Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

21
Feb
2012

Miércoles de ceniza: ¿del polvo al polvo?

5 comentarios

El rito de la imposición de la ceniza tiene una estructura sacramental. Consta de un signo y de unas palabras que explican el signo. El signo es la ceniza. El sacerdote puede utilizar una doble fórmula cuando impone la ceniza. La más clásica dice: “recuerda que eres polvo y al polvo volverás”. El polvo es signo de la fragilidad, de la condición mortal de todo ser humano. ¿Significa esto que venimos del polvo y volvemos al polvo? Una cosa es que el polvo sea signo de fragilidad y otra que sea signo de la nada. No venimos de la nada para volver a la nada. En realidad venimos de Dios para volver a Dios. Este polvo, del que está hecho el ser humano, lo ha modelado Dios con gran cuidado y cariño. Y lo modela con una capacidad receptiva: tiene una nariz (Gén 2,7). O sea, capacidad de respirar. Y lo que Dios insufla a través de esta nariz es su propio Espíritu. Dios es como una madre que insufla vida. Para que la vida funcione por sí misma. La vida recibida se convierte en la propia vida del que la recibe. El ser humano respira por sí mismo, tiene su propia autonomía, es dueño de su ser. Al dar vida, Dios independiza y libera.

El Espíritu que Dios ha depositado en nuestra propia vida es prenda de inmortalidad. La vida humana procede de Dios y no del barro, para volver a Dios y no al barro. La creación es el primer momento de una historia de amor por parte de Dios que tiene vocación de eternidad. Porque si todo amor es fuente de vida, el amor de Dios es fuente de vida eterna. Ahí es donde yo veo el sentido de la segunda fórmula de la imposición de la ceniza: “Conviértete y cree en el Evangelio”. El Evangelio nos da a conocer a este Dios madre, del que procede toda vida y quiere acoger toda la vida. Quienes conocen a este Dios, quienes se convierten, o sea, se vuelven hacia él, viven la alegría de saberse en buenas manos.

La ceniza del próximo miércoles no es signo de muerte, es recordatorio del lugar de dónde venimos: de las manos de amorosas de Dios. Estas manos poderosas son la base de nuestra esperanza, porque ellas no sólo nos sostienen, también nos conducen hacia la vida y nos acogerán en el día de nuestra resurrección. Inaugurar el camino hacia la Pascua es vivir de una esperanza cierta, que no falla, porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido dado.

Posterior Anterior


Hay 5 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Isabel
22 de febrero de 2012 a las 19:32

Leo tu post del miércoles de ceniza.Cierto,La ceniza nos recuerda nuestra nada.Pero no detenernos en este recuerdo sino seguir animados y esperanzados con el saber que somos templos de Dios por el Espíritu Santo que se nos ha dado.Tenemos un destino glorioso,como dices-Venimos de Dios,para volver a Dios-.Nuestra nada la experimentamos en innumerables acontecimientos diarios y por esto sabemos que somos polvo y nada.pero no caemos en depresión porque la fe nos estimula y nos permite seguir alegres,ayudar a nuestro prójimo que puede estar abatido por esta realidad negativa,la nada.Es bueno que la Iglesia nos recuerde lo que somos y es bueno que,compartamos con los demas la alegría que recibimos al sabernos hijos de Dios para no desfallecer.

JM Valderas
22 de febrero de 2012 a las 19:58

Querido Martín Somos polvo. Un polvo con una historia de 13.000 millones de años. En el curso de ese tiempo ha ido encadenado sucesivos momentos de complejidad creciente, desde la formación de las primeras partículas, los primeros átomos, las primeras estrellas, hasta las macroestructuras de supercúmulos galácticos. Pero ninguna de esas transiciones cósmicas entrañó una recreación tan radical como la aparición de la vida y la mente, que pertenecen por lo demás a un escala insignificante, comparadas con las transiciones cósmicas. Y ni siquiera necesitaron una nueva clase de materia y energía. ¿O sí? ¿Somos lo que los filósofos de la naturaleza llaman una "superveniencia"? ¿Un añadido al polvo de arcilla? Somola arcilla y el añadido. No es ningún demérito volver al ciclo biológico de la muerte de unos para incoar la cadena alimentaria de otros. Lo distintivo es la superveniencia cuypo plano teológico has expresado con tersura.

fr. pepe esteve,op
22 de febrero de 2012 a las 20:11


Los cristianos,si queremos aprovechar la Cuaresma,debemos intentar ser más solidarios y buscar lo esencial en nuestro interior. Esas deben ser nuestras limosnas,nuestro ayuno y nuestra abstinencia.
En estos días Él nos llevará al desierto y nos hablará al corazón. Nos dirá una palabra; Ama...

Joaquín
22 de febrero de 2012 a las 22:49

Que todo es nada. Realmente, es un tiempo de penitencia para los ricos y poderosos, y causa de alegría para los pobres. El poder y el dinero pasan, pero las penas y sufrimientos también.

casi-nada
23 de febrero de 2012 a las 00:29

Polvo de estrellas. Polvo sideral. Polvo, sí. Como dijo el poeta, polvo en-Amor-ado. Esos ligeros 21 gramos . Casi Nada Habitada. Una buena reflexión cuaresmal camino de nuestra Pascua.

Logo dominicos dominicos