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Jun2007La mala vida de los bien nacidos
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Jun
Vienen a la mente las palabras de Jesús: de los niños es el Reino de los cielos. Más de una vez he dicho que si Jesús tuviera que pronunciar estas palabras en nuestro mundo rico, en el que los niños son escasos y están principéscamente tratados, se referiría a otro colectivo, abundante y bastante abandonado, el de los ancianos. Jesús no glorifica a los niños por ser niños, sino por marginados. En la sociedad en la que vivía Jesús los niños eran vendidos como esclavos, no valían nada, no eran útiles. Al hablar de los niños Jesús se solidariza con la marginación y nos invita a tomar partido por los marginados, sean ancianos de nuestro mundo rico o niños del mundo pobre.
A veces pienso que sería importante que se oyera una voz poderosa, clara, evangélica a favor de las vidas de estas personas marginadas y esclavizadas, ancianos o niños, personas bien vivas y bien nacidas. La potencia y claridad de esta voz harían más creíbles las voces en defensa de la vida de los no nacidos. Más aún: levantar la voz en defensa de las malas vidas de los nacidos y bien nacidos evitaría que la gastásemos en otro tipo de elucubraciones, importantes sin duda, pero no tanto. Hay una primacía de valores, intereses, urgencias. Y no se acaba de notar del todo que las voces más altas hablen de lo más urgente humana y evangélicamente hablando.