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Blog Nihil Obstat

Martín Gelabert Ballester, OP

de Martín Gelabert Ballester, OP
Sobre el autor

13
Jul
2011

Sobriedad con las cosas de la Iglesia

8 comentarios

El pasado domingo, el periódico ABC repartía una pulserita de muchos colores y muchas cruces para que se la pusieran aquellos que querían defender la libertad de la Iglesia, supuestamente atacada o impedida por intolerancias, insultos, leyes que repugnan a los creyentes, retirada de crucifijos y muchas cosas más. Este mismo domingo, el periódico Levante titulaba en primera página: “La hegemonía política del PP permite a la Iglesia mejorar sus relaciones con los ayuntamientos” y en un gran reportaje de dos páginas ofrecía ejemplos de las facilidades que encuentra la Iglesia en múltiples lugares. El lunes El País, también en primera página (y el martes en páginas interiores), informaba de que la Iglesia, amparándose en no sé que ley, inscribe desde hace varios años a su nombre solares, casas, ermitas y otros inmuebles que no estaban registrados. ¿En qué quedamos, en que la Iglesia no tiene libertad o en que goza de facilidades políticas y legales?

Evidentemente, cada uno cuenta las cosas no sólo según su experiencia, sino también según su talante y su ideología. Pero un poco de sobriedad para mantener la justa medida, un equilibrio para saber valorar las cosas y no elevar a categoría universal los acontecimientos esporádicos o locales, nos vendría bien a todos. Más vale ser sobrios y no exagerar algunas cosas, positivas o negativas, porque la exageración provoca la seguramente también exagerada reacción contraria. Las cuestiones religiosas, políticas y deportivas suelen provocar reacciones viscerales. Y, a veces, estas reacciones se mudan en actitudes beligerantes y enemistades difíciles de recomponer. A mi entender, lo religioso es lo que menos justifica las separaciones y lo que, desgraciadamente cuando está mal utilizado, mayores distancias produce. Lo religioso siempre debe unir, conducir al perdón, al buen entendimiento.

Me parece justo, legítimo y necesario que los creyentes podamos vivir y disfrutar de nuestra fe sin ser molestados. Y que podamos manifestarla, como otros también manifiestan sus preferencias políticas en mítines y su alegría por la victoria deportiva en recorridos populares. En mi opinión, las discriminaciones que en España se pueden sufrir por ser creyente son mínimas, y no pueden ir muy lejos, porque las leyes garantizan derechos iguales para todos. Por esto, hoy los creyentes debemos reservar las quejas para los momentos oportunos y no hacer de la queja un estado permanente.

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JM Valderas
13 de julio de 2011 a las 11:52

Caro Martín: virtus in medio, aurea mediocritas, los extremos se tocan... ¿Es siempre cierto? Recuerda la abominación escriturista del tibio, ni frío ni caliente. "En mi opinión, dices, las discriminaciones que en España se pueden sufrir por ser creyente son mínimas". Prefiero abonarme a la visión del Papa cuando denuncia el plan sistemático de la administración socialista contra el derecho natural. ¿No debe sentirse discriminado el creyente que, por serlo, no ha abdicado de la defensa de ese derecho? Sólo los necios podrían inferir que santifico a otras opciones políticas.

Juanjo
13 de julio de 2011 a las 12:26

Quiero resaltar la realidad que representa por parte de algunos grupos cristianos de sentirse permanentemente perseguidos, acosados, y atacados tanto en sus derechos como en su sensibilidad religiosa.
En modernos sistemas democráticos (¿signos de los tiempos?) me parece lícito exigir unos mínimos niveles de libertad y respeto. Otra cosa es la confrontación continua, no poder admitir que el otro no piensa como yo, incluso que el otro puede tener mucho rencor contra mi fe. ¿Me pregunto por qué podrá ser? ¿Trato de dialogar con ellos? ¿Llegar a un mínimo de entendimiento?
Quisiéramos que el vigente sistema político nos asegurare la total inmunidad frente a cualquier posible hostigamiento. No tener porque sufrir en absoluto por mi fe. ¿Es eso lo específicamente cristiano? Me suenan que las palabras de Jesús iban por otro lado….

Desiderio
13 de julio de 2011 a las 12:28

Yo creo que hay personas de fe con muy buena voluntad que ven en distintas decisiones del gobierno -normalmente en contra de los valores cristianos- una afrenta personal contra la Iglesia. Y creo que esta lectura no es correcta. Para mí son dos cosas distintas: la animadversión contra la Iglesia, que sin duda la hay en ciertos medios; y las distintas decisiones que se tomen desde el gobierno, que las toma porque entiende que las tiene que tomar, independientemente de que vayan en contra de los valores cristianos. Pero no las toma porque van en contra de la fe cristiana, sino por eso, porque cree según su forma de ver la persona, la sociedad y la vida, que eso es lo que ha de hacer, más o menos acertadamente según nosotros. Otra cosa es que nosotros intentemos sensibilizar a la sociedad, con medios que -como dices- intenten unir y no separar.

jm esteve
13 de julio de 2011 a las 14:59


La iglesia perseguida? Ese no es el problema preocupante,por que es mentira y mentir es pecado.Lo preocupante es el sistema de gobierno eclsiástico que,tal como viene funcionando,no sólo no se basa en lo que dijo Jesús,si no que,en bastantes cosas concretas y de enorme importancia,habla y actúa exactamente en contra de lo que hizo y dijo Jesús.

Andrés
13 de julio de 2011 a las 16:39

Leo el comentario de JM Valderas, el cual hace referencia al tan traído "derecho natural"

Martín, he leído muchas discusiones en las que se utiliza el pretendido derecho natural como arma arrojadiza, o en las que aquellos que lo utilizan suelen usar un tono muy digno de concilios pasados, anatematizando al personal que ose cuestionar ciertas cosas.

También he visto casos de personas que defendían con mucho apasionamiento el "derecho natural" pero luego no han sabido definirlo, o lo han hecho de una forma tan burda que en modo alguno puediera aceptarse racionalmente dicha definición.

Llegados a este punto me pregunto, querido Martín, si es posible que algún día escribas sobre el derecho natural para aclararnos esta cuestión a los que no tenemos la suerte de entender ese concepto con total claridad.

Gracias de antemano.

me gusta
13 de julio de 2011 a las 16:56

me gusta ( dedicado a tuitteros- feisbukeros: ¡pasaros por aquí!

¿ Algo que decir sobre la connivencia de la jerarquía española con el PP.¿ Son iguales los divorcios socialistas que los del PP, y posteriores matrimonios? ¿ Y la comunión de los divorciados, como la presidenta Cospedal Doble moral. ¡Rentables si que van a ser los cincuenta millones de euros del happening JMJ. Cosas de la Iglesia.¿ Del evangelio?

Martín Gelabert
13 de julio de 2011 a las 20:51

Andrés, prometo publicar en breve (espero que sea en el curso de este mes) un post sobre la ley natural y otro sobre si las leyes positivas contrarias a la ley deben cumplirse. Gracias por tu interés.

Andrés
13 de julio de 2011 a las 21:53

Martín,una vez más, muchísimas gracias por el interés que demuestras por los lectores de tu blog.

Como siempre, será un placer leerte.

¡Gracias!

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