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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

10
Jun
2017

La comunicación era Dios

5 comentarios
piano

Decir que Dios es Palabra, o decir que es Padre, o cualquier otro calificativo que queramos usar, es un atrevimiento. Y, en todo caso, es un modo imperfecto de referirse a Dios. Porque Dios siempre es “más” de lo que decimos y “otra cosa” muy distinta. Pero cuando la revelación califica a Dios, nos está orientando en la buena dirección, aunque lo que decimos siempre es tendencial y, por tanto, insuficiente.

El cuarto evangelio comienza así: “En el principio existía la Palabra y la Palabra era Dios”. El término original griego es “logos”, que puede traducirse de muchas maneras: palabra, verbo, razón, estructura, propósito, sentido. El término “logos” ayuda a entender mejor al Dios cristiano. La palabra es inmaterial: Dios no es una realidad física; por tanto, no es representable ni detectable físicamente. Es espiritual. Por otra parte, la Palabra aparece en el principio, antes de cualquier otra realidad: no es la materia la que determina al espíritu; es el espíritu, es la palabra la que hace posible la materia: “la realidad nace de la Palabra como creatura Verbi” (dice Benedicto XVI). El mundo y el ser humano es resultado de una palabra que llama. Solo “lo personal” puede pronunciar una palabra. En el principio de todo hay un ser personal.

Porque hace posible la realidad, la palabra es signo de comunicación. Una comunicación que establece un diálogo de amor. La palabra solo es posible donde alguien la recibe; la palabra rompe la soledad. Ahora bien, si Dios es palabra no es sólo porque puede comunicarse con los seres no divinos. Es Palabra porque la comunicación, el diálogo, es constitutivo de la divinidad. Dios es único, pero no solitario. Por eso es palabra. Antonio Praena tiene un poema en el que se puede leer: “La comunicación estaba en Dios / y ya era Dios en el principio / la comunicación”.

Decir que Dios es palabra nos orienta a lo que la teología calificará de misterio trinitario: Dios, en sí mismo, es relación, encuentro de amor, diálogo permanente, comunicación sin fisuras; Dios es un misterio de relaciones interpersonales, es como una familia, en la que el amado y el amante aman conjuntamente a un tercero, que es el co-amado, y este co-amado ama a la vez al amante y al amado.

El autor del cuarto evangelio comienza diciendo que Dios es Palabra para terminar diciendo, en su primera carta, que Dios es Amor. Es amor porque es palabra, pues la palabra hace posible el amor. Y es palabra porque es amor, pues donde hay amor hay palabras verdaderas. Amor, Palabra, Comunicación, Familia, Comunidad. La teología y el magisterio hablarán de Trinidad.

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ivan grillo
10 de junio de 2017 a las 05:36

No quedo menos que maravillado, sorprendido, y no es para menos, pensar lo precavido que fue Dios, pues al crear al hombre después de haber creado donde iba a habitar, dijo: "Y dijo Dios (Padre, Hijo, Espíritu) "Hagamos al hombre a nuestra imagen a nuestra semejanza" ( Gen. 1:26).
Como Dios sabia de ante mano que ese "hombre" que iba a crear lo traicionaría, esto es lo iba a desobedecer, para perdonarle su falta, (su pecado) ya tenia la solución, es decir, antes de producirse la enfermedad, (el pecado) ya tenia el remedio a la enfermedad (su hijo que nos redimiría de esta falta) seria el salvador:
Eh hay, el origen del concepto y doctrina trinitaria, tal como nos la enseñaron en tiempos pasados en los catecismo de la época y quedo en la base teológica predicada por la jerarquía y el magisterio de la Iglesia. Hoy todavía se oye en algunos sermones.
Otra cosa, es que en tiempos modernos este misterio de misterios lo expliquen en forma tan distinta como lo formulo Atanasio por allá en el siglo IV.
Amor, palabra, relación, comunicación, familia, comunidad, son por las palabras que cambiaron a aquellos términos griegos y latinos como :oúsía, hipóstasis, physis, prósopon etc. mas asequibles al entendimiento humano.
Con no cierta razón expreso Newton: "Lo que no se puede entender, no es objeto de creencia".

vicent
10 de junio de 2017 a las 07:38

comunicatio perfecta

Pascual Carratala Martinez
10 de junio de 2017 a las 13:56

Gracias Padre Martin por tu comentario, un abrazo.....

Antonio Praena
11 de junio de 2017 a las 09:01

Crear mediante el Logos, la palabra, es llamar a las cosas a la existencia, pero no a cualquier existencia, sino a una existencia con sentido, porque ser es ser con sentido, con Logos (orden, razón, belleza, medida, consonancia, comunicación...) El poeta recrea, por llamada de Dios, ese mismo acto para con cuanto sólo sería caos informe si no fuera nombrado.
Al decir el mundo, mantiene vivo en el mundo el acto verbal del principio que crea en el mundo para la comunicación porque lo crea desde la comunicación ya sobreabundante de Dios.
Gracias, Padre Martín

Joaquín Gómez Gómez
13 de junio de 2017 a las 00:37

Un poquito más. Dios nos proporcionó una singularidad que nos hace diferentes del resto de los seres animados. El raciocino y la capacidad de amar. Cuanto más raciocinio, más capacidad de amar y cuanto mayor amor, mayor raciocinio.
Cualquier teórico de la comunicación nos dirá que en la transmisión de un mensaje, la palabra no constituye más del 20 %. El lenguaje corporal es casi en todo caso más importante. El paralenguaje puede contradecir incluso la frase oral.
El amor utiliza todos los canales, el auditivo, el visual y el tactil.
Podemos expresar amor con el silencio de la escucha respetuosa, con el abrazo tierno de acogida, con la mirada tierna.
Leo Tolstoy decía que sabía más por su corazón que por su inteligencia.
Yo creo que era tan inteligente porque desarrolló una gran capacidad de amar.

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