaciones sopesadas y equilibradas, que no ocultan los problemas, pero que saben situarlos adecuadamente. La pantalla nos iguala a todos. Nadie es inmune a sus maleficios. Pero también a través de la pantalla se puede hacer mucho bien. Hay páginas estupendas, equilibradas, serias, que ofrecen información y materiales religiosos de alto nivel.
A través del chat o de sistemas de mensajería instantánea nos comunicamos con personas conocidas y también desconocidas. A estas últimas les decimos, a veces, cosas inauditas, ya que pensamos que nunca nos encontraremos con ellas. Pero también con las personas conocidas nos resulta, a veces, más fácil comunicarnos a través de la pantalla que mirándonos cara a cara. Por una parte ya es muy normal y, por otra, resulta extraño, reunirse familiares o personas que viven en comunidad, y prestar a los presentes escasa atención porque se está atendiendo a otra persona a través del WhatsApp del teléfono móvil.
Cuando en la comunicación tiene primacía la pantalla sobre el cara a cara, me parece que nos encontramos con un síntoma claro de una soledad rodeada de una muchedumbre, incapaz de acercar corazones. Las buenas relaciones no son a través de la imagen, sino dando la cara y poniendo el cuerpo. Dar la imagen, o la voz, o el escrito, está muy bien como sustitutivo, o para intercambiar información, pero no para crear amistad. La amistad nace y se incrementa fuera de redes y pantallas.
Las redes y pantallas son muy útiles. Buscar en ellas unión de corazones es buscar lo que no pueden dar. Las redes y pantallas, son medios. Nunca fines. Como medios son estupendas. Si son medios están a nuestro servicio. Cuando somos nosotros las que estamos a su servicio, han dejado de ser medios para convertirse en unos amos de los que nada bueno puede esperarse.