Jun
La comunicación era Dios
5 comentariosDecir que Dios es Palabra, o decir que es Padre, o cualquier otro calificativo que queramos usar, es un atrevimiento. Y, en todo caso, es un modo imperfecto de referirse a Dios. Porque Dios siempre es “más” de lo que decimos y “otra cosa” muy distinta. Pero cuando la revelación califica a Dios, nos está orientando en la buena dirección, aunque lo que decimos siempre es tendencial y, por tanto, insuficiente.
El cuarto evangelio comienza así: “En el principio existía la Palabra y la Palabra era Dios”. El término original griego es “logos”, que puede traducirse de muchas maneras: palabra, verbo, razón, estructura, propósito, sentido. El término “logos” ayuda a entender mejor al Dios cristiano. La palabra es inmaterial: Dios no es una realidad física; por tanto, no es representable ni detectable físicamente. Es espiritual. Por otra parte, la Palabra aparece en el principio, antes de cualquier otra realidad: no es la materia la que determina al espíritu; es el espíritu, es la palabra la que hace posible la materia: “la realidad nace de la Palabra como creatura Verbi” (dice Benedicto XVI). El mundo y el ser humano es resultado de una palabra que llama. Solo “lo personal” puede pronunciar una palabra. En el principio de todo hay un ser personal.
Porque hace posible la realidad, la palabra es signo de comunicación. Una comunicación que establece un diálogo de amor. La palabra solo es posible donde alguien la recibe; la palabra rompe la soledad. Ahora bien, si Dios es palabra no es sólo porque puede comunicarse con los seres no divinos. Es Palabra porque la comunicación, el diálogo, es constitutivo de la divinidad. Dios es único, pero no solitario. Por eso es palabra. Antonio Praena tiene un poema en el que se puede leer: “La comunicación estaba en Dios / y ya era Dios en el principio / la comunicación”.
Decir que Dios es palabra nos orienta a lo que la teología calificará de misterio trinitario: Dios, en sí mismo, es relación, encuentro de amor, diálogo permanente, comunicación sin fisuras; Dios es un misterio de relaciones interpersonales, es como una familia, en la que el amado y el amante aman conjuntamente a un tercero, que es el co-amado, y este co-amado ama a la vez al amante y al amado.
El autor del cuarto evangelio comienza diciendo que Dios es Palabra para terminar diciendo, en su primera carta, que Dios es Amor. Es amor porque es palabra, pues la palabra hace posible el amor. Y es palabra porque es amor, pues donde hay amor hay palabras verdaderas. Amor, Palabra, Comunicación, Familia, Comunidad. La teología y el magisterio hablarán de Trinidad.