Ene
Sobre morfina y agonías
4 comentariosReconozco que entiendo poco de medicina. Y estoy convencido de que en todas partes hay más gente buena que mala. Esto hace posible que la sociedad y las instituciones funcionen. Por otra parte, considero que todo profesional debe ser consciente de sus responsabilidades y practicar su profesión como un servicio. Ahora añado que, en ocasiones, me cuentan determinadas prácticas médicas que me parecen cuando menos discutibles. Por ejemplo, que en nuestros hospitales se practica la eutanasia con aquellos ancianos, en estado grave, que no tienen personas que les cuiden, buscando así reducir costes. O que hay personal que avisa a las funerarias de la proximidad del fallecimiento, tras asegurarse el pago de una buena comisión. Últimamente alguien me ha contado de una enfermera que pretendía dar una dosis mayor de morfina de la necesaria a un anciano, pues así el enfermo estaba más tranquilo y se evitaba que la familia llamase de nuevo al personal sanitario. Cuando la profesión no se vive como un servicio a los demás lo único que importa es cobrar y trabajar lo menos posible, aunque sea a costa de acelerar la muerte con una dosis excesiva de morfina.
Como contraste cuento la reflexión que no hace mucho me hizo un médico. Me decía que durante mucho tiempo no entendió porqué las agonías eran tan largas. Después pensó que tal vez ese tiempo era necesario para que la familia pudiera asumir la situación, para que el enfermo pudiera despedirse en paz, para que tuviera su tiempo de decir una palabra a su esposa y a sus hijos. ¡Hay que respetar los tiempos de las personas!, me decía. Cierto: el tiempo de las personas que, para los creyentes, es el tiempo de Dios.