Logo dominicosdominicos

Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

17
Ene
2014

Entrelazados

10 comentarios

Las teorías científicas desarrolladas en los últimos tiempos ofrecen la imagen de una naturaleza relacional. Desde que hace miles de millones de años aparecieron las primeras partículas de la física, una evolución cada vez más compleja y con una relacionalidad siempre creciente, ha conducido a la aparición primero de la vida y finalmente de organismos poseedores de conciencia. El cerebro humano, con sus millones de neuronas y de conexiones entre ellas, es la entidad más complejamente interrelacionada que los científicos hayan encontrado nunca en su exploración del universo. ¿Esta naturaleza así concebida refleja, aunque sea pálidamente, el carácter de su Creador? En esta línea parece ir el texto de Rm 1,20: la naturaleza invisible de Dios se percibe claramente a partir de las cosas creadas.

¿Cómo comprendemos mejor la realidad, dando la primacía a las cosas particulares, a las entidades, o al todo y a sus relaciones? La realidad se puede comprender desmontándola y considerando cada una de sus partes constitutivas; algo así como si la estructura y función de una máquina se comprendiera mejor considerando cada una de sus piezas, aunque luego haya que ensamblar las piezas. Pero hoy se tiende a pensar que la relación entre las partes hace que ellas sean lo que son y que el todo sea lo que es. Y sin esa relación no serían lo que parecen ser. Eminentes científicos sostienen que toda la realidad está insolublemente conectada y que la separación e independencia que observamos entre las entidades físicas es una percepción ilusoria.

Yendo más allá de lo físico, podemos decir que el amor es algo más que un estado emocional o una experiencia sentimental. El amor es una misteriosa fuerza relacional que regula y modifica el comportamiento personal y colectivo. Más aún, es el principio mismo de la existencia: estoy en relación, luego existo.

Surge entonces la pregunta de si esta relacionalidad constitutiva de lo real es reflejo de una relacionalidad más profunda, primigenia y originante. ¿La relacionalidad que hay en la Creación es un reflejo y una plasmación de la relacionalidad del Creador? Escribe John Zizioulas: “Nada que existe es concebible por sí mismo, como ‘individuo’, puesto que incluso Dios existe gracias a un acontecimiento de comunión… Es la comunión la que hace ‘ser’ a los seres: nada existe sin ella, ni siquiera Dios”. Dice además: “La expresión ‘Dios es amor’ (1 Jn 4,16) significa que Dios ‘subsiste’ como Trinidad, es decir, como persona y no como sustancia. El amor no es una emanación o ‘propiedad’ de la sustancia de Dios, sino que es constitutivo de su sustancia, es decir, es aquello que hace ser a Dios lo que es, el Dios uno. Así el amor deja de ser una propiedad calificativa –es decir, secundaria- del ser y se convierte en el predicado ontológico supremo”.

Posterior Anterior


Hay 10 comentarios, comparte el tuyo

En caso de duda, puede consultar las normas sobre comentarios.

Aviso: los comentarios no se publican en el momento. Para evitar abusos, los comentarios sólo son publicados cuando lo autorizan los administradores. Por este motivo, tu comentario puede tardar algún tiempo en aparecer.

Cancelar repuesta


Pere.
17 de enero de 2014 a las 02:13

una autèntica meravella, una genialitat. Que Déu et beneixca. Jo també crec que una de les millors definicions que s'han donat de Déu és que "Déu és amor". És una definició o una veritat que no va contra ningú, sino a favor de tots, ho abarca tot, com Déu mateix.

Mercedes
17 de enero de 2014 a las 11:16

Me ha dejado sin palabras . Dios es un ser relacional y la prueba mas evidente la tenemos en la revelacion ; si el amor no fuera constitutivo de su sustancia , no hubiera tenido ninguna necesidad de autocomunicarse.

ISABEL
17 de enero de 2014 a las 12:04

Nunca he leido algo, que explique mejor, la relación de toda la creación,con el am or de Dios, creador de toda esa armonia :que EL, tebendiga, por hacer tanto bién con tus,reflexiones,y escritos.

