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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

31
Dic
2014

Año nuevo para vivir

7 comentarios

Los días que Dios nos regala son para vivir. ¡Para vivir bien! Vivir bien no es exactamente lo mismo que darse la buena vida. Vivir bien significa vivir con los demás. Más aún, vivir para los demás, lo que, paradójicamente, redunda en beneficio propio. Pues el que busca la felicidad de los demás, ese y sólo ese, trabaja para su propia felicidad. Para el creyente, además, vivir bien implica leer desde la fe y afrontar con esperanza las dificultades inevitables de la vida, así como descubrir la presencia de Dios en cada persona y en cada acontecimiento.
 

Ayer me contaron que una joven había sufrido un aborto “natural” no deseado, tras seis meses de embarazo. La muchacha y su pareja, más bien indiferentes en materia de religión, habían buscado, querido, deseado, anhelado tener este hijo. Cuando se dieron cuenta de que había problemas con el embarazo hicieron todo lo posible para que la criatura naciera, lo que les llevó a olvidarse de su indiferencia religiosa. Además de poner los medios humanos necesarios, se prometieron a sí mismos y prometieron a su familia que si la niña nacía, la bautizarían. Incluso pensaron en un sacerdote, amigo de la abuela, para que oficiara la ceremonia. Los últimos días de embarazo la madre los paso en un pequeño hospital comarcal. Cuando se produjo el aborto, las enfermeras, conociendo los deseos de los jóvenes padres, acudieron a consolarles y les hicieron este comentario: ¿cómo es posible que Dios permita que un niño deseado muera, cuando aquí, en este hospital, cada semana, vienen los servicios sociales a hacerse cargo de un mínimo de cinco niños recién nacidos, abandonados por sus padres?
 

Ante muchas de las grandes preguntas que empiezan por un “cómo es posible que Dios”, no se trata (al menos, de entrada) de ofrecer respuestas prefabricadas, sino de comprender, ayudar y solidarizarse. No es fácil, a veces, ver la presencia de Dios. Pero lo bueno que ha habido en los momentos complicados, termina volviendo, y algún día produce su efecto. Quizás, entonces, sea posible comprender que Dios estaba presente en los esfuerzos de esta pareja supuestamente indiferente (porque realmente no lo era tanto) para proteger la vida de su hija. También estaba presente en estas madres que, en vez de impedirlo, dejan nacer a sus hijos, aunque luego les abandonen porque no les pueden atender. Está también presente en aquellas familias que acogen a esos niños abandonados. Dios está presente donde aparece vida y donde protegemos la vida ajena.
 

Este nuevo año comienza o, peor, continúa con muchas tragedias, muertes en guerras absurdas, accidentes sin sentido, muchas personas desesperadas (también ayer me contaron el caso de una mujer de 40 años que se había suicidado). Se me ocurre que un buen propósito para este año sería sencillamente vivir, dejar vivir, ayudar a vivir. Vivir sin que las dificultades nos quiten la paz. Dejar vivir: no quitar la paz a los demás. Ayudar a vivir: ser instrumentos de paz.

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una madre adoptiva .
31 de diciembre de 2014 a las 16:18

Los niños son de Dios y nos los envía a los hombres para que entre todos los cuidemos.

Pere
1 de enero de 2015 a las 16:50

Quan d'amor i sensibilitat, quanta saviesa i experiència de Déu i sobre les persones en estes paraules. Gràcies Martí, per il.luminar-nos amb la téua veu i la téua persona. Gràcies per fer-nos comprendre com pensa Nostre Sinyor. Feliç Any per a tú, per als teus i per tots.

Pepe E.
1 de enero de 2015 a las 18:07


Es cierto Martín que el año continua con tragedias,paro,hambre..." Los profetas de Israel sostuvieron la esperanza del pueblo,pobre y oprimido anunciando un Mesías libertador.
¿Que esperanza de liberación anunciamos los Cristianos hoy a los pobres y oprimidos.?."'

Antonio Saavedra
6 de enero de 2015 a las 18:52

Tras ver un vídeo de Religión en libertad en http://videos.religionenlibertad.com/video/smoLhuDnaJ/Aceptar-que-somos-minoria-y-despertar, creo que es una llamada a limpiarnos de la vanidad de creernos mayoría y haber hecho tal o cual cosa, y de que Dios está de nuestro lado, y de que Cáritas acoge a tantos miles en sus comedores. Eso no deja de ser cierto, aunque tal vez deberíamos analizarlo más despacio y aceptar críticas...
Pero son el presente y sobre todo el futuro los que nos ponen ante una realidad no siempre gloriosa: en el vídeo se cita a sanitarios forzados a participar en abortos, fecundaciones in vitro y eutanasias, mientras casi la mitad de los contentos por haber suspendido Rajoy el proyecto Gallardón contra la Ly Aído se confesaban católicos practicantes; y hay gentes viviendo en las calles y comiendo restos, mientras sobra espacio en edificios eclesiales, o en colegios cristianos no se comparten alimentos con los indigentes. .
Creo que debemos hacer un serio examen de conciencia y preguntarnos el por qué de ciertas preguntas del Sínodo sobre la Familia. Y por qué resurgen ciertas prácticas litúrgicas, basadas más en lo ritual que en la relación personal con Dios.
Creo que la llamada está ahí. ¿Qué opinan Vds.?

ernesto
29 de diciembre de 2019 a las 05:07

Muy oportuna esta reflexión, saludos padre Martín, feliz año 2020.

Cristóbal
8 de enero de 2020 a las 16:24

Muy buena reflexión. padre. Que dios le bendiga. Bien acertada con todo lo que pasa en este mundo.

Arturo Dextre
13 de enero de 2020 a las 18:23

Mucha humanidad trasunta tu texto Martín. Muchas gracias ?

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