Jul
Esta Misa pagana que es el fútbol
4 comentariosLa frase es de José Sámano, que narra el triunfo futbolístico de España con terminología religiosa: el fútbol español “vive en la gloria tras una catarata de bienaventuranzas”, gracias a “un gol de Iniesta para la eternidad” y a un Casillas “con capacidad de rozar el milagro”. Eso de la Misa pagana que es el fútbol me ha recordado una curiosa comparación utilizada por un teólogo barcelonés para explicar lo que es un sacramento. Como debería saber todo cristiano con un poquito de cultura religiosa, un sacramento es un signo que realiza aquello que significa; o también: un signo que, de algún modo, contiene aquello a lo que orienta, de modo que la realidad significada forma parte del signo. La selección española de fútbol es un sacramento de lo que es un país, una nación, un pueblo, y hasta de lo que es la Iglesia, a saber: una familia, una serie de personas distintas, con caracteres, posibilidades y gustos diferentes, todas ellas unidas por el amor. Si el gol de la selección es de todos, porque todos estamos unidos “ahí”, las diferencias quedan superadas. Se trata de un signo, el de la selección, que realiza la unidad del pueblo al que representa. Todos sentimos que formamos parte del signo, que el signo nos contiene,
El “sacramento” de la selección se convierte así en una parábola de la vida, que es compleja y plural. Pero también es un sistema de relaciones, como bien saben cosmólogos, físicos y antropólogos. Un sistema de relaciones que nos hace a todos interdependientes, no a pesar de, sino gracias a nuestras diferencias. ¿No es eso también la Iglesia, un pueblo unido, no por uniforme, sino por interdependiente, en el que todos somos necesarios, no a pesar de, sino gracias a nuestra distinción, lo que produce una hermosa sinfonía, un rico colorido en el que las diferencias contribuyen a la belleza del todo? Si la Iglesia es una comunión, su mejor imagen no es la de la masa uniformada en el que nadie piensa, sino la de una selección de fútbol, en la que cada jugador proviene de un equipo distinto, unido con los que en otros momentos son sus rivales, para lograr un objetivo común que no niega la particularidad de cada equipo, pero que recuerda que lo que une a los futbolistas es más importante que lo que los separa. Esta Misa pagana que es el fútbol, por una vez y sin que sirva de precedente, se ha convertido en sacramento de la vida y, ¿por qué no?, también de la vida eclesial.