Oct
Sí, Jesús tenía fe
16 comentariosMuchas cuestiones relacionadas con la fe cristiana pasan desapercibidas. Cuando se cae en la cuenta, unos se las toman en serio y se preocupan por profundizar en ellas y buscar cómo compatibilizarlas con el resto de los datos de la fe; otros pasan de largo o simplemente niegan que haya problema. Así ocurre con la cuestión de la fe de Jesús. Digo bien “de Jesús”, en genitivo. Y no digo, porque ahora no es el momento: “fe en Jesús”. Un lector habitual de este blog me ha pedido que toque este tema y me dice: “supongo que será un tema muy manido y tratado a nivel de Facultad de Teología, pero no queda claro a nivel de calle” (no creas, querido amigo, a nivel de Facultad somos pocos los que nos atrevemos a tratar este tema afirmando claramente la fe de Jesús). Añade que en muchas de las cosas que ha oído sobre este asunto subyace un “monofisismo que siempre aflora”. Monofisismo: antigua herejía que afirmaba que en Cristo hay una sola naturaleza, la humana; herejía que ha cambiado de cara y reaparece en muchos modernos que entienden que la única naturaleza que hay en Cristo es la divina. Porque no saben qué hacer con la humanidad de Jesús.
Que Jesús tenía fe aparece explícitamente en distintos lugares del Nuevo Testamento. Los dos más claros son Heb 12,2 y Mc 9,23 (cuando Jesús dice que todo es posible para el que cree está hablando de sí mismo). La fe de Jesús hay que entenderla en clave de fidelidad. Jesús es fiel a Dios, al que llama Padre, tiene en él una confianza incondicional, se pone en sus manos, incluso en Getsemaní y en la cruz, convencido de que en sus manos está seguro a pesar de las apariencias contrarias. Esta confianza de Jesús es un reflejo en su vida de lo que el Padre mismo es. Porque el primero que es fiel (fiel a nosotros y fiel a Jesús) es el Padre Dios. Lo que Dios es, se refleja en la vida de Jesús, como debería reflejarse en la vida de todo cristiano. Si Jesús es la traducción humana de lo que Dios es, la fe-fidelidad de Jesús es el modo como se refleja en el mundo la fidelidad de Dios. Porque la fe no es un conocimiento de verdades o doctrinas, sino un fiarse del Dios fiel. Jesús es fiel porque se apoya totalmente en Dios. Añado: todo cristiano participa vital y activamente de la misma fe de Jesús, de modo que podríamos decir que Jesús imprime en cada uno de los suyos su propia actitud, su misma fe al incorporarnos a él como cabeza nuestra.