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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

28
Ene
2009

Vaticano II: Concilio pastoral y dogmático

7 comentarios

El levantamiento de la excomunión a los obispos consagrados por Mons. Lefebvre ha alegrado a sectores tradicionalistas y conservadores de la Iglesia católica. Allá cada uno con sus alegrías y sus disgustos. Algunas manifestaciones escritas han tratado de desvalorizar al Concilio Vaticano II, como siguen haciendo los seguidores de Lefebvre, recordando que se trata de un “Concilio pastoral”. Cierto, ese fue el calificativo que empleó Juan XXIII. Seguramente los participantes en los foros en los que se ha recordado, con mala intención y poco conocimiento teológico, que el Vaticano II fue un Concilio pastoral, no se cuentan entre mis lectores. Pero aprovecho la ocasión para clarificar este aspecto para los lectores habituales de los blogs albergados en nuestra página.

Pastoral es toda la actividad de la Iglesia, siguiendo las huellas de Jesús, el buen Pastor. Toda su doctrina, su enseñanza, sus dogmas, son pastorales. Pastoral no se opone a dogmático, ni designa doctrina de segundo nivel. Pastoral es un modo de exponer. El Vaticano II buscó una mejor comprensión de la doctrina católica, una presentación actualizada del mensaje evangélico. No hay diferencia entre magisterio dogmático y magisterio pastoral. Todo magisterio y toda teología tienen un carácter pastoral.

No hay que olvidar, por otra parte, que dos importantes constituciones del Vaticano II, las que tratan de la Iglesia y de la Revelación, llevan en el título la precisión de “Constitución dogmática”. Ocurre que estas constituciones se presentan con un estilo más asequible y más propositivo que las constituciones de Concilios anteriores. Y no sólo no tienen menos valor que las constituciones de los Concilios de Trento y Vaticano I, sino más. Más, porque son actos más recientes del Magisterio, ofrecen precisiones más acordes con la realidad actual, responden a los problemas nuevos que se le han presentado a la Iglesia y están destinadas, no a los creyentes del pasado, sino a los creyentes de nuestro tiempo.

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marcelino
28 de enero de 2009 a las 09:24

Gracias por la aclaracion. Las cosas no cambian, l que se expresan de diferente modo segun los tiempos, y segun vamos entendiendo mas las cosas de la Revelacion. Pero por lo visto tampoco cambia el ser humano y se enfrasca en discusiones y enfrentamientos por cualquier cosa. ¿Cuando habra unidadcuando seremos uno como el Hijo y el PadRE¿

SiSi NoNo
21 de mayo de 2009 a las 04:20

Las dos constituciones suyas que se adornan con el título de “dogmáticas” (Dei Verbum, sobre la revelación divina, y Lumen Gentium, sobre la Iglesia) son tales nada más que DE NOMBRE, porque conciernen a materias atinentes al dogma de la fe.

El concilio se quiso degradar a sí propio, apertis verbis, a «magisterio ordinario sumo y manifiestamente auténtico» (Pablo VI), figura insólita e inadecuada para un concilio ecuménico, que encarna desde siempre un ejercicio extraordinario del magisterio, el cual se da en el momento en que el Papa decide ejercer excepcionalmente sobre toda la Iglesia, junto con todos los obispos, reunidos por él en concilio, la summa potestas, que le compete por derecho divino. Tampoco aclara las cosas la referencia al carácter “auténtico” de dicho magisterio, porque con tal término se entiende generalmente un magisterio “calificado”, pero calificado nada más que en razón de la autoridad de la persona, no en razón de su infalibilidad.

El magisterio mere authenticum NO es infalible, mientras que sí lo es el “magisterio ordinario infalible”(2); como quiera que sea, la infalibilidad del magisterio ordinario no presenta las mismas características, las mismas notas, que la del magisterio extraordinario, por lo que no cabe aplicarla a un concilio. Baste pensar, al respecto, que los obispos concurren en el tiempo al magisterio ordinario infalible en cuanto se hallan dispersos por todo el globo (enseñando la misma doctrina a despecho de su dispersión), no en cuanto se reúnen en un concilio.

