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Zelaya, Micheletti y el pueblo que sufre
4 comentariosA final de julio escribí un post solidarizándome con los dominicos Centroamericanos y, en concreto, con aquellos que sufren en Honduras. Una de las respuestas al post indicaba lo que para mi era y sigue siendo obvio: que no todos los ciudadanos ven las cosas desde la misma perspectiva y que, desgraciadamente, las legítimas opciones políticas e ideológicas condicionan las tomas de posición creyente. Digo desgraciadamente porque tengo la triste impresión de que hay una mayor influencia de la política en la religión que de la religión en la política. Pero más allá de las ideologías están los hechos. Y cuando uno de esos hechos es el sufrimiento de la gente sencilla, mas aún, de la gente pobre, entonces todo lo demás debería pasar a segundo plano.
Ni Zelaya ni Micheletti (y lo que ellos representan) son opciones políticas de mi agrado. Posiblemente en los países de la Unión Europea serían opciones marginales. Pero en esos pueblos pobres de América (y de otros continentes) eso es lo que hay: democracias muy frágiles, con pocas garantías, y búsqueda del poder a toda costa, sin respetar las más mínimas apariencias de decencia. Y mientras tanto el pueblo sufre. No creo que a Zelaya ni a Micheletti les importe demasiado. Uno y otro son los culpables de las acciones preventivas que actualmente se llevan a cabo en forma de detenciones, malos tratos y ataques a organizaciones e instituciones sindicales, campesinas, feministas y de derechos humanos. Sé de buena tinta que un estadio de futbol de Tegucigalpa se ha convertido en prisión y lugar de torturas. Esto ya estaba inventado: después del golpe militar ocurrió lo mismo en un estadio de Santiago de Chile.
Entiendo perfectamente que entre los cristianos haya distintas posturas políticas. Pero en estos momentos lo importante, y lo que debemos apoyar, no es recuperar o mantener el poder, que es algo así como recuperar o mantener la corrupción, sino buscar cauces de entendimiento entre todos, de ayuda y de solidaridad para los que sufren.