Jul
Vacaciones
7 comentariosMe sorprendió leer en una revista en la que yo colaboro habitualmente: “Es extraño para un laico escuchar a los que están ordenados o llevan una vida consagrada hablar de vacaciones”. ¿A qué se debe tanta extrañeza? A que no “se pueden hacer vacaciones de repartir la ración a las horas”. Si lo que se quiere decir es que el “servicio divino”, pero también el servicio a los seres humanos (que bien pensado es lo mismo, aunque la realidad se puede enfocar desde distintos puntos de vista) es permanente, estoy totalmente de acuerdo. Otra cosa es que el obrero no solo merece su salario, sino su descanso. Y, aunque desgraciadamente haya muchas personas que no tienen vacaciones, bien porque carecen de medios, bien porque aprovechan esos días que legítimamente les corresponden para seguir trabajando porque van apurados de dinero; y aunque también es verdad que hay mucha gente en paro y mucha necesidad, no es menos cierto que el ritmo de la vida moderna requiere unos días de pausa precisamente para seguir entregados al servicio de Dios y de los hombres (que es lo mismo).
El descanso no solo es necesario para recuperarse físicamente. Es bueno para la vida espiritual. También Jesús necesitaba parar y descansar. Probablemente, de vez en cuando acudía a casa de unos amigos, de tres hermanos, María, Marta y Lázaro, donde debía sentirse bien acogido y cuidado. En otras ocasiones debía tomarse algún tiempo libre en compañía de sus discípulos, tiempo que aprovechaba para orar y descansar. El descanso ayuda a retomar las tareas apostólicas con renovados bríos; y también a olvidar los problemas o, al menos, a verlos con perspectiva menos dramática.
¡Ojala llegue el día que todos puedan disfrutar de trabajo y de su ocio correspondiente! En lo que a mi respecta, tengo previsto pasar veinte días de descanso en casa de mi madre. Luego atenderé algunos compromisos apostólicos y culturales, lejos de Valencia. Por estos motivos, a partir de hoy el blog queda suspendido durante un tiempo. Se reanudará hacia el 10 de septiembre. Gracias a todas y todos por haberme leído. Les espero a la vuelta.