Marta
17 de enero de 2014 a las 13:10

Interesante visión sobre la Trinidad, entiendo que la relación es extensiva entre nosotros mismos, Dios, la naturaleza y toda realidad que nos envuelve, de ahí que lo anti-natural no es verdadero en su sustancia más esencial y se puede entender como inmoral.

JMV
17 de enero de 2014 a las 15:58

Es peligroso, fray Martin, servirse de la ciencia para extrapolarla en enunciados teológicos. En particular, si el manejo de aquella es más voluntarista que solvente. Lo avisaba ya, a propósito del big bang, su creador Georges Lemaître cuando le comunicó a Pio XII que no convenía identificarlo con la doctrina teológica de la creación. Sin entrar en las inferencias teológicas sobre la vida ad intra y ad extra de la Trinidad, ciñéndome a lo meramente científico, parece en efecto indiscutible que el mundo ha ido hacia una complejidad creciente. Pero eso es, parece. Abundan los casos, sin embargo, en que la evolución no ha avanzado hacia la complejidad, sino a mayor simplicidad. De hecho, una interpretación cosmológica habla de una inevitable evolución hacia el colapso total. No es menos peligroso la ignorancia de la ciencia que su abuso. Sin duda, el entanglement de los cuánticos (entrelazamiento) es muy sugestivo. También endiabladamente matemático.

Anónimo
19 de enero de 2014 a las 10:59

¡ solo 5 " me gusta", a una reflexión tan profunda y profética ! Ya Fromm nos advirtió del miedo a la libertad. A la libertad en el pensar, que hace avanzar la investigación y el conocimiento científico y teológico.
Ya nos advierten los místicos que hay que dejar morir el pequeño yo para " ver" con el ojo con que Dios nos ve ( Eckhart ). Y por ahí no hay camino. Su reflexión, Fray Martín,me trae a la memoria la intuición cosmoteándrica de R. Panikkar, el Medio Divino de T. de Chardín, voces proféticas, faros del nuevo tiempo.

Pra ello hay que salir del " grupo estufa" de que habla Francisco, y arriesgarse a vivir a la intemperie. Como el Maestro.

Gracias Fray Martín, por espolear tendencias acomodaticias. Por su voz profética

mar
19 de enero de 2014 a las 18:54


Su comentario Fray Matín nos lleva hacer una gran reflexión.
Dios se comunica se abre a nuestras realidades, con las k quiere tener una relación de amor
En suma, somos buscadores de Dios y peregrinos de lo Absoluto
Exclusivamente Jesucristo, el único por quien  vale la pena luchar y extremecerse
Gracias por su comentario

Valero
20 de enero de 2014 a las 12:35

Oscar Wilde dijo una vez que la casualidad es el seudónimo con el que firma la providencia. Quizás también podría decirse que la interrelación de la que hablan los científicos, es el seudónimo de la comunión, aunque siempre hay que ir con precaución a la hora buscar en la ciencia o en ciertas imágenes, apoyo para iluminar las realidades de la fé, sobre todo porque lo que hoy la ciencia da como cierto, de aquí diez años ha sido totalmente descartado. En todo caso yo estoy convencido de que la interrelación del universo encierra un mensaje en clave que sin saber explicar muy bien porque, me hace pensar en esa frase de San Pablo en 1 Cor.15 :"...a fin de que Dios sea todo en todos"

Valero
24 de enero de 2024 a las 08:34

Tu comentario Martín, me ha recordado aquello que creo que dijo Sócrates: "El hombre es más que la suma de sus partes", así por mucho que se analicen todas las dimensiones del ser humano, siempre hay algo que se escapa y ese misterio existe porque la sola materia y la psique no lo explican todo en el hombre, que está hecho a imagen y semejanza del Creador.

Muchas gracias Martín. Es fabuloso artículo.
26 de enero de 2024 a las 18:21

"El AMOR es constitutivo de la sustancia de Dios" Pregunto: En la medida que profundizamos en el AMOR y lo vivimos Nos vamos divinizando Porque nos unimos má a Dios?

Logo dominicos dominicos