May
Teología para vivir una fe madura
2 comentariosLa teología es necesaria para dejar de apelar a voluntarismos y sentimientos y ofrecer buenas razones para vivir de otra manera. Lenin decía que “sin teoría revolucionaria, no hay movimiento revolucionario”. Y añadía: para que el movimiento revolucionario tenga eficacia práctica, la teoría debe “ser justa” o correcta. La aplicación es clara: para vivir de Jesucristo y anunciarlo, hay que comenzar por creer en él, saber quién es, conocer sus misterios, captar con la máxima precisión el plan de Dios. No hay evangelización sin una fe madura, adulta, preparada para poder percibir las dificultades y poder vencerlas. No basta la buena voluntad, la generosidad, el compromiso. Se necesita una buena vertebración de la fe, conocer el sentido auténtico de los artículos del Credo. Una fe sin contenidos está vacía de sustancia. Ella deja de ser luz para la inteligencia y de ningún modo puede convertirse en proyecto de acción. Una fe sin contenidos no tiene ningún mensaje que ofrecer, ni ningún proyecto que desarrollar.
Finalmente, la teología es necesaria para superar miedos y complejos, y poder dialogar con la cultura ambiental. Es importante que nuestras catequesis, predicaciones y discursos, dejen de ser adoctrinamientos puros y duros y se conviertan en iluminaciones de la inteligencia, en un discurso con sentido que sepa responder a las preguntas que el ambiente y la cultura moderna plantean. Pues el descuido de una buena educación religiosa o una exposición inadecuada de la doctrina es causa directa de ateísmo. Y una educación religiosa que no dialoga con el ambiente o se muestra acomplejada ante la cultura, no resulta creíble y termina por no interesar. Hay que ofrecer buenas razones para creer y tener respuestas ante las dificultades que a la fe se le plantean. Para esto se necesita teología.