Sea cual fuere la naturaleza jurídica efectiva del Vaticano II, lo cierto es que no quiso impartir una enseñanza dotada de la nota de infalibilidad; tan es así que el propio Pablo VI dijo que los fieles debían acoger las enseñanzas conciliares “con docilidad y sinceridad”, es decir, precisamos nosotros, que debían prestarles eso que se ha llamado siempre “asentimiento religioso interno”.(3) Dicho asentimiento resulta obligado, pero a condición de que no haya razones graves y suficientes para no concederlo; ¿y qué razón es más grave que la constituida por la alteración del depósito de la fe? Cardenales, obispos y teólogos fieles al dogma estigmatizaron ya repetidamente, durante el tormentoso desarrollo del concilio, las ambigüedades y los errores que se infiltraban en sus textos, errores que hoy, después de cuarenta años de reflexiones y de estudios cualificados, estamos en posición de determinar con más precisión todavía.

Martín Gelabert
21 de mayo de 2009 a las 13:19

Agradezco a quien firma con el pseudónimo "SiSiNoNo" su aportación y su reflexión. Al tratarse de un post ya un poco antiguo es probable que sean pocos los lectores tanto de su comentario como de mi respuesta. Solo quiero precisar que no puedo estar de acuerdo con la insinuación de que en el Vaticano II se produjo una "alteración del depósito de la fe" y tampoco con su afirmación de que en sus textos hay "errores", entiendo que errores de tipo dogmático. No puedo estar de acuerdo de ningún modo. No es este el lugar para discutirlo, pero afirmaciones como estas necesitan fundamentarse bien y dudo que encuentre, en los textos del Concilio, digo bien en los textos del Concilio, base para ello. En todo caso le reitero mi agradecimiento por su intervención y le envío un cordial saludo.

Xtobal
19 de junio de 2012 a las 07:50

Padre necesitaría hacerle algunas consultas, relacionadas con este y otros temas tb relacionados todos... Por favor me enviaria su correo electrónico o alguna forma de contarctarlo??
Desde ya le estoy sumamente agradecido.
En Xto y María.
Cristobal
(Argentina)

Martín Gelabert
19 de junio de 2012 a las 16:41

Para Xtobal: Si quiere usted contactar conmigo envíe un correo electrónico al webmaster de la Provincia de Aragón: aragon@dominicos.org. Ponga usted que el correo es para mí. Y yo le responderé desde mi propia dirección electrónica y así podrá usted comunicarse directamente conmigo. Me parece más prudente este método, porque no considero oportuno dejar públicamente mi correo, aunque sea en un post tan antiguo. Repito: escriba a aragon@dominicos.org y diga que el correo es para mi. Y en su escrito dígame, por favor, en qué puedo ayudarle.

Arfaxad ben Sem
28 de julio de 2017 a las 01:59

El primer párrafo es opiniones. No voy a comentar. Ni a favor ni en contra.

El segundo párrafo relaciona ortodoxia con ortopraxis y que duda cabe, no debe haber diferencias.

Con respecto al tercer párrafo:
Usted dice:
"Y no sólo no tienen menos valor que las constituciones de los Concilios de Trento y Vaticano I, sino más."
¿Quiere decir que el concilio de Trento y Vaticano I tienen menos valor?
Con sus palabras le recuerdo que no hay "doctrina de segundo nivel"

"Más, porque son actos más recientes del Magisterio"
O sea, que el tiempo, el Vaticano II tendrá menos valor? La verdad tiene valor por sí misma y no por el transcurrir del tiempo.

"ofrecen precisiones más acordes con la realidad actual"
Mucho cuidado. Las precisiones se deben hacer conforme a la Verdad, no necesariamente acorde a la realidad actual.

"sino a los creyentes de nuestro tiempo."
El Mesías es la Verdad. Y él, hace unos dos mil años dijo: "Cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no".
Las enseñanzas y definiciones dogmáticas una vez formuladas son de fe obligatoria para los creyentes de nuestro tiempo y para los del futuro.
El hombre desde nace propenso a la mentira, asesino, hace 3000 años, hoy y hasta la parusía. Eso ¡no depende del tiempo!

MARÍA AUXILIADORA RAVELO D.
2 de marzo de 2023 a las 01:08

Padre Gelabert, gracias por la aclaratoria referente al comentario de SISINONO ya que al leerlo me dejo un mal sabor y aunque soy católica, tengo poco conocimiento de los temas conciliares pero me pareció que lo que dijo ese señor, aunque usó términos para hacer creer que tiene mucho conocimiento, me da la impresión que solo es un anti Concilio Vaticano II